–Narrador Omniciente–
Ya era de noche, la madre de Michelle estaba preocupada por su hija. No la había visto en todo el día y le parecía extraño que no haya vuelto a la tarde–o que por lo menos no se hubiese molestado en avisar que no iba a llegar–.
—¿Hola? —preguntó. Había llamado al telefono de la casa de Winston y su madre había contestado.
—Hola, ¿Quien es? —preguntó la madre de Winston.
—Soy la madre de Michelle, una amiga de su hijo... —contestó.
—Ah, Clara. Si.
—Si, esa misma... Quería saber si mi hija sigue en casa de su hijo.
La madre de Winston frunció el ceño, confundida.
—No tengo idea. Nunca ví a Michelle pasar por mi casa —dijo, cosa que hizo que Clara se alterara más—. Pero le voy a preguntar a Winston, quizás él sabe algo. ¡Winston!
Winston se quejó en voz baja por tener que dejar su música y bajó las escaleras rapidamente.
—¿Qué?
—¿Sabes en donde está Michelle, tu amiga? —le preguntó a su hijo, este negó con la cabeza—. ¿No vino a casa hoy?
El chico volvió a negar.
La madre de Winston volvió a tomar el teléfono, y con angustia dijo—: Mi hijo me dijo que no sabe donde está ella. Me dijo que no vino a casa hoy.
Clara, la madre de Michelle, soltó un suspiro preocupada, mientras escuchaba a la madre del amigo de su hija.
—Está bien... —dijo ella.
—Winston le va a preguntar a los demás si la vieron hoy, no te preocupes.
A Winston se le heló la sangre al pensar que otro de sus amigos podía estar perdido. Y en cuanto su madre cortó la llamada, él no tardó ni un segundo en preguntar.
—¿Que pasa con Michelle?
☆
—Por favor díme que no te hizo nada. —preguntó Michelle viendo a Bruce, ambos se habían quedado en un gran silencio desde que Bruce había empezado a comer en la mañana.—No, gracias a Dios.
Michelle soltó un leve suspiro.
—Deben estar preocupados por tí... —dijo Bruce.
No faltaba tanto para que Michelle quebrara y llorara como nunca antes. Se sensibilizaba con solo pensar en su madre buscandola por todos lados, y en sus amigos sintiendose más solos que nunca.
Una lagrima bajó lentamente por su mejilla, logró disimularla ya que ambos chicos estaban viendo hacia adelante, justo en la puerta. Y en cuanto Michelle subió su mano para fingir tocarse la frente, Bruce la vió y se dió cuenta de que estaba llorando.
—Chelle... —dijo el chico antes de envolver a la nombrada en un calido abrazo, la rubia le correspondió al instante.
—Tengo hambre —dijo la chica, y era evidente. Se había ido de su casa en la mañana sin comer ni siquiera una manzana. No había comido nada en todo el día.
—Yo también —susurró Bruce—, en algún momento va a bajar a darnos algo de comer.
Se separaron del abrazo y se miraron el uno al otro.
—Te extrañé un montón —dijo Michelle, Bruce sonrió tiernamente.
—No tendrías que haber venido a buscarme —fue lo único que el chico respondió, Michelle asintió arrepentida.
—Ahora los dos estamos jodidos —dijo ella—. Pero estoy segura de que saldremos de aquí.
Bruce soltó aire de su boca y se apoyó contra la pared, ambos adolescentes estaban sentados en la cama.
—¿Cómo?
Michelle sonrió al recordar a su amiga Gwen.
—De algún modo, supongo.
Soltó un suspiro, estresada, y se acostó en la cama mientras le daba la espalda a Bruce.
Cerró los ojos pensando en quedarse un largo rato en esa posición, pero sus planes fueron interrumpidos por el fastidioso ruido de la puerta abriendose.
Bruce y Michelle se miraron a la vez, él no se veía tan aterrado como ella. En parte se sentía más a salvo sabiendo que no era el único ahora. Michelle se aferró a su lado rapidamente mientras ambos chicos veían hacia la puerta.
En cuanto el enmascarado entró a la habitación, cerró la puerta agresivamente para asustar a los niños, y luego, se sentó lentamente en una silla que había debajo de la única ventana de la habitación.
Michelle se sorprendió discretamente al ver la ventana, en todo el día que había estado ahí la unica cosa que había hecho era lamentarse por vivir, así que no tuvo la posibilidad de tratar treparse por el techo como un gato y escaparse por la ventana.
—¿Tienen hambre? —preguntó el raptor, Michelle se tensó de la bronca que tenía.
'Obvio que tenemos hambre' pensó ella.
—Les tengo algo para que coman —dijo el hombre, ignorando el hecho de que ninguno de los dos chicos le respondió. Se levantó de su asiento, caminó hacia la puerta y la abrió completamente, esperando ver a alguno de los chicos intentando hacer algo por lo tentadora que era ver la puerta de par en par.
Michelle le echó una mirada rapida a Bruce, la cual este solo ignoró.
El enmascarado se dió vuelta con una bandeja entre sus manos, en esta se visualizaba pollo cortado en trozos con pimienta encima de este, y una soda en la esquina de la bandeja.
—No miren a la comida de esa manera —dijo el hombre, retando a los dos chicos que miraban a la comida con el ceño fruncido—. Agradezcan que por lo menos les doy de comer.
El raptor se dió media vuelta, preparado para irse. Michelle soltó un suspiro de estres que aunque no se note como la gran cosa, la habitación estaba vacia y perfectamente se había escuchado la respiración cansada de la chica.
—¿Pasa algo, Michelle? —preguntó el raptor en un tono amenazante, la rubia solo se limitó a negar con ganas de que el hombre se vaya.
La puerta se cerró dejando a Bruce y Michelle solos. Bruce se levantó de la cama yendo directo hacia el suelo, y en cuanto estuvo ahí sentado, miró a Michelle.
—¿No comerás? —le preguntó. Michelle se levantó de la cama asintiendo con la cabeza y fue a sentarse en el suelo junto a Bruce. Ambos se dividieron la comida mitad cada uno y empezaron a comer desesperados.
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See U Later, Bruce Yamada
Fanfiction𝙈𝙄𝘾𝙃𝙀𝙇𝙇𝙀, una chica de trece años con problemas para escuchar pero con muy buena vista, fue la quinta víctima de los secuestros del raptor. Tras querer buscar al chico que le gustaba en una casa desconocida, se termina metiendo en un desastr...