Dos libros

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Hatomi pudo alcanzar a Ann y ambas entraron en la habitación que ocupaban mientras vivían en el barco, allí se encontraron con Luna y Scar tumbados. Ann se sentó en su cama mientras por la ventana mira hacia el océano. Hatomi se sentó junto a Luna y Scar y los acariciaba mientras espera que Ann hable.

-No quiero que vea eso- habló por fin Ann.
-No está en tu mano decidir eso. No es un crío, sabe lo que hace.
-¿Cómo cuando lo tuvimos que salvar de Akainu y el resto?- Ann dejó de ver el océano y se giró a ver a Hatomi, que la miraba sorprendida.
-No....pero deberías ser sincera, decirle la verdad.  Explicarle las razones.
-.....
-Ann....el Cambio de Marea, es una ceremonia que pone el peligro nuestras vidas y que a la vez se sacrifican muchas otras. Dale la oportunidad de que pueda escoger.
-Sabes perfectamente que si lo descubre vendrá sin importar qué- en este punto Ann abrazaba sus piernas mientras que Hatomi se levanta y la abraza a su lado.
-Ya tienes bastante con Aokiji, ¿no?- Ann asiente mientras siente cómo es rodeada por Hatomi -Se que es duro para ti Ann, pero estás en esta situación por tus decisiones. Si no haces nada, nada cambiará.

_______

La noche ya había caído desde hace un par de horas en el Moby dick, en cubierta sólo quedaban algunos piratas que les tocaba hacer la primera guardia. El resto se encuentra en el comedor de terminando de cenar.
Hatomi también se encontraba allí, desde que aceptó su nuevo puesto como comandante había hecho nuevos lazos con la gente del barco. Y concretamente, en esta ocasión, Hatomi se encuentra en compañía de Ace, Izou, Curiel y un recién llegado Marco.

-Mañana cuando lleguemos a la isla debemos obtener las provisiones cuanto antes- comenta Curiel.
-Si, padre quiere que salgamos como muy tarde, al amanecer- le contesta Marco mientras come - no podremos quedarnos de fiesta en esta ocasión.
-¿Por qué tenéis tantas ganas de ir?- Hatomi miraba inquieta a Marco, mientras Ace solo se dedica a zampar como si no hubiera un mañana.
-No todos los días se puede ver el Cambio de Marea- responde Izou.

Hatomi cambia su atención y lo mira extrañada. Aun qué no paso desapercibido el detalle de que ningún otro dio otra razón, por lo que dio por hecho que solo seguían órdenes.

-¿Cómo....?
-En mi tierra no es un secreto- contestó rápidamente Izou- todos saben lo que significa y lo que conlleva. Por eso os admiro profundamente.
-Si Ann estuviera aquí no se creería lo que acabas de decir- rio Hatomi al pensar en la reacción seca y cortante de su amiga.
-¿Qué tiene de especial?- pregunta Curiel -¿solo son formalidades, no? Al final no será nada del otro mundo y habremos perdido un tiempo precioso.

Izou iba a protestar pero su acción fue interrumpida por Hayomi, la cual le proporcionó una patada, nada sutil, por debajo de la mesa. Cuando el hombre la miró, ella solo negó con la cabeza.
Era mejor que lo descubrieran cuando estuvieran allí.
Quizás cuando las vean empapadas de sangre, la tripulación cambiará de opinión sobre ella y Ann... y por desgracia no a una mejor.

-Mm....¿qué haces aquí?- inquirió Marco.

Hatomi y el resto de piratas se giraron hacia la entrada donde Ann acaba de entrar. De hecho sólo tenía medio cuerpo dentro, apenas había terminado de pasar el umbral de la puerta.

-Tranquiló pajarito, no tiene nada que ver contigo.
-¡¿Cómo...?!- Marco se levantó furioso de su sitio y miró a la chica sin terminar su frase.

Aun que Ann empezaba a disfrutar sus peleas con Marco, en esta ocasión tenía algo más importante que hacer.

-Ace- llamó la morena- Ven conmigo.

Todos cambiaron su atención al chico que engullía la comida sin parar y que al escuchar su nombre solo se giró levemente para verla. Ace terminó de tragar el último bocado que se había metido en la boca mientras la veía.

-¿Tiene que ser ahora? Estoy comiendo.

Ann se cruzó de brazos y miró fijamente al chico. Por otro lado, Hatomi se dio cuenta del par de libros que llevaba Ann en sus manos.
De pronto Ace se levantó de rebote, haciendo que todos lo miraran sin entender bien que ocurría y empezó a andar hacia la puerta. El moreno intentaba con todas sus fuerzas resistir hacer esas acciones pero no lo conseguía, era como si algo lo controlara y le obligara a moverse.

-¿A qué no era tan difícil?

Ann dejó que Ace saliera del comedor y antes de hacerlo también y salir de allí, miró por encima de su hombro hacia Marco, solo le dio una sonrisa burlona y sin más se fue.
Los piratas y Hatomi estaban sin habla, hasta a la chica le había pillado por sorpresa aquello. Pero el que ardía por dentro de rabia era Marco, cada día que pasaba era un día mas que no la tragaba. Y se podía decir que el sentimiento era mutuo entre ambos.

Ace llegó hasta la proa del barco, donde horas antes había estado con Hatomi hablando. Cuando pudo volver a tener el control de su cuerpo se giró hacia Ann, que lo veía con una sonrisa traviesa en la boca.

-No vuelvas hacer eso- dijo serio Ace.
-Si si. Pero antes que nada vengo a darte algo.

Ann levantó su mano y mostró los dos libros. Ace puedo apreciar que uno estaba más desgastado y viejo que el otro, pero aun así el otro también se veía que tenía unos ciertos años, quizás no tantos como el otro pero se asemejaban. El más viejo era de color marrón sucio y el otro de un color azul marino.

Ace descartó rápidamente la idea de que fueran el diario de su madre, Hatomi le dejó bien claro que era un solo libro, además no estaría tan estropeado. Puede que el viejo fuera un bruto pero no descuidaría algo tan valioso.

-Antes de que veas el Cambio de Marea, quiero que leas esto. En este libro viene todo lo relacionado a él y qué papel ocupó en ello- explica Ann mientras le señala el libro marrón.
-Mm....¿para qué quiero eso?
-Porque si en verdad vais a ver eso, será mejor que lo leas para que entiendas algunas cosas antes de que formes un alboroto sin sentido.

Ace miró incrédulo a su hermana, está por otro lado le entregó el libro; mientras que el otro aún permanecía en su poder.

-Y este.......es más complicado.
-¿Perteneció a Mamá, no es cierto?- dijo sin rodeos Ace.

Ann miró algo sorprendido a su hermano. Sin duda Hatomi tenía algo que ver en todo eso. Por eso le había insistido tanto con el tema de ser sincera y específicamente más, con él. Esta vez Hatomi había jugado bien sus cartas y había hecho bailar a Ann cómo quiso. Pero no volvería a pasar.

-Daré por hecho y dejare pasar, quel que sepas de su existencia es cosa de Hatomi. Pero así es, Mamá lo escribió. No estás preparado para leerlo, pero ahora depende de ti como administrarlo. Quizás así odies un poco menos a nuestro padre.
-Esa hombre no es mi padre- siseó Ace con recelo y aun así cogió el libro sin rechistar.
-Lo que tu digas. Creo que no es necesario decirlo pero ambos libros son muy preciados para mi y valiosos, por lo que si les ocurre algo o alguien se entera de su existencia......lo pagaras muy caro.

¿Tenemos...hermanas? One piece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora