07

490 27 30
                                    


-Me gustas... No, te quiero, Aubrey. 

En ese mometo, su respiración y corazón se detuvieron. Miraba fijamente el rostro de Sunny sin parpadear, tratando de procesar lo que había oído. Ella ya tenía sus sospechas, pero aún así, una pequeña parte de ella temía que quizás sólo fuese un malentendido. Y sin embargo...

-Es... -tragó saliva. Su garganta le ardía-. ¿Es verdad? 

Sunny asintió con seriedad. Aunque su expresión seria junto con el rojo de su piel le daba un toque algo cómico. Sin darse cuenta, Aubrey sonrió.

-Y... -empezó el pelinegro-. ¿Qué... qué dices? 

Ella se rio, al notar que Sunny estaba actuando como el Sunny que conocía. Él ladeó la cabeza, confundido. 

-¿Qué es tan gracioso? -preguntó, con un evidente tono de nerviosismo en su voz. Lo miró, y se sintió algo mal por reírse. 

-Bueno... -se quedó sin palabras. ¿Cómo respondía ante aquello? "Te quiero, Aubrey". Podría decir lo mismo. Pero... por alguna razón, las palabras se le atascaban en su garganta, y su estómago ardía de sólo pensar en decírlo. 

Así que durante un rato, se quedó en silencio, y Sunny hizo lo mismo, no queriendo molestarla. 

En ese pequeño rato en el que ninguno dijo ninguna palabra, Aubrey se quedó admirando el rostro de Sunny. Sus mejillas redondas, su ojo negro que brillaba como una gema, su pequeña nariz... 

Fue cuando vio de cerca que tan guapo era ante sus ojos, que supo que hacer. 

Primero, y nerviosamente, entrelazó sus dedos con los de Sunny, quien la miró algo sorprendido pero no dijo nada. Ambos se estrecharon las manos y él la miró de tal manera que Aubrey sintió que podía ver su alma. Tragó saliva y despacio, acercó su rostro al de Sunny con sus ojos fuertemente cerrados. Ella pudo sentir el cálido aliento del pelinegro sobre sus labios y sudor empezó a recorrer su rostro por los nervios. Por un momento, juro que el latido de su corazón y el de Sunny latía igual de fuerte... 

Sin embargo, pasó lo que pasa cuando no practicas para tu primer beso y se golpearon las puntas de las narices, haciendo que ambos se echasen para atrás, soltando quejidos de dolor y sujetandose con fuerza sus narices.

-¡Auch! 

-¡Joder, joder! 

-Uff...

-¡Duele, coño! -exclamó Aubrey, golpeando el pasto con el puño, y sin dejar de cubrir su nariz con su otra mano. 

-¿Aubrey? -allí ella detuvo su ataque a la hierba, y alzó la mirada, notando que a Sunny le había salido una lagrimita, y que la punta de su nariz estaba enrojecida. Fue ahí que recordó que no fue la única víctima, y rápidamente gateó hacia él. 

-¡Sunny, lo siento! -lo abrazó con fuerza y después se apartó para sostenerlo de los hombros-. No quería hacerte daño, es sólo que... yo nunca... pero quería... ¡ugh! -tironeó de los mechones largos de su cabello y Sunny la detuvo, apoyando sus manos con suavidad.

-Está bien, lo entiendo -dijo con una diminuta sonrisa, para después, darle un suave beso en la mejilla. 

Una vez más, se quedaron admirando los rostros del otro... hasta que Kel se asomó:

-¡Oye! ¿Qué hacéis?

En ese momento, Aubrey quiso mandarlo lejos de un puñetazo. 

-¡NADA! 

-¡Oye, tranquila! -Kel alzó sus manos, asustado, y retrocedió un paso-. ¡Perdona, sólo quería ver como estáis!

-¡Pues estamos bien! 

-Aubrey -ella volteó de golpe al oír a Sunny-. Está bien. Seguimos hablando después.

-Sunny... 

Él no dijo nada. Se puso de pie, y Aubrey lo imitó, algo confundida. Sunny bajó la cremallera de la chaqueta y se la quitó para después ponersela sobre la cabeza de la chica, con una sonrisa divertida en su cara. 

-Vamos adentro. 

Y comenzó a caminar, dejando a Aubrey atrás, aún con la chaqueta que cubría su cara confundida. 

-¡Aubrey, vamos! -exclamó Kel. 

Lentamente, ella se la quitó y se la echó sobre el hombro derecho para después entrar, evitando hacer contacto visual con Kel. Una vez en el salón, Hero le explico que ya que se hacía tarde, verían una peli más corta, y después se irían a dormir. Ella se limitó a asentir con la cabeza. 

Su cabeza estaba procesando lo sucedido en el jardín. Lo que Sunny le dijo. El "casi" beso. Luego el que le dio en la mejilla. Y ese "seguimos hablando después". 

¿Después cuando? ¿Mañana? ¿Al finalizar la peli? Apenas pudo prestar atención a la película. Su mente no paraba de recordar y teorizar. Su estómago se revolvía. Y se sentía más feliz que nunca. 

Después de la peli, y al igual que la noche antes de que Sunny se fuese (bueno, se suponía que se iba a ir) tomaron mantas y almohadas para dormir en el salón. Pero esta vez, Aubrey le dejo a Kel el sofá, por una parte, como modo de disculpa, y por otro lado, para poder estar al lado de Sunny. Sólo esperaba no ser muy obvia. Se tumbó de costado y de manera que podía estar cara a cara con el pelinegro, quien se había tapado hasta las orejas. Ella sonrió al verlo, y cerró sus ojos, deseosa de que mañana llegase. 

¿LO INTENTAMOS OTRA VEZ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora