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Nat's POV: 

-No tienes que decir que sí, si no quieres, sin presiones. - Wanda me miró fijo sacándome de mis pensamientos y sentí mis mejillas arder.

-No, no es eso. Está bien. Podemos ser pareja si quieres - ella soltó una risita y caí en cuenta de que lo había malinterpretado- de trabajo, me refiero.

- Sí, por supuesto. - ambas sonreímos - Oye, te parece si...? - 

-Hey Nat, ¿lista para el almuerzo? - Lilah apareció detrás de mí interrumpiendo a Wanda. La miré desconcertada. Ni siquiera le dijo hola, solo la ignoró.

-Bueno Nat... nos vemos en clase. - Wanda también ignoró a Lilah. Le sonreí y ella siguió su camino.  Lilah me tomó del brazo para arrastrarme hacia la cafetería. Suspiré, feliz y algo confundida. Pero pronto me sentí molesta por la forma tan agresiva en la que Lilah me había abordado. Me solté de su agarre y noté cómo sus uñas habían quedado marcadas en mi piel.

-¿Quién era tu amiga? - levantó su ceja izquierda y me miró con desaprobación. Ella sabía de mi problema e intentaba mantenerme en el camino correcto, o al menos eso decía ella. Después de todo, Lilah siempre estuvo ahí para mí, incluso después de dejar a su hermano. 

-Oh, Wanda es una compañera de fotografía. Tenemos trabajo juntas. - le resté importancia y ella se plantó frente a mí, para ese entonces ya estábamos junto al estacionamiento, pero no había más gente alrededor

-¿Le coqueteaste? - su rostro estaba serio y me sentí regañada. Sus ojos se tornaron más oscuros y su piel pálida se había tornado de un color rosa, por el enojo tal vez. Negué rápidamente. Me sentí intimidada, Lilah era mucho más alta y robusta que yo, por lo que inmediatamente me sentí como una niña pequeña. - que este país sea más liberal no quiere decir que puedas volver a ser una desviada.

- ¿De qué estás hablando? Solo era una compañera...-intenté excusarme. Entiendo que Lilah solo quiere lo mejor para mí, también sé que su familia es muy tradicional y que luego de lo que sucedió siente la necesidad de protegerme, pero honestamente, preferiría que no lo hiciera. Su actitud hacia mí no volvió a ser la misma desde entonces: me vigilaba, me arreglaba citas con chicos y ha saboteado todas mis oportunidades de hacer más amigas. 

-Bien, porque no queremos problemas aquí, ¿cierto? - Mi atención volvió a ella, que estaba cruzada de brazos y con el ceño fruncido.

-Aquí no es ilegal. - repliqué en voz baja y ella giró los ojos.

-Le prometí a tu padre que te mantendría alejada de tus... tendencias.- sentenció.

Nos miramos un par de segundos, no pude descifrar su expresión. Pero no era de arrepentimiento por lo que acababa de decir. Sé que mi padre tampoco estaba feliz con la situación, pero la última vez que hablamos me prometió que siempre me querría. 

-¿Sabes? Ya no tengo hambre. Nos vemos en casa. - No supe cómo sentirme, odiaba esta sensación constante de sentirme juzgada. A veces odiaba sus comentarios, pero rara vez decía algo para defenderme, después de todo, ¿qué podía decir? Estaba marcada, había cedido a mis deseos y  lo habían descubierto. Era mi culpa.

 Quise llorar, pero me mordí el interior de mis mejillas evitando pensar en las lágrimas que amenazaban con caer de mis ojos. Estaba harta de intentar convencer a todos que no soy un monstruo. Prendí un cigarrillo cuando estuve lo suficientemente lejos de la vista de Lilah, quería estar sola.

Wanda's POV:

Me detuve en la entrada de la biblioteca y me extrañó ver mi rostro reflejado en el cristal de la entrada. Tenía una sonrisa estúpidamente grande grabada en el rostro.

CRUEL WINTER // WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora