nine.

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Oliver me cargó hasta mi habitación y me tiró en mi cama. Él rió. Mi cabello estaba regado por toda mi cara y mis ojos estaban achinados por el sueño que tenía.

—Cuéntame todo, puta —Insiste mientras se recuesta en el marco de la puerta, mirándome detenidamente.

—No pasó nada —Le respondo a su curiosidad— Simplemente hablamos de nuestras vidas y así. Ni siquiera fuimos tan lejos, fue nuestra primera salida.

—Algunos besan en la primera cita —Me afirma, porque él era uno de ellos.

—Eres gay —Le digo con cierta pizca de seguridad— No puedes besar chicas, Oliver.

—No lo soy, me gustan las mujeres —Se cruza de brazos intentando parecer serio, pero no le sale—Eso eres tú, que te tiras a todos y a todas.

—¡No es cierto! —Exclamo algo enfadada. Oliver siempre acostumbraba a decirme puta por salir con algún chico. No era bisexual, él solamente lo decía porque una vez una lesbiana me quiso coquetear, pero no estoy en contra de ello.

¡SOLO ME PARECIÓ EXTRAÑO!

—En fin... —Hizo una pausa, sentándose a mí lado en la cama— Que bueno que por fin hayas aceptado la idea de andar con un chico.

—Solo fue una salida casual, no es para tanto.

Oliver se quedó callado y me vuelvo a tirar en mi cama, jalando las sabanas hacia mí. Me arropo completamente e intento dormir, hasta que estoy atrapada en un dulce sueño lleno de comida y dulces.

[...]

Me despierto y encuentro el vago cuerpo de Oliver encima de mí, impidiendo que me pueda levantar. Cielos, ese muchacho come. Pesa más que un rinoceronte embarazado. Intento levantarlo pero es inútil, tan solo lo empujé hacia un lado hasta que se cae de la cama y se despierta como si hubiese tenido una alarmante pesadilla que lo ha espantado. Me reí muy estruendosamente y él me mira con odio. O algo así.

—No te rías, maldita estúpida —Gruñe incómodo y se levanta del suelo para volver a dormir—Te odio, aunque no pueda. Bastarda.

—Oh, vamos —Me subo en su espalda y le muerdo una oreja—Soy tú mejor amiga, no te puedes enojar con tu mejor amiga.

Oliver gruñe y me tira hacia un lado. Yo por mi parte intento no reír, pero las reacciones y acciones de mi mejor amigo no me permiten aguantar las carcajadas que quieren salir. Al final, me termino riendo como una foca retrasada mientras agarro mi estómago con fuerza. Duele reír tanto.

Él se va de recamara, notándose el enfado en su rostro. Lo persigo hasta llegar a la cocina y está sirviéndose unas tostadas con zumo de naranja. Agacho la cabeza intentando llamar su atención, hasta que lo consigo y me abraza fuertemente.

—Boba, sabes qué te quiero —Susurra en mí oído y yo asiento levemente.

—Lo sé —Río un poco y me separo del abrazo. Me sirvo en un bol cereal. Soy muy perezosa como para hacerme tostadas con zumo, y me dirijo junto a Oliver hacia la sala. Nos sentamos en el sofá y enciende la televisión.

Era un programa algo confuso, pero no estaba prestando atención a ver el programa, solo estaba pendiente a terminar mi cereal e ir a vestirme para poder marcharme hacia el centro comercial y habla un rato con Luke. Sinceramente, eso era lo que estaba esperando desde la mañana. Oliver, estaba bastante concentrando y yo estaba desesperada porque había terminado el cereal. Así que, lo tomé del brazo y le mordí fuertemente para que pudiera verme a los ojos y eso funcionó, Oliver odiaba que le mordieran, pero como era yo, Paige, su mejor amiga.

—Paige, odio que me muerdan —Me recuerda y yo me reí de ello. Oliver se levanta del sofá, yéndose a la cocina a dejar el plato y el vaso en el fregadero. Lo jalé de la mano y lo llevé hasta mi cuarto para que se vistiera y pudiéramos ir al centro comercial.

Él se vistió en menos de quince minutos. Yo me di una ducha relajante y cuando salí de allí me coloqué un vestido con vuelo y unas zapatillas para combinar bien el vestido. Era uno de mis favoritos y era raro, nunca acostumbré a usar ese tipo de ropa, pero ese ha sido el único del cual me enamoré a primera vista.

Caminamos un largo rato hasta llegar al sitio. Oliver me permitió pasar primero y yo le agradecí, pasando. Obviamente, él siempre fue bastante caballeroso, cariñoso y muy sobre protector conmigo. Ha de ser como un hermano para mí, lo quiero mucho. Por ahora, eso no era el caso ni lo que debería estar pensando. Yo tenía que ordenar mis palabras a la hora de ver a Luke por segunda vez. Digo, de hablar con él formalmente. Lo he visto tantas veces que perdí la cuenta.

Oliver me alentó a que dejara mi timidez y fuera a decirle aunque fuese un simple y pequeño "hola", pero por lo menos le dejaría a entender que eran amigos conocidos. Entré a la tienda donde siempre acostumbraba ir y lo vi. Estaba mordiendo su labio mientras miraba una lista de no sé qué y escribía un montón de cosas. Tal vez eran las últimas compras que se habían realizado en los últimos meses, años, días, semanas, yo qué sé. No me interesa porque no trabajo en ese lugar.

Me acerqué y exhalé varias veces antes de saludarle. Luke dejó de escribir en la libreta y me observó detenidamente, dedicándome una tierna y resplandeciente sonrisa que no pude evitar corresponder. Alcé mi mano y antes de decir algo me retracté. Solo pude verlo. No pude decir nada. Me había quedado en blanco por completo.

—Hola, Paige —Sonríe ampliamente y yo lo hago también, pero no soy capaz de responderle.

—Emh, hola —Balbuceo incómoda.

Tal vez estaba nerviosa.

Y ni siquiera estaba consciente de ello. Solo me olvidé de todo.

furby ✧ lrh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora