33.

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¿Todo esta bien? -Daniel es quien decide romper el silencio en el que nos manteníamos desde que subí al auto al salir del hotel- ¿es por el reporte?

Hable con Camille -asentí rápidamente sin despegar mi vista del camino- ya sabes, la rubia, francesa

La novia de Gasly -asintió el chico junto a mí sin encontrar el punto de la conversación-

Aún no son novios -negué dispuesta a explicar la situación, pero la corta mirada que da en mi dirección me hace entender que me estoy desviando- me hizo darme cuenta de que he sido muy injusta contigo, Daniel

No te estoy entendiendo, Gem -el murmuro que sale de sus labios me hace tomar aire profundamente antes de continuar-

Dijo que amarme da miedo -susurro sonriendo de lado mientras lo veo de perfil- dijo que da miedo porque es imposible evitarlo y eso te hace sentir miedo de perder todo

Tiene razón -levantó mis cejas con sorpresa cuando el australiano se gira para verme- la primera vez que fui consciente de que estaba buscando fallarte fue porque tuve miedo de estarte amando tanto que me estabas arrastrando a tu vida

¿La colección de alta costura? -asiente volviendo su vista al camino mientras golpea con sus dedos el timón-

Cuando todos empezaron a reír diciendo lo raro que era verme cargando telas y diseños, me asusté, solo habían pasado dos meses oficialmente pero en total había estado medio año a tu lado -niega desacelerando un poco cuando llegamos al típico tráfico parisino- tenía miedo de que si te daba todo, lo podría perder si te ibas

No me iba a ir -negué viéndolo mientras se encoge de hombros-

No fui capaz de decirte que te amaba cuando sabía perfectamente que lo hacía -me muevo incómoda en mi asiento cuando lo escucho- mierda, se perfectamente bien que yo te amo Gemma

Daniel... -su nombre es un susurro que sale de mis labios pero rápidamente niega-

No me pidas que te diga que no te cases porque no soy capaz -suspiro asintiendo mientras vuelvo mi mirada al frente- no soy capaz porque sé que sigo muy asustado de lo que significas para mí -me mantengo en silencio cuando el auto vuelve a tomar velocidad al encontrarnos con una calle vacía- cuando Charles me dijo lo de Anna solo pude pensar en esa noche en Miami en la que llorabas entre mis brazos diciéndome que no podías perder a nadie más, en lo fuerte que quería abrazarte para recordarte que no estabas sola

Fui demasiado dura contigo -sus cejas se elevan con confusión cuando las palabras salen de mi boca- te pedí que me amaras de la manera exacta en la que yo lo hacía, que lo dijeras aún cuando ya me lo demostrabas

Ambos fuimos unos idiotas, ¿no es así? -una suave risa sale de mis labios asintiendo cuando lo escucho- estaba preocupado de que nuestra conversación en el jardín nos alejara para siempre

Creo que nos va a tomar trabajo pero lo lograremos -asiente cuando me escucha- tú y yo vamos a poder ser amigos

Escucho el pequeño jadeo que sale de sus labios cuando la palabra amigos sale de los míos, asiente después de unos minutos en silencio, sin despegar su vista del camino.

Amigos -susurra por fin haciendo que asienta en su dirección- acabas de romperme un poco más el corazón Gem, pero me da algo de paz saber que ese título por lo menos nos permitirá saludarnos en el paddock.

A veces hay que hacer modificaciones para sobrevivir y ambos le hemos dado otros rumbos a nuestras vidas -susurro volviendo mi vista al frente para encontrarme con la Torre Eiffel que brilla frente a nosotros- ¿puedes detenerte?

El australiano asiente, suspiro algo dudosa antes de bajar del auto acercándome lo que más puedo al borde de la calle que nos da una vista a la torre. Escuchó como llama mi nombre confundido para en unos segundos estar junto a mí.

Conocí a Anna y a Sophie aquí -un suspiro sale de sus labios cuando siento mis ojos llenarse de lágrimas- es como si lo hubiera presentido, esa noche llamó a decirme cuanto me amaba

Gem -niego abrazándome a mí misma, pero cuando cubre mis espalda con sus brazos me recuesto en su pecho- se que odiaras escuchar esto pero tal vez así tenían que ser las cosas

Me preocupa pensar en lo mucho que va doler -niego cuando siento sus brazos pegarme más a él- son los primeros días y hay mucha gente alrededor, pero me preocupa que no pueda volver a haber días buenos

Tu padre debe estar feliz de conocerla por fin -la primera lágrima recorre mi mejilla cuando susurra eso en mi oído- estoy seguro de que deben estar compartiendo muchas historias de la Gemma que ambos conocieron y estarán felices de saber que te quedaste con Sophie y tus hermanos

Otra vez duele demasiado que el no esté -una sonrisa ladeada aparece en los labios del australiano cuando me giro a verlo mientras me abraza con fuerza dejándome esconder mi rostro en su pecho- pensé que ya había sanado pero no lo hace

Nunca lo va a hacer del todo -susurra dejando un par de besos en mi cabeza- 

Suspire manteniéndome inmóvil por un rato entre sus brazos, sintiendo el olor de su colonia, imaginándome las noches en las que me sostuvo así antes de dormir o cuando diseñaba por horas para mi primera colección.

Gracias -susurro por fin haciendo que dirija su mirada a mí, frunce su ceño lo que me hace reír mientras paso mi mano por su frente recordándole que a los 33 no se puede hacer eso- me hiciste sentir viva Daniel, contigo creí que tal vez papá no me iba a doler tanto y que valía la pena volver a Mónaco

Tú también me sostienes Gem, no sabes cuanto significo que fueras a mi box cuando McLaren me echó -suspira apoyando sus manos en mis mejillas- no se que vaya a ser de mi futuro en la fórmula uno, pero te puedo asegurar que no me vas a perderme

Más te vale que no te atrevas a conformarte con no tener un asiento para el otro año -ríe asintiendo cuando beso su mejilla-

A veces pienso en que es hora, en que debería terminar acá -niego rápidamente cuando lo escucho-

Recuerda lo que dijiste en mi departamento esa noche, tú sin la fórmula uni serías infeliz -se mantiene en silencio viéndome fijamente para al final asentir- así que más te vale estar ahí cuando necesite alguien que cargue una sombrilla de Ferrari por mí

Ríe asintiendo mientras vuelvo a darme vuelta para ver la torre Eiffel frente a nosotros, escucho su suspiro cuando vuelve a pasar sus brazos frente a mí abrazandome contra él. No sé cuanto tiempo pasamos en esa posición pero mientras me abraza es como si estuviera sosteniendo mi corazón así que no digo nada mientras las luces de París brillan frente a nosotros iluminando nuestro rostro.

Yo ya le pedí mi deseo -susurra en mi oído cuando el clásico brillo que marca la media noche empieza a titilar frente a nosotros, asiento mordiendo levemente mi labio para ver una vez más la torre frente a nosotros pidiendo el mío-



Insomnio. - Daniel RicciardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora