Capítulo 2

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Lucius Malfoy volvió a centrar su atención en David, el regordete cajero, cuando oyó que las ruedas de Harry Potter se desprendían en la acera de fuera.

-Señor Hunter. ¿Por casualidad conoce al señor Potter?-.

David respondió rápidamente -No, señor-. Había tratado con Lucius Malfoy lo suficiente en el pasado como para saber que no debía mentir ni enfadarse con él.

Lucius arqueó una ceja y los ojos de David se abrieron de par en par con miedo mientras negaba con la cabeza.

-Yo sí-, se oyó una voz desde la esquina sombría de la tienda.

El aristócrata rubio se giró en dirección a la voz -¿De verdad?-.

Un alto moreno se encogió de hombros con una sonrisa de satisfacción. -Claro-.

Lucius se acercó al joven lentamente y con autoridad. El chico miró detrás del rubio para ver a un cajero muy agitado que le sacudía la cabeza. Estaba claro que no sabía con quién estaba tratando.

-Ya veo. Bueno, entonces, tal vez pueda iluminarme-.

-Para empezar, no se llama Harry Potter-, dijo secamente. -Es Larry Gardner-.

Harry usaba este nombre con los novios en los que no confiaba y su nombre real con los que sí.

-Larry Gardner-, repitió Lucius. Miró al joven y continuó. -¿Y lo conoces lo suficientemente bien como para decirme dónde vive?-.

-Stephan...- Advirtió David. El rubio giró la cabeza y le lanzó una mirada de "Cómo te atreves a interrumpirme". David apartó la mirada y se retiró rápidamente a la habitación de atrás.

Volviéndose hacia Stephan, curvó el labio y volvió a preguntar. -Entonces, Stephan. ¿Sabes dónde vive el señor Gardner?-.

El moreno frunció el ceño. -¿Por qué quieres saberlo? No recuerdo que te haya mencionado nunca-, respondió con brusquedad.

Lucius se limitó a sonreír ante el comportamiento del chico. -El señor Gardner y yo hemos sido-, hizo una pausa para considerar, -...conocidos desde hace algún tiempo-.

-Sí, ¿entonces por qué no sabes dónde vive? Observándolo ahora mismo está claro que no te quiere cerca-, dijo con suficiencia.

Las maneras de Stephan ya no divertían a Lucius y éste apretó más su bastón.

-Además-, se burló el joven. -Has dejado claro que no te interesa ese tipo de gente, así que ¿por qué debería decirte algo?-.

La expresión de Lucius se suavizó de repente. -Ah, eso explica que lo conozcas-, dijo con naturalidad. -En realidad, Stephan, sólo estaba jugando con el chico. Se habría reído si no fuera porque todavía estaba molesto conmigo-.

-No me imagino por qué-, se burló el moreno.

Ignorando el insulto del chico, el rubio dijo con calma -No es que tenga que dar explicaciones, pero Larry está irritado conmigo porque rompí nuestra...-, hizo una pausa, -...relación porque mi mujer empezaba a sospechar. Eso, como puedes imaginar, no le sentó bien-.

Los ojos de Stephan se entrecerraron. -Quieres decir que...- Lucius asintió con una media sonrisa. El chico frunció los labios y pensó un momento. -No sabía que le gustaban los chicos mayores-.

-Los caballeros mayores... tienen sus ventajas-, dijo suavemente.

Lucius levantó lentamente la mano y acarició ligeramente la cara de Stephan. El moreno se estremeció por un momento y luego se relajó al sentir que una ola de excitación lo atravesaba.

-Dime, Stephan. ¿Has tenido alguna vez el placer de participar en el abrazo de un caballero mayor?-.

Stephan abrió los ojos y apenas negó con la cabeza.

-Bueno-, susurró el aristócrata con una voz baja y sedosa. -No tengo que disculparme con el señor Gardner esta noche-.

Stephan se apoyó en la mano de Lucius y asintió.

Demasiado fácil, pensó Lucius.

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Lucius Malfoy se alisó el largo pelo rubio y se lo echó hacia atrás para atarlo. Se admiró en el espejo y levantó la cabeza para examinar su cuello. Al ver que no había ninguna marca notable, se ajustó la camisa y se puso la túnica exterior. Antes de salir, echó una última mirada al chico desnudo en la cama. Para ser un muggle, era bastante guapo. Sobre todo por la forma en que estaba tumbado, despatarrado, cubriendo todas las sábanas desordenadas. Estaba tan contento y tan despreocupado. Lucius tuvo que sonreír para sí mismo, recordando que el joven era tan gritón. Claro que cualquiera lo sería si le destrozaran la espalda. Se dirigió a la puerta principal y se detuvo al oír una voz suave.

-¿Sr. Malfoy?-.

-Sí, Stephan-, afirmó.

-Tal vez... quiero decir, ¿podemos...?-

-Por supuesto, señor Johnson. Lo estoy deseando-.

El joven suspiró y volvió a apoyar la cabeza en la almohada. Lucius sonrió y salió del apartamento, cerrando la puerta en silencio.

-Qué tontos tan confiados-, dijo en voz alta.

THE KINKINESS OF HARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora