Desde que volví del capitolio no he salido para nada de la aldea de los vencedores, Sae la Grasienta, me trae lo que necesito para sobrevivir, me da comida, limpia mi casa y a veces se queda conmigo junto con su nieta, esa pequeña niña que vive en su mundo de cristal,a veces desearia ser ella.
Desde el dia que vi las Primroses que planto Peeta entre su casa y la mía, no lo he vuelto a ver.
Al saber que había regresado, me sentí feliz, ¿feliz?
¿Qué es ese sentimiento para mí?
Podría decir que las únicas veces que fui feliz; fueron a lado de mi padre y de mi querida hermana Prim.
La amaba tanto...
Pensar que la misión que me impuse desde un principio no fue cumplida y que al final ella se terminó yendo de mi lado; pero me siento aliviada de que ahora está con mi padre y se que los dos cuidan de mi madre.
Mi madre porfin pudo ejercer lo que tanto amaba; La medicina.
Ya no he vuelto a saber nada de ella, probablemente esté bien, seguramente no recuerda que aún tiene una hija viva, que de hecho no estoy viva técnicamente, parezco un avox.
Mi mentor Haymitch, sentó cabeza y se casó con la mujer que menos esperaba, Effie Trinket.
Solo los he visto salir a pasear un par de veces, tomados de la mano, se ven realmente bien.
Desde el fondo de mi corazón les deseo que sean inmensamente felices.
Hoy es un día brilloso, de los pocos que hay en el distrito 12, me dan ganas de salir, si salir de la aldea de los vencedores y ver qué sucede en la veta.
Sae la grasienta llega, me cambio y entro en la ducha, dejo que el agua fría me despierte, me visto y peino con mi trenza de costumbre, aquí está la Katniss que solía ser.
Bajo corriendo a la cocina, tomo una manzana y la muerdo ferozmente.
-Katniss, hoy estas muy bien, no te ha visto así en vario tiempo- dice Sae.
Me rió y comienzo a buscar dentro del refrigerador un poco de jugo, tomo salvajemente del envase y lo dejo caer dentro del bote de basura.
Sae me sirve el desayuno y me siento, veo que desde el marco de la puerta su nieta me mira y rechina su estómago.
-Ven nena, ¿tienes hambre?- le grito en voz tenue.
Ella asiente y se acerca poco a poco, le acerco una silla que esta alado de mí y le digo- siéntate pequeña y comete el desayuno que tu abuelita preparo con mucho amor- ella se me queda viendo y se sienta.
Sae la grasienta se queda con la boca abierta y me ve con unos ojos llenos de brillos.
-Gracias Katniss.
-De nada, recuerda puedes tomar lo que quieras, no quiero que pasen hambre.
Me levanto y le acaricio la cabeza a la niña, quien come felizmente a grandes bocadas.
Me dirijo a la puerta cuando Sae me dice.
-¿Vas a salir?
-Sí-le digo.
-Con cuidado, ¿iras a cazar?.
En ese momento, me viene a la cabeza el bosque... Cazar , no lo había pensado, hace mucho tiempo que no voy al bosque, casi un año sin salir de aquí, pensaba ir a la veta, a recorrer los viejos caminos de antes, jamás había pensado regresar aquel lugar que fue mi segundo hogar durante años, donde conocí al que fue mi mejor amigo y de donde sacaba el sustento para mi familia.
-No lo sé, pensaba ir a la veta, pero ahora que lo dices el sinsajo necesita volar un poco lejos hoy.
Tomo el arco que Beetee me regalo, junto con un carcaj de flechas normales. Y agarro la cazadora de mi padre. Abrocho con doble nudo mis botas, tal como lo haría Peeta.
Peeta. ¿Cómo estará?
-Katniss, luego averiguaras como se encuentra Peeta Mellark- me digo a mi misma y salgo de la casa, voy en camino al bosque mi antiguo hogar.
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El sinsajo del león.
FanfictionDespués de que la rebelión terminó, Katniss regresa al Distrito 12 sin la más minima intención de volver a vivir, sus fantasmas y traumas se hacen presentes, pero el amor de Peeta la hace creer en una segunda oportunidad... hasta que se enfrentan a...