Sentí como me movían delicadamente, y abrí los ojos, encontrándome con la luz blanca que llevaba la lámpara de mi habitación.
—Hola —me saluda mi mamá, alejándose un poco de mí y sentandose en la punta de la cama.
Me senté y apoyé mi cabeza en la pared mientras frotaba mis ojos. No sé cuánto tiempo había dormido. No puse alarma ni tampoco le dije a mi mamá que me despierte en tal horario, así que había dormido de corrido un rato largo.
—¿Que hora es? —le pregunto, sacándome las manos de la cara y apoyándolas encima de la sabana.
—Las cinco de la tarde —responde—. No te iba a despertar pero llegó una chica diciéndome que quería hablar contigo.
Fruncí el ceño, tratando de descifrar quien. En cuestión de segundos lo recordé. Había hablado con Gwen está mañana, supongo que sería ella.
—Creo que es algo menor que tú —me dice mi mamá, se paró de la cama y se giró hacia la puerta—. Prepárate rápido que está esperándote abajo.
Salí de la cama en cuanto mi mamá salió de la habitación. Quedé frente al espejo y me acomodé un poco el pelo y la remera, antes de bajar al piso de abajo.
Ví a Gwen hablando con mi mamá en el sillón, no se de que hablaban, pero creo que era sobre las notas de Gwen en la escuela.
—Hola —saludo, acercándome hacia ellas. Gwen giró su cabeza para mirarme en cuanto escuchó mi voz, mi madre se levantó del sillón y antes de irse, se despidió de Gwen.
—Hola —me saluda Gwen. Le hice una seña para que subamos a mi habitación y ella me siguió—. Es lindo tu cuarto —me dice cuando pisó mi habitación.
—Gracias —le agradezco. Gwen me mira, pidiéndome permiso para sentarse en mi cama—. Siéntate.
—Creo que tengo una idea —me dice, antes de tragar seco. Me senté a su lado y esperé a que siga hablando—, para... Soñar con Bruce.
Inhalé en modo de sorpresa y me acomodé en mi lugar.
—Cuentame.
—Quiero que intentes soñar con él tú también —me dice. Fruncí el ceño confusa, Gwen, al ver mi gesto, se apresuró a seguir—. Es que... Quizás si alguien más cercano a él, con más conocimiento sobre su vida y todo, trata de soñar con el; quizás... Sueñe.
Me quedé helada, mirando hacia el suelo—¿Tú dices? —le pregunto, con algo de inseguridad.
—Tienes que tener esperanzas —me dice—, dos hacen mejor trabajo que uno.
Asentí con la cabeza mientras miraba al suelo.
—Es que... Quizás lo de los sueños que tienes sea algo tuyo —le digo, Gwen me mira confusa, por lo que tuve que agregar—: Es decir, tu madre también tenía sueños con cosas que iban a pasar. Pero, yo no tuve nunca ningún pariente que sueñe nada, así que quizás no sea necesario que yo... Trate de soñar con él.
Gwen se queda intacta, al parecer no lo había pensado antes. De repente, se para de la cama y mete su mano en el bolsillo de su pantalón gris, saca un collar con una cruz—era uno de esos collares católicos, pero no recuerdo ni tampoco sé cómo se llaman, ya que mi mamá no cree en eso— y me la extiende.
—Tomala —me dice, estirando más su mano para que pueda agarrar el collar. Lo tomo y lo dejo descansar en mi mano, mientras lo veía—. Se te será más fácil soñar con él si Dios te acompaña. Quizás tengas razón con lo de que no pueda funcionar, pero por lo menos intentemoslo.
Asentí con la cabeza y me levanté para colgar el collar en la esquina de mi espejo. Una vez que lo colgué, me giré para ver a Gwen, la cuál seguía parada mirándome.
—Lo intentaré está noche —digo, acercándome a ella—, puedo hacer algo así como una Ley de Atracción. Confío más en eso.
Ví como Gwen fruncía el ceño ante mis últimas palabras, y como me lo esperaba, ella preguntó:
—¿Qué es una Ley de Atracción?
Solo negué con la cabeza ante su pregunta, ya que, primero; Nunca sabía cómo explicar las cosas, y segundo; no era de mucha importancia.
—Esta bien. Me voy a ir, seguro mi padre me está esperando en casa —me informa.
Acompañé a Gwen hasta la puerta de entrada y solo esperé a que ella se retirara para volver a mi habitación. Sin pensarlo dos veces, arranqué una hoja blanca del cuaderno que tenía en la mesada y tomé también una lapicera de tinta negra.
Empecé a escribir de renglón en renglón la frase: "Soñé con Bruce hoy" repetidas veces. Me las estudié con la mirada y las repetía cada vez que las escribía. Seguí la mayor parte de la tarde así, hasta que me cansé.
•
Me desperté por el sonido de la alarma interrumpiendo mi sueño. La apagué de inmediato y me senté en la cama, antes de pasarme las manos por la cara.Hoy iba a ir a una especie de feria al mediodía, e iba a quedarme todo el día allí a pasar el rato. En realidad, no sabía si ir o no, pero por la insistencia de mi madre terminé queriendo.
Giré mi cabeza y me encontré con un cuaderno y una lapicera negra apoyados encima de mi mesita de luz. Suspiré hondo antes de volver a recostarme en la cama. No había soñado absolutamente nada que tenga que ver con Bruce.
No era algo tan sorprendente, me esperaba que me despertara sin haber soñado con él. Esto no era lo mío, y además, nunca lo había hecho ni intentado, hasta ahora.
Escuché como tocaron la puerta de mi habitación, y rápidamente contesté:
—Pasa —dije, mirando hacia la puerta. Esta se abrió lentamente, permitiendome ver a mi mamá entrando con una bata de color blanco. Ella también se había despertado recién.
—Buenos días —me saluda, antes de sentarse en la punta de la cama. Le respondí con el mismo saludo, mientras me quitaba un mechón de pelo que me molestaba de la cara—, vístete que en un rato iremos. Vamos a desayunar aquí y después de eso conduciré hasta allá.
Asentí con la cabeza antes de levantarme de la cama, mi madre salió de la habitación y aproveché para cambiarme. Me puse una remera de color blanco, la misma pulsera gris clásica que usaba a diario y unos jeans un tanto estirables.
Fuí a buscar la lapicera negra que estaba en mi mesada para guardarla dentro de mi cartuchera. En cuanto me acerqué, miré hacia afuera de la ventana.
—¿Qué es eso? —me pregunté a mi misma, en un susurro. De pronto, en menos de un minuto, recordé ese mismo disfraz y ese mismo sombrero único que se habían presentado semanas atrás en mi puerta.
Si, era ese hombre extraño que me había preguntado si quería ver un truco de magia. Ahora mismo, estaba parado, quieto, mirando hacia mi casa.
Su cabeza se posicionó más arriba, hacia mi ventana. Hicimos contacto visual, y una sonrisa terrorífica se dibujó en su rostro. Cerré la ventana de inmediato.
No creo que pueda volver a usar la ventana nunca más. No si sé que tendré esta vista mirando hacia mi casa.
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See U Later, Bruce Yamada
Fanfiction𝙈𝙄𝘾𝙃𝙀𝙇𝙇𝙀, una chica de trece años con problemas para escuchar pero con muy buena vista, fue la quinta víctima de los secuestros del raptor. Tras querer buscar al chico que le gustaba en una casa desconocida, se termina metiendo en un desastr...