GUERRA DE CORAZONES - Príncipe Caspian X

Tres

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"Tal vez deberías practicar con esas dagas", aconsejó Peter, mirando las nueve armas pequeñas que estaban junto a ella en la repisa. "No es prudente caminar por aquí y no saber cómo defenderse. Confía en mí, lo sabemos".

"Cierto", asintió Wren, girando uno de sus cuchillos en sus manos. "Iré a arrojar esto a algunos árboles, entonces".

"Iré contigo", anunció Susan, mostrándole el arco en sus manos. "Ha pasado más de un año desde que tuve práctica con esto. Necesito sentirlo de nuevo". La pareja volvió a salir, dirigiéndose hacia donde ahora los árboles los rodeaban. "Tú vas primero. Nunca antes habías experimentado algo así."

Wren asintió y sacó una de las dagas que estaba atada a su cinturón. Apuntó al árbol, sus manos temblaban un poco mientras miraba directamente a la corteza del tronco. Tragando saliva nerviosamente, Wren arrojó el arma de su mano y sintió que su mandíbula se abría resbaladiza por la sorpresa cuando golpeó exactamente el trozo de corteza que había estado mirando.

"¿Desde cuándo puedes lanzar cuchillos?" Fue Edmund quien preguntó, y Wren volvió la cabeza para encogerse de hombros en su dirección.

"Desde hace dos segundos, aparentemente."

"Pruébalo de nuevo", dijo Peter. "Eso fue bastante extraordinario. Eres natural".

Y Wren tuvo que admitir que lo era. Ni una vez se perdió el árbol, de hecho, su cuerpo ya parecía saber cuánta fuerza poner en su brazo cada vez que cambiaba la distancia entre ella y el árbol. Era raro, nunca en su vida había hecho algo así. Ella realmente era natural.

Después de unos treinta minutos de práctica, Wren se tomó un descanso, dejando que los demás tuvieran una oportunidad. "Oye", Wren fue la primera en notar la figura de un bote en la distancia, flotando sobre el agua. Se levantó de las escaleras rotas, llamando la atención de los demás. "¿Qué es eso?"

"Ni idea", Peter se acercó a ella. "Vamos a averiguarlo".

Corrieron hacia el agua, y su corazón se detuvo cuando se dio cuenta de que estas personas estaban sosteniendo a un hombre pequeño, y estaban a punto de arrojarlo al agua. Susan rápidamente entró en acción y les disparó una flecha, golpeando el bote con tanta fuerza que se balanceó de lado a lado.

"¡Soltarlo!" Exigió.

"No estoy segura de que esa haya sido la mejor elección de palabras-" Wren comenzó a decir, pero los dos hombres arrojaron al otro al lago, y aterrizó con un chapoteo. Peter corrió para salvarlo, y Susan tiró de su arco, disparando otra flecha que aterrizó en el pecho de uno de los hombres. Mientras Peter tiraba del pequeño enano a tierra, Edmund arrastraba el bote. Lucy se agachó para cortarle las ataduras.

Tosió un par de veces antes de ponerse de pie, mirando a Susan. "¿¡Soltarlo!?" El Repitió. "¿Eso es lo mejor que se te ocurre?"

"Un simple 'gracias' sería suficiente".