Historias Destiel

𝙴𝚕 𝚏𝚎𝚝𝚒𝚌𝚑𝚎 𝚍𝚎 𝙳𝚎𝚊𝚗

Dean caminó hacia la cocina por una cerveza y vió a su mejor amigo agachado en la alacena.

Inevitablemente sus pensamientos comenzaron a deslizarse en su mente, abriéndose paso como cuchillo caliente en mantequilla, mientras abría la botella, sin dejar de mirarlo.

Sin pensarlo mucho, se dió cuenta de algo.

¿Debería comprarle otra ropa? Se preguntó a si mismo, mientras observaba la apariencia del ángel

Jamás le había importado, pero era cierto que podía contar con los dedos de su mano las veces que vio a Cass usar ropa diferente a la que siempre traía puesta.

No era prioridad, el tipo era un ángel, sabía que no lo necesitaba, pero tal vez... Podría simplemente llevarlo a la tienda y elegirle algo más... Cómodo. Aunque sea para andar dentro del bunker.

Pero siempre con la gabardina. No podía imaginarlo sin ella. Cómo cuando estaba con su ropa de paciente psiquiátrico, pero llevaba puesta su gabardina.

La que guardó con cuidado en el maletero del auto, cuando creyó que su amigo había muerto en el lago.

... Si lo pensaba mejor. Se dió cuenta que estaba muy acostumbrado a asociarlo, con esa vieja y gastada prenda color caqui

Sobre todo, si siempre llevaba puesta, sin importar que.

En un principio le parecía tristemente monótono, luego terriblemente irritante y por último, necesariamente inalterable.

Negó levemente con la cabeza espantando esos desvaríos.

Dean Winchester odiaba ponerse a reflexionar sobre el significado profundo de sus pensamientos y su percepción de lo demás...

Estaba demasiado ocupado consumiendose a si mismo en culpa y autodesprecio, procurando ahogar su conciencia sucia, además de sus manos manchadas de sangre en el alcohol que bebía todos los días.

Por ende, cada que su hermano hacia algunas menciones o comentarios sueltos sobre su "vínculo profundo" con el ser celestial, Dean prefería hacerse olímpicamente el desentendido

No por falta de inteligencia o siquiera de percepción propia, el mayor de los Winchester era bastante consciente de lo que ocurría

Pero ser consciente y hacer algo al respecto eran dos cosas diferentes.

Dean no podía darse esos lujos. Lisa había sido la última persona con la que creyó que podría tener un futuro y lo único que había conseguido era casi arruinarle la vida, por no decir que por poco terminaba muerta.

Se consideraba a si mismo un mal augurio, así que no. Él era consciente de que tenía atracción por Castiel, pero no haría ningún tipo de acción o algo al respecto.

Prefería hacer de cuenta que no se daba cuenta, pero el cuerpo muchas veces es muy traicionero al respecto

La forma en la que se miraban, en la que estaban sincronizados en los casos, en la que se apoyaban mutuamente, la fé de Castiel en él, le daban a Dean más motivos para buscar un medio de escape que silenciara lo evidente.

Algo que apaciguaran los instintos que clamaban por tomar al ángel contra una pared y llenarlo de tantas marcas de lujuria que no sabría dónde empieza su piel y termina la siguiente marca

Cada vez era más difícil pretender. Más complicado disimular, y aún más imposible, mantenerse concentrado cuando--...

Castiel gruñó levemente molesto, por estar batallando con algo dentro de la alacena

Trayendo nuevamente a Dean, esos pensamientos menos inocentes sobre su amigo y su ropa.

La jodida gabardina que siempre resguardaba secretamente la anatomía del ángel, está vez sucumbía por la fuerza de gravedad, y terminó por acentuarse en la curva del trasero del ángel, para levantarse apenas en la parte del dobladillo