Comida

96 20 0
                                    

Cuando el ruido acuoso y el leve gemido que venía del cuarto a mi lado acabó, sonreí tranquilo. Estaba un poco preocupado, llevaba días buscando lo mejor para mi pareja y descubrir que por fin pudo satisfacer sus necesidades me alegró.

Poco tiempo después, lo vi salir. Tenía su siempre sonrisa llena de dientes blancos, afable y cariñoso se acercó a mí y me abrazó, su calor me hizo suspirar de placer. Le echaba de menos, tanto tiempo sin su toque fue realmente estresante para mí.

— ¿Cómo estuvo?

—Bien. —me besó la mejilla—. Tenía grasa, estaba muy rico. Dejé un poco para que lo hagas después en la cena, intenta no pasarte con el fuego...

—Lo sé. No es la primera vez que te cocino, Hashirama. —rodeé su cintura con mis manos—. ¿Quieres hacer el amor?

—Me gustaría mucho. —sus manos tomaron mi rostro, me sonrió con ternura—. Te amo.

—Y yo a ti.

Mientras cenábamos en el salón, enredados y desnudos, veíamos la tele

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras cenábamos en el salón, enredados y desnudos, veíamos la tele. Las noticias mostraban la cara de una joven mujer, con un poco de peso, europea, que desapareció el jueves pasado después de haber tenido una cita con un joven desconocido para sus conocidos y para la policía. 

Hashirama puso su mano en mi pecho, lo miré y nos besamos.

—Ciertamente estaba muy rica. —me dijo cuando nos separamos—. Deberíamos aprovechar el resto de ella para hacer embutidos y darlos a nuestros vecinos.

Sonreí.

—Sí, tienes razón. 

MadaHashi DrabblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora