Ajuste de cuentas.

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Lo aventé contra la pared con todas mis fuerzas y me pare frente a él tapandole la salida, estaba acorralado.

-Dime, ¿Porque lo hiciste?- le dije mientras lo retaba poniendole una mano atrás.

No respondía.

-Dime, ¿porque maldita sea lo hiciste?- dije mientras le daba una patada en la parte baja y hacía que se incara frente a mi.

-Fueron ordenes especificas señotita-decía mientras se agarraba del dolor.

El hombre que estaba postrado ante mi era aquel que le había entregado el veneno a Delly.

-Dime quien te ordeno eso, ¡DIMELO!- sentía como mi pecho estaba a punto de explotar.

-No puedo...- decía con dificultad.

-Ah, sí...- dije mientras sacaba una pequeña navaja que siempre cargaba conmigo y le daba pequeñas vueltas sobre mis dedos- creeme, no me cuesta nada soltarla, o mejor lanzartela a algún punto vital, sabes perfectamente quien soy, y lo letal que puedo ser, así que no te recomiendo en lo absoluto que me retes- dije mientras trataba de sonar lo más tranquila posible, mi nivel de enojo estaba pasando los límites.

Tragó fuertemente y su cara se volvió blanca, sabía perfectamente que había entendido que no vacilaría ni un segundo en matarlo (aunque fuera mentira).

-Esta bien, señorita Everdeen- dijo finalmente mientras se levantaba con dificultad.

Tomó aire y solo observé como sus labios se movieron, sabía perfectamente que habían dicho, pero no lo escuche, ya que sali corriendo en dirección hacia su habitación.

Algo me decía que habia estado todo este tiempo detras de esto, había confiado plenamente en él todos estos años y al final terminó quitandome todas las cosas importantes en mi vida...

Ni siquiera toque su puerta, si no que la abrí de golpe, y mi sorpresa fue encontrarlo desnudo en su cama con Delly Cartwright.

Me avalencé sobre él acorralandolo contra la cama y ella saltó cayendo, no me importaba, después ajustaría cuentas con esa idiota.

-Me mentiste- le gritaba mientras sostenía mi navaja en lo alto, como si estuviera a punto de clavarsela.

-Katniss, yo te puedo explicar...- aprete más su cuello, dificultandole más la respiración.

-No me tienes que explicar nada, eres un cobarde, un imbecil, no puedo creer que confie tantos años de mi vida a ti, que termiaste traicionandome como un vil canalla, destrozandome a cada paso que dabas, me quitaste a mi hermana y ahora estuviste a punto de quitarme a Peeta.

-Él... él no es suficiente... para tí- dijo mientras trataba de quitar mi brazo de su cuello.

-¡Katniss sueltalo!.

La voltee a ver, estaba ahí cubierta solo con una sábana.

-Callate, tú y yo tenemos que ajustar cuentas.

Aprete más su cuello, se estaba poniendo morado.

-Tú que sabes de lo que es bueno o no para mi, trataste de parecer el bueno de la historia todo este tiempo, el que se preocupaba por mi, pero es mentira, todo el tiempo junto a ti fue mentira; Peeta es el unico que se ha preocupado realmente por mi, eres un fiasco, eres un asco, eres nefasto Gale Hawthorne- Le apreté la yugular y le di una bofetada tan fuerte que cayó al suelo inconciente.

Me retiré de la cama y camine hacia Delly, tenía lagrimas en los ojos, todo su maquillaje estaba corrido; intentó escapar cuando se percató que estaba cerca de ella, pero aventé mi navaja provocando que la puerta se cerrara.

Ella ya no tenía fuerzas y se tiro en el suelo; mi rabía era casi incontenible, pero sabía que no debía cometer nada imprudente.

Tome mi navaja y le tome el cabello rubio que se derramaba por el suelo; la levanté y la puse frente a mi.

-Lo mataste, lo mataste, ¡eres una asesina!.

Mis ojos estaban frios, mi cara no se movia.

-Tú fuiste la que estuvo a punto de matar a Peeta, y todavia tienes el cinismo de decirme que yo mate a Gale, eres una hipocrita, mujerzuela que solo quiso herir a Peeta por un capricho de niña estupida- jalé más su cabello hasta que quedara viendome desde abajo- A pesar de que te acostabas con Gale andabas tras de él como si nada, nos lastimaste a ambos y aún asi fuiste complice de ese maldito plan que lo tiene en coma desde hace tres días, de alguna manera tienes que pagarlo.

-¡No me mates!- dijo suplicando.

-¿Por qué habría de manchar mis manos con una sangre tan sucia como la tuya?.

Sus ojos denotaban terror.

Tome su cabello desde la nuca y con un movimiento rapido lo corté, sus caireles dorados cayeron al piso, sentí como todo su cuerpo se estremeció.

-Creo que eso te dolera más que la muerte- dije mientras pasaba y abría la puerta.

Cuando salí, escuche sus gritos de dolor, sabía pefectamente que ella amaba demasiado su cabello, aunque esto aún no termina.

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Nota de la autora: Comenten que les pareció, a mi se me hizo medio rudo, en fin espero que les haya gustado y el prox cap, es el penultimo.

El sinsajo del león. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora