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Nat's POV:

-Mierda, Lilah, has visto mis botas de nieve? - grité hacia la cocina desde la habitación mientras volteaba la maleta para buscarlas. Tenía inducción en la universidad y ya estaba atrasada. No tenía mi moto y el autobús tenía unos horarios horribles. ¿Cómo se suponía que llegara a tiempo?, extrañaba mi motocicleta. Había tenido que dejarla en casa. No había forma de traerla. Tampoco podía usar bici o patineta, ya que era inútil con la cantidad de nieve que había en la calle. - ¡¡LILAAAAH!!

Caminé hasta la cocina y vi una nota pegada en la puerta del refrigerador. "Nat, salí antes para alcanzar a comprar un café antes de clase. Ten lindo día." Vaya estupidez por la que me ha dejado. Boté la nota al basurero y decidí ponerme mis zapatillas de siempre. Quizá si tenía el suficiente cuidado, el hielo no me mataría.


Entré a mi primera clase de la forma más silenciosa posible. El auditorio estaba repleto y el profesor escribía algo en el pizarrón. Bajé los escalones de puntillas hasta encontrar un asiento vacío.

-Me alegra que nos honre con su presencia, Srta. Romanoff. - el maestro no se volteó al hablar, me senté en el único espacio libre que encontré mientras todos me miraban en silencio, expectantes. - quizá para la próxima quiera recordar que la puntualidad es algo que valoramos en esta escuela.

Se volteó, su cara hostil me indicó que ni siquiera estaba siendo sarcástico. Agaché la cabeza y traté de acomodarme sin hacer ruido. Escuché un par de risitas burlonas detrás de mí, pero decidí no prestar atención. 

-Disculpe. - murmuré apenada - no volverá a ocurrir. - El profesor asintió con el ceño fruncido y se dio media vuelta para seguir escribiendo. 

-Walker es un idiota, no te preocupes. Puedo prestarte mis notas si quieres - me giré para mirar al chico que me hablaba en un susurro casi inaudible. Sonreí. Era bajito, incluso sentado, y sus ojos se achicaron un poco al sonreírme de vuelta.

-Gracias, me serviría bastante.- susurré y sentí al maestro mirarme fijamente. El chico se inclinó hacia mí y me habló casi en el oído.

-Soy Clint Barton, por cierto, un placer - me extendió su mano y la tomé mientras el maestro Walker continuaba de espaldas a nosotros. 

Al terminar la sesión, Clint salió del salón junto a mí. Me prestó sus notas para que pudiera ponerme al corriente y me indicó la dirección de la sala para mi próxima clase. Fue bastante amable, y no en un tono coqueto, sino genuinamente simpático, algo que agradecí enormemente.

Caminé por el pasillo en silencio mientras leía mi horario, sentí unos pasos caminar rápido junto a mí y cuando me giré pude ver al maestro Walker sonreírme. 

-Señorita Romanoff, un gusto tenerla en mi clase - extendió su mano, pero al ver que iba con las manos ocupadas, la retiró. Sonreí algo incómoda.

-No pretendía interrumpirlo, es mi primer día y aún no memorizo el camino al campus.

-Lo sé, es solo que debo dar el ejemplo, ya sabes, no puedo hacer una excepción con nadie, incluso con una mujer tan hermosa como tú...

Todas mis alarmas internas se encendieron cuando escuché esa frase.  Sentí náuseas por lo inapropiado de la interacción. Fruncí el ceño y apreté aún más contra mí los libros que cargaba.

-No le estoy pidiendo que haga una excepción por mí - respondí molesta- si no le importa, tengo otra clase a la que llegar.

No lo dejé responder, solo caminé lo más lejos posible sin mirar atrás. Me angustió saber que su clase era la que tenía más créditos del semestre, porque después de eso ya no quería volver a verlo en la vida. 

CRUEL WINTER // WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora