-Bueno, mi turno- dijo. -No sé cuanto puedes saber, si es que puedes saber algo. Sí, mi nombre es Choi Si Won- dijo mientras se sentaban. -Fui agente secreto de la policía. Participé en incontables operativos y tuve que enfrentarme a muchos criminales. Mi cara es conocida por gran parte del bajo mundo de Seúl. Todos saben que no es correcto toparse en mi camino. Me salí de la uniformada cuando descubrí que uno de mis jefes hacía tratos corruptos. Por su puesto, inenté hacer lo correcto y denunciarlo, pero un superior, incluso más arriba de él, me aconsejó que no lo hiciera. Resulta que los grandes mandatarios de la uniformada le temen a los que negocean tratos sucios desde adentro con criminales y prefieren hacerse de oídos sordos antes de tomar acción. Así que decidí olvidarme de todo y comenzar una carrera en otra cosa.
'Sin embargo, el cargo de conciencia fue mucho más y pronto me encontré buscando la manera de explonerlos desde afuera. Esa maleta que tanto detestas la adquirí luego de que descubriera que iba a ser vendida por... bueno, bastante dinero, por un agente corrupto para tratos del bajo mundo. No, no la robé, la compré. Pero, en un descuido, mi identidad quedó al descubierto y ahora me buscan.
'Lo del lobby del hotel fue un error. Me hospedé allí unos días en lo que adquiría la compra, pero tropecé contigo. Me distraje demasiado como para darme cuenta de que tomé la maleta equivocada y ahora te encuentras metida en este enredo-.
Esperaba mi reacción.
-¿Pero qué pudo haberte distraído tanto como para que cometieras un error tan grande?- Estaba inmersa en su historia. La veía en mi mente como una película.
-Eso, prefiero reservármelo-.
-Me cuentas quién eres y a qué te dedicas y no puedes contarme qué fue lo que te distrajo tanto. ¿Alguien te venía siguiendo? ¿Huías de alguien? ¿O...?-
-Tú... Me distraje contigo- confesó interrumpiéndome a media frase y retirando la mirada de mi rostro.
No supe qué decir.
-No tienes que decir nada- dijo como si leyera mi mente. -Simplemente fue un descuído- añadió.
También me había distraído viéndolo a él, así que no lo podía juzgar. Sin embargo, las palabras parecieron abandonarme en aquel momento. El silencio de volvió incómodo.
-No sé qué decir al respecto. Creo que todo lo que ha pasado ha sido tan abrumador que no pensé en esa posibilidad- respondí al fin.
-En realidad es totalmente normal que, pensando que soy un criminal, descartes cualquier posibilidad que tenga que ver contigo directamente. Yo me encontraba en medio de un operativo. Si me iba a distraer, debía haber sido con algo que tuviera relación con lo que me encontraba haciendo. Hubiera sido más justificable-. Siwon continuaba sin mirarme. Solo de a momentos volteaba su rostro hacia mi, pero desde aquella confesión evitaba mi mirada.
Sin saber qué se apoderó de mi, viré su rostro hacia mi y lo besé. Él tardó solo un segundo en responder. Rodeando mi espalda con su brazo, me acercó hasta su cuerpo para besarme mejor.
Me despegué un poco y lo miré.
-He querido hacer eso desde que te vi por primera vez- confesó.
-¿Todavía me pregunto por qué es tan cómodo estar contigo?- dije. -Eso es algo que nunca imaginé que sería capaz de hacer-.
-¿Qué? ¿Besar?- preguntó sorprendido. Sonreí.
-No. Tomar la iniciativa- dije antes de volver a besarlo.
Acababa de descubrir una parte de mi totalmente desconocida. Y antes de consciente de nada, ya estaba sentada sobre su regazo. Sus manos me habías ayudado a acomodarme entre sus brazos.
-Es mejor que nos detengamos- sugerí sin aliento.
-Fuiste tu la que empezó- dijo Siwon buscando mi boca una vez más.
Aunque había fuego por todas partes, ambos decidieron que no era el momento.
Al cabo de unas horas luego de los besos, roces, confesiones y anécdotas, alguien tocó a la puerta.
Siwon respondió. El hombre le hablaba coreano.
-Nos han encontrado. Tenemos que irnos- dijo.