Capítulo 1

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-Vas a venir, ¿no es así Harry?-.

-Por enésima vez, Ron, allí estaré-.

-Pero, ¿y si dice que no? No sé qué haría. Tienes que venir, Harry. Ella podría decir que no-.

-¡Ron!- Dijo Harry con cierta exasperación

-Lo sé, lo sé. Ella dirá que sí-, murmuró Ron, tranquilizándose.

-Todo el mundo sabe que dirá que sí. Sólo se han preguntado cuándo se lo ibas a pedir-.

-¿Lo hicieron? Quiero decir, ¿lo saben?-.

Harry agachó la cabeza, sacudiéndola. -Sinceramente, Ron. Hermione ha estado esperando este momento durante tres años!-.

-¿Lo ha hecho?-.

-Me voy ahora, Ron. Me estás dando dolor de cabeza-.

-¡Harry! ¡Espera! Vas a venir, ¿no?-.

Harry se tocó el pelo y se lo recogió. -¡Ron!-.

-Vale, vale-, dijo tímidamente. Mirando brevemente hacia otro lado, Ron se mordió el labio inferior. -¿Harry?-, preguntó en voz baja.

Harry tenía la puerta principal de la Madriguera ligeramente abierta, pero se detuvo y puso los ojos en blanco. -Sí, Ron-, suspiró.

-¿Vas a traer a Stephan?-.

Harry dejó escapar un suspiro de alivio. -No. Hemos roto-.

-¿Qué? ¿Por qué? Creía que se llevaban bien-.

-Bueno, obviamente no-.

La voz de Ron se llenó de preocupación. -Harry. Es el quinto chico este año. Me gustaría que...-

Harry se aclaró la garganta. -No soy yo quien está haciendo la parte de la ruptura-, dijo irritado.

La cara de Ron se puso escarlata. -Oh. Lo siento, Harry-.

Harry gruñó mientras se volvía hacia la puerta. -Adiós, Ron-.

-¡No lo olvides! Mañana a las 4:30!- gritó Ron tras Harry. -¡Oh! ¡Y no te olvides del champán!-.

Harry agitó la mano sobre su cabeza, reconociéndolo.

-Oh dioses, oh dioses. ¿Y si ella dice que no?- susurró el pelirrojo para sí mismo.

[♡♡♡♡♡♡]

Harry recorrió el camino rural sacudiendo la cabeza. Era cierto. Harry había tenido muchos novios desde que se graduó en Hogwarts hacía cuatro años. Sin embargo, no era que nunca lo hubiera intentado. De hecho, lo había intentado demasiado. Les había dado todo lo que habían querido. Pero, lamentablemente, Harry nunca había conseguido lo que quería. Y ninguno de ellos fue capaz de dárselo. Así que al final lo dejaron, y siempre fue lo mismo.

"Te quiero, Harry, y sé que tú me quieres. Pero no puedo hacerlo".

Harry suspiró y se preguntó si tenían razón. Tal vez sí quería demasiado. Harry sacudió la cabeza, tratando de borrar ese pensamiento. No, debía haber alguien ahí fuera que fuera capaz de darle lo que necesitaba. Puede que no sea ahora, ni mañana, ni siquiera al día siguiente, pero sabía que algún día encontraría a alguien.

Era de noche cuando Harry llegó por fin a la ciudad. Ahora le gustaba la ciudad. Es curioso que cuando era más joven había odiado las multitudes que siempre le rodeaban, y ahora... no podía vivir sin ellas. La guerra había terminado, pero todavía había muchos mortífagos escondidos, así que su trabajo como auror estaba asegurado. Hermione era la editora del Diario el Profeta, y Ron entrenaba a los alumnos de Hogwarts en Quidditch después de que Madam Hooch se retirara, dejando el puesto vacante. Ron casi lloró cuando se enteró de que había sido aceptado como profesor de la clase de vuelo, así como entrenador de la casa Gryffindor. Hermione también había llorado cuando se había convertido en la editora.

THE KINKINESS OF HARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora