❝Haven, ¿no es eso un peligro de incendio?❞
❝No, tú eres un peligro de incendio.❞
LUZ. | Draco Malfoy.
En el que Haven Potter era su luz al final del túnel.
𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
─── ∙ ~ ✩ ~ ∙ ───
"Estoy congelada" Se quejó Haven, frotándose los brazos mientras ella y Malory se dirigían al campo de Quidditch. Gryffindor acababa de terminar sus pruebas, lo que significaba que era el turno de Ravenclaw. Deseaba que sus uniformes tuvieran un poco más de grosor, después de todo, cada día hacía más frío.
"Yo también", dijo Malory, esquivando por poco a uno de los últimos Gryffindor que acababan de irse. Haven le lanzó al chico sin nombre una mirada asesina, casi choca contra ellas y ni siquiera se disculpó.
Salieron al campo y Haven notó las pocas caras conocidas, así como algunas nuevas que parecían relativamente mucho más jóvenes. Probablemente de segundo año, supuso.
Roger envió a las dos un pequeño asentimiento de reconocimiento, y Haven le devolvió una pequeña sonrisa a cambio. Seguían siendo las únicas dos chicas en el equipo, no como si Haven estuviera sorprendida. "Está bien, escuchar", exigió el capitán, y la charla en todo el grupo se quedó en silencio cuando comenzaron a prestar atención. Una ráfaga de viento sopló de repente, empujando su cabello hacia su rostro, cegándola temporalmente. Resoplando de molestia, se lo colocó detrás de la oreja. Su cabello se había vuelto más largo durante el verano, pero ni siquiera se molestó en cortarlo.
"Solo porque hicimos una buena jugada el año pasado, no significa que vayamos a hacerlo este año. Ahora, tenemos algunos novatos este año que están probando para las mismas posiciones que vosotros. No seáis delicados con ellos, ¿de acuerdo?" preguntó Rogelio. "Necesito ver todo su potencial".
"Entendido", dijo Jermey. "¿Vas por Chaser de nuevo este año, Potter?"
"Por supuesto", respondió ella con una sonrisa de suficiencia.
"¡A sus posiciones, todos!" Roger ordenó, y Haven se subió a su escoba, volando hacia la meta. Jermey flotaba en el lado opuesto de ella, y Haven entrecerró los ojos a través del campo para ver a quién se enfrentaban. No reconoció a ninguno de los chicos del otro lado y no tuvo tiempo de preguntarle a nadie más porque Roger de repente hizo sonar el silbato. Rápidamente entró en acción, lanzándose tras una de las quaffles. Vio que Jermey hacía lo mismo.
Haven logró anotar dos veces con la ayuda de Jermey. Tenía que admitir que los dos trabajaban excepcionalmente bien juntos. Ella siempre lo había sabido, por supuesto. Ambos habían sido Cazadores durante tres años seguidos. Aún así, era como si estuvieran en la misma onda cerebral o algo así.
Los ojos de Haven siguieron a la quaffle y se inclinó hacia adelante en su escoba para ir más rápido. Uno de los chicos sin nombre apareció a la vista, y ella miró por encima por costumbre. Rápidamente volviendo a concentrarse en la tarea, los ojos de Haven se dirigieron de nuevo a la Quaffle. Intentó extender la mano y agarrarlo, antes de que una fuerte fuerza la golpeara desde su costado, y antes de darse cuenta, ya había comenzado a caerse de su escoba.
Cuando aterrizó en el suelo, no podía respirar, todo lo que podía hacer era mirar el cielo nublado por encima de ella. Malory acudió en su ayuda casi de inmediato, y en la distancia pudo oír a Roger tocar el silbato de nuevo, antes de que él también se agachara sobre ella.
"¿Potter?" Preguntó. "Potter, ¿puedes oírme?"
"No soy sorda", murmuró su respuesta, permitiendo que Malory la levantara lentamente para que estuviera sentada. El capitán le murmuró algo a Grant acerca de conseguir agua, y el chico de cabello oscuro salió corriendo rápidamente.
"Esa fue una caída desagradable", afirmó Roger. "Si hubieras estado más alto, podrías haber muerto".
"Estoy bien", aseguró, su respiración volvió a la normalidad. "Me quedé sin aliento, eso es todo. Creo que necesito un descanso".
"Por supuesto", respondió Malory. "Lo que sea. Roger, será mejor que no dejes que ese chico entre en nuestro equipo. Lo viste, ¿verdad? ¡Lo hizo totalmente a propósito! Ni siquiera ha venido a disculparse".
Haven encontró al chico del que estaba hablando, estaba parado a unos metros de distancia con otro adolescente sin nombre, ambos parecían estar susurrando entre ellos. Ella entrecerró los ojos. "Qué idiota".
"Relájate", ordenó Roger, colocando suavemente una mano sobre su hombro una vez que tomó una postura amenazadora. "Ya han sido descalificados. Haré que la enfermera te eche un vistazo".
"Estoy bien", repitió Haven bruscamente, y se tambaleó hacia atrás. "Lo siento, solo quiero dormir". De mala gana, Roger asintió y permitió que ella se levantara. "Podéis seguir practicando o lo que sea. Pero si le dais mi posición a alguien más, os patearé las malditas rótulas".
Roger dejó escapar una pequeña risa. "Está bien, lo tendré en cuenta. Ahora, ve a descansar un poco".
Haven regresó débilmente a la escuela, ignorando su espalda dolorida. Miró alrededor de los pasillos vacíos, dándose cuenta de lo tarde que era. Las clases ya deben haber terminado, ella ni siquiera pensó en eso. La habían dejado salir temprano de Defensa Contra las Artes Oscuras debido al Quidditch. Haven dobló una esquina, antes de casi chocar con un cuerpo. Los dos saltaron lejos el uno del otro, y ella se relajó una vez que se dio cuenta de quién era.
"Ginny," ella respiró. "Casi me da un infarto".
"Lo siento", se disculpó rápidamente la pelirroja. "Oye, ¿estás bien? Tienes esa expresión de 'odio a todos' en tu rostro".
Haven se habría reído de su descripción si no tuviera tanto dolor. "Sí, sí, estoy bien. Me caí de mi escoba, eso es todo".
"¿Quieres que te lleve a la enfermería?"
"No, gracias", Haven forzó una sonrisa y pasó junto a ella. Una vez que llegó a la sala común de Ravenclaw, rápidamente subió las escaleras antes de saltar a su cama, gimiendo en una de sus almohadas. A pesar de todo lo demás que había sucedido ese día, Haven solo podía pensar en cierto chico rubio, y de repente deseó que hubiera estado en sus pruebas. Por alguna razón, el hecho de que no lo estuviera la enfadaba. No era como si literalmente le hubiera dicho algo al respecto, y viceversa. Se había vuelto loca, de verdad. No había forma de que a Haven le gustara Draco Malfoy.
Volteándose con cuidado sobre su espalda para mirar el techo blanco pintado de manera opaca, Haven suspiró, antes de caer en el olvido.
