Historias Destiel

𝙼𝚞𝚍𝚊𝚛𝚜𝚎

Sam sabía que tenía que mudarse.

Era innegable, era necesario, y por el amor al sagrado pay de Dean, era absolutamente normal que quisiera mudarse.

Después de doce jodidos años siendo el tercero en discordia, ya debió simplemente armar sus maletas y largarse de allí.

No debía irse precisamente lejos, de hecho, con simplemente vivir cruzando la calle se conformaba.

Pero ya había tenido una feroz discusión al respecto con su hermano mayor, quien se negaba efusivamente, y peor aún, era tan cabezota, que seguro se terminaba mudando él también, con tal de seguir "cuidando a Sammy" aunque ya no había más amenazas cósmicas que busquen manipular sus vidas para hacerlo.

Solo era una pobre escusa y ambos lo sabían.

Y es que Sam Winchester, un adulto perfectamente funcional y masomenos en sus cabales. Tenía que fungir de ente regulador en la relacion de su hermano mayor, con su mejor amigo.

Y que Jack lo ayude ahora desde el cielo... o mejor no. Pero estaba jodidamente harto de que Dean lo use de escudo para no afrontar sus sentimientos por el ángel. Quien a su vez. Sabía gracias a las cámaras de seguridad del búnker. Qué se le había confesado cuando el vacío lo llevó.

Jack lo había salvado, y lo había vuelto a la vida al poco tiempo, porque al igual que Sam. Era conciente de los sentimientos entre ambos.

Y es que, tampoco tenía que ser un erudito al respecto. Era obvio, incluso desde hace tiempo, y podría afirmarlo con los ojos cerrados. Aún sin jamas haber visto la confesión del ángel en video.

Esas ridículas miraditas de corazoncitos, que duraban siglos entre ellos, roces casuales, la extinción del concepto "espacio personal"...

Ya ni siquiera podía burlarse, había perdido completamente la gracia, desde hacía un buen tiempo

Ahora ambos hermanos viajaban en el impala, volviendo de una cacería, cuando predeciblemente Dean preguntó

-¿Pasamos por la gasolinera de Kansas a comprar un par de cosas antes de volver al búnker?, Ya sabes que también venden un buen pay, y tienen esas ensaladas con pequeños trozos de pan que a ti te gustan ¿Qué dices?.- lo codeó con una sonrisa

Sam suspiró

-¿Por qué no simplemente dices la verdad Dean?.-

El mayor frunció el ceño en una mueca graciosa y lo miró de reojo

-¿Qué quieres decir?.-

-El pay de esa gasolinera es horriblemente seco, y la ensalada de allí tiene sabor a escombro. ¿Por qué no simplemente dices que quieres comprarle el ridículo sandwich de pavo que a Cass tanto le encanta de allí?.- soltó sin más y volteó a mirarlo con cierto aire retador

Dean boqueó un poco como pez fuera del agua y luego resolpló con molestia

-Solo tenías que decir que no.- comentó en voz baja, refunfuñando

Sam rodó los ojos

-Vamos Dean. ¿Tan malo sería si admitieras en voz alta, que sólo quieres comprarle algo a Cass antes de llegar a casa?.-

Dean lo miró de reojo y luego continúo mirando al camino

-¿De que estas hablando?, Solo quería llevar algo para todos.-

-¿Cuando fue la última vez que te acostaste con una mujer, Dean?.- Sam se cruzó de brazos

Dean frunció el ceño

-¿Qué es esto?, ¿Un interrogatorio?.-

-Solo contesta una pregunta, hermano.-

Dean miró al cielo, y luego trató de hacer memoria, sacando las cuentas, para cerrarle la boca a su estupido hermano menor