Continuación de Obsesión.
Cuando abrí los ojos, lo primero que mis ojos pudieron percibir fue el rostro tranquilo de Madara a mi lado, detrás de él se iluminaba una bonita y ordenada habitación con colores claros y un cuadro grande de un bosque en otoño. Sus ojos negros me miraban atentamente, como si se asegurara de que nada podía perturbar mi descanso.
Un sentimiento extraño se hizo presente en mí, un acto involuntario se apoderó de mi cuerpo haciéndome acariciar su mejilla pálida y suave. Él aceptó eso y cubrió mi mano con la suya, cerró los ojos y giró su cara para darme un beso en la palma. Sonreí un poco, este sentimiento de calma estaba ahí, un sentimiento que me daba miedo experimentar y que por eso echaba a todas las personas con las que me acostaba, entre ellas estaba Madara.
Fruncí un poco las cejas. ¿Qué estaba haciendo aquí él entonces? ¿Bebí tanto que no me acuerdo de haberlo llamado? Esta no es mi habitación así que debe ser la suya, ¿fui a su casa? Quise alejarme para pensar pero una presión en mi tobillo y un tintineo llamaron mi atención, quité las sábanas de mi y vi que estaba atado con una cadena por el pie derecho. Enseguida miré a Madara que seguía sonriendo como si no pasase nada.
— ¿Qué sucede? ¿Tienes hambre? ¿Te traigo algo?
—Madara, ¿por qué tengo una cadena en el pie?
—Es para que no te vayas. —su mano acarició mi mejilla, girando mi rostro hacia el suyo—. Te quedarás conmigo para siempre. No te preocupes, hice que todo quedara como si te hubieras fugado, nadie te buscara ni nos molestaran. Te lo prometo.
— ¿Qué... ? Madara, quítame eso.
—No lo haré, Hashirama. —su mano en mi mejilla se volvió dura y me tiró de regreso a la cama, poniéndose encima de mi—. Deberías hacer el amor, como en los viejos tiempos. —comenzó a besarme en el cuello, sus manos exploraron mi cuerpo sin mi consentimiento—. Te amo con todo mi corazón, nadie podrá quererte como yo lo hago.
—Madara, para... No... Déjame... —intenté quitarlo pero con solo mis manos no pude—. No me toques... ¡Déjame!
Grité, él paró. Se alzó y me miró con la cabeza ladeada.
—Me gusta cuando gritas. —me sonrió—. Aunque si lo haces para que alguien te escuche realmente no conseguirás nada, estamos en un lugar que nadie conoce. Haremos a nuestra familia aquí, conseguiré que te enamores de mí y que solo me mires a mí. —se acercó a mi oído, lo besó y lamió—. Incluso si eso implica tener que lastimarte para enseñarte a amarme, no dudaré en hacerlo.
Otra vez sus manos estuvieron en mi cuerpo, esta vez fue un toque duro y brusco y no como el suave que antes usó en mí. La dureza de su agarre causaría moretones en esos lugares, lo sé, y eso me daba miedo.
Ahora sabía que no había forma de salir de aquí.
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MadaHashi Drabbles
FanfictionBienvenidos a mi rinconcito MadaHashi, no puedo evitar amar a este par.