❝Haven, ¿no es eso un peligro de incendio?❞
❝No, tú eres un peligro de incendio.❞
LUZ. | Draco Malfoy.
En el que Haven Potter era su luz al final del túnel.
𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
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"Ahora, como antes, pensad en vuestro recuerdo más feliz", les aconsejó Harry. Las lecciones en la Sala de los Menesteres habían comenzado de nuevo y Haven estaba contenta.
"¡Expeto Patronum!" gritó Haven, agitando su varita. Un pequeño perro apareció a sus pies y corrió por la habitación. Contuvo una risa cuando atravesó las piernas de Neville, haciéndolo caer. Ella le ofreció una mano, que él tomó con gratitud mientras ella tiraba de él hacia arriba. "Lo siento", se disculpó Haven rápidamente.
"No hay problema. Era un perro muy bonito".
Fue a responder, pero fue interrumpida por una fuerte vibración repentina que casi la derriba. Haven levantó la vista para ver cómo se movía el candelabro de arriba, el cristal centelleaba cuando chocaba contra sí mismo. Todos se dirigieron lentamente al centro de la habitación, compartiendo miradas preocupadas. Otro sonido fuerte vino del exterior, y la habitación volvió a temblar. Las luces comenzaron a parpadear y Haven pudo sentir que su corazón se aceleraba. Sus manos comenzaron a sudar, y las apretó a los costados.
Uno de los espejos se hizo añicos frente a ellos, y ella dio un paso hacia atrás, estrellándose contra algo duro. Miró hacia arriba para ver a Draco, quien había colocado su brazo alrededor de su cintura, estabilizándola. Sin embargo, él ni siquiera la reconoció mientras continuaba mirando frente a él. Fue entonces cuando Haven notó el pequeño agujero en la pared. Era lo suficientemente grande como para que pudieran ver a través de él, y su corazón dio un vuelco en su estómago una vez que la voz aguda de Umbridge habló.
"Haré un trabajo rápido con esto", anunció, Haven la vio levantar su varita, y la pared voló en pedazos, desmoronándose en mil pedazos. Haven cayó al suelo, cerrando los ojos con fuerza antes de que los escombros pudieran volar hacia ellos.
Cuando los abrió de nuevo, Umbridge miró dentro de la habitación, dos rostros familiares estaban a su lado. Haven sintió que todo su cuerpo se congelaba una vez que se dio cuenta de quiénes eran. Crabb y Goyle.
Su mirada encontró a Draco, cuyos ojos estaban muy abiertos como si no supiera cómo sus dos amigos habían llegado allí. Haven se incorporó, las lágrimas de ira amenazaban con derramarse mientras lo miraba fijamente. Él la miró y abrió la boca para decir algo, pero ella lo interrumpió antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo.
"¡Confiaba en ti!" Haven se burló, su voz se quebró mientras tragaba. "No puedo creer que haya sido tan tonta como para creer que no nos delatarías".
"Haven-"
"No lo hagas", lo interrumpió, ignorando que esa había sido la primera vez que había dicho su nombre, y cómo la hizo sentir escucharlo salir de su boca. Haven negó con la cabeza, mordiéndose el interior de la mejilla para evitar llorar.
Era una razón tonta para llorar, de verdad, pero no podía entender la razón por la que su traición la había afectado tanto. Tal vez tenía un problema al tratar de ver lo bueno en las personas, y cuando creía que lo hacía, mostraban sus verdaderos colores y la apuñalaban por la espalda.
