I'd marry you, Harry

Capítulo 4.

Cuando decides vivir con tu pareja, deberías cuestionártelo 2 veces.

Es decir, no es algo malo o por cuestiones de moral.

Ni si quiera es un tema religioso.

Simplemente debemos recordar que ahora, tendremos más responsabilidades del tipo...

¿Quién lava y quién limpia? ¿quién paga la luz y quién paga el agua? ¿quién ordena mientras el otro guarda la ropa?

Ese tipo de cosas podrían ser perjudiciales en cuestiones personales.

Te afectarán emocionalmente o tal vez físicamente.

No se descarta que económicamente.

Louis se cataloga a sí mismo como un novio sumiso, bastante acoplado a lo que su pareja decida hacer con él y con su relación, no suele cuestionar algunas cosas, prefiere escuchar antes de discutir.

Pero todo tiene un fin.

Y una cosa es estar enamorado de alguien, procurarlo, hacerlo sentir bien a tu lado y otra complementamente diferente es ser su tonto.

No es bueno dejar que te humille y/o someta solo por cuestiones de poder y soberbia, no es bueno tener que llorar en silencio para que no hayan problemas.

Siempre ha pensando que la mejor manera de solucionar un problema de parejas, es la separación.

Definitiva o decisiva en cuestión.

Simplemente por salud mental.

Y bueno, ahora puede decir que finalmente dejó ir a Mitchel.

Este mes decidió que no iba a dejarse arropar por sus sábanas o mantas, debía hacer algo por él, Mitchel ya había iniciado otra relación.

Y no lo malentiendan, él no quiere solamente sexo por compromiso. Pero por una única vez, quiere sentir lo que es hacer algo indebido.

Sí, tal vez no sea tan indebido, pero en sus términos y metas personales, no está el tener sexo casual con un extraño.

Aunque, una vez al año...

Ya saben el resto.

—Sí, Niall, lo haré.–dijo a través de la línea telefónica a su amigo rubio.

Mantenía el celular en el hombro y su oreja pegada a este, mientras elegía su ropa antes de meterse a bañar.

—¡Te lo he dicho, Tommo! este bar es el mejor de este mundo, además, ahí podrás encontrar a muchos chicos guapos.–bufó.—¿qué chicos guapos? ¡con una v....

—¡Niall! –regañó el oji-azul, sus mejillas quedando de color rojo enseguida.—no es lo único que me importa, ¿sabes? –suspiró, tomando el celular entre sus manos y relajando sus músculos mientras se tirana en la cama.—quiero alguien que me ame.

—Y lo encontrarás Tommo, simplemente no es tu momento.

—Ya lo sé.

—Pero eres guapo, millonario y con un culo que.–silvó.—si no fueras mi amigo, te lo reventaba.

—¿Y a ti quién te ha dicho que soy el pasivo?

—Tu cara me lo grita.

Louis rió escandalosamente por las ocurrencias de ese chico.

—En realidad éramos versátiles, me gustaba más ser el activo.

—Honestamente hermano, que te crea tu abuela.

—Muy gracioso Horan.–bufó.

—¿Regresarás al hospital el lunes, no?

—Sí, ya estoy cansado de evadir mi vida, los niños me hacen feliz y trabajar me mantiene ocupado.–se encogió de hombros.