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Nat's POV:

-Nat, ¿quieres que te traiga un té o un vaso con agua? - ofreció mi amiga a través de la puerta.

Ni siquiera pude responderle a Lilah, no tenía ánimos. Estaba acostada en posición fetal, bajo un montón de mantas que me cubrían hasta la cabeza.

La habitación estaba en completa oscuridad,había cerrado las cortinas y me había puesto mi ropa de dormir.

Sabía que el reloj de mi mesita de noche debía marcar apenas las 5 de la tarde, pero no me importó.

Al no contestarle, Lilah decidió entrar de todas maneras. Se sentó en el borde de la cama junto a mí y quitó las frazadas de encima para poder ver mi rostro.

-No entiendo porque dejaste que esa perra te hiciera llorar...-rodó los ojos mientras retiraba algunos mechones de cabello de mi cara- nunca me dio buena espina.

Yo me incorporé mejor y me sequé las lágrimas con el dorso de mi mano.

-Creo que realmente necesitas una taza de té. Iré a preparar un poco.

Yo le sonreí y ella salió de la habitación en dirección a la cocina. Apoyé mi espalda en la pared, acomodando las sábanas de mi regazo.

Lilah no había presenciado el golpe ni los gritos, y yo solo le había dicho que había sido una discusión debido al proyecto de fotografía, que a estas alturas, me importaba un carajo.

Ya había repasado cada detalle de la discusión, culpándome por cada palabra. Mi mente estaba en ese lugar oscuro del que tanto intentaba escapar. Me estaba consumiendo la rabia y la desesperación, anhelaba tener una vida normal, sin tener que sentir el rechazo de las personas que me rodeaban.

¿Era eso mucho pedir?

Suspiré, frustrada.

Sabía perfectamente que existía algo malo en mí, porque había herido a Wanda en mi afán de ocultarlo.

Pero Lilah estaba tan contenta de que Bruce fuera parte de mi vida. Me hacía sentir normal, sin presiones. Y algo me decía, muy dentro de mí, que mi familia también lo habría aprobado sin chistar.

El problema era que todos parecían estar felices, y yo aún estaba aterrorizada de imaginarme una vida a su lado. Realmente ansiaba sentirme enamorada, verlo y estar contenta de que tuviera ojos solo para mí o derretirme con cada gesto de romanticismo copiado de las películas con las que crecí.

En cambio, yo era un monstruo sin sentimientos. Fingía reírme de sus chistes que no me hacían gracia, me daba vergüenza ajena cuando me llamaba con apodos cursis y sentía la urgencia de arrancarme la piel cada vez que sus manos se posaban 1 milímetro más abajo de mi cintura.

Pasé mis manos por mi cabello, atormentada por esos pensamientos. Mis ojos se habían vuelto a aguar cuando Lilah apareció otra vez en la puerta, esta vez con una bandeja con una gran taza de té.

-Aquí tienes...- la puso sobre mis piernas y se volvió a sentar a un costado de la cama.

-Gracias...

Le di un sorbo a la bebida e hice una mueca al notar que estaba hirviendo.

-Ten cuidado -susurró Lilah antes de hacer una pausa- ¿sabes? Vi sus fotos en una galería de la calle principal hace algunos días. La reconocí por su nombre. Su trabajo no es tan bueno...

No despegué los ojos de mi taza. Quizá Lilah solo trataba de ser buena amiga y animarme, pero aún así, me molestó de sobremanera que hablara mal del trabajo de Wanda.

-¿Estás segura de que solo discutieron sobre ese proyecto? Tengo la sensación de que se trata de algo más...

Levanté la vista para presenciar la sospecha en su rostro. Me tensé al instante.

CRUEL WINTER // WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora