/Cap 12/ Gatos

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/Shinso/

Apenas habían pasado unos días desde que nos habían anunciado el festival, por lo que aún faltaba mucho tiempo para preparar todo y nadie se encontraba apurado por ello.

Los días iban con normalidad, y yo ya me encontraba más integrado con mi nueva clase. Ahora podía decir que tenía más amigos a parte de Denki, el cual seguía raro con respecto a Kirishima, pero al parecer iban avanzando. Y aunque ya tenía claro que el chico de ojos ámbar sólo era un buen amigo, me gustaba molestar de vez en cuando a ese pelirrojo.

En fin, como se venía haciendo costumbre me encontraba almorzando con Midoriya y los demás. Lo nuevo hoy es que casi desde que había salido del aula sentía cómo si alguien me observara. Pero sin importar cuánto miraba a mi alrededor no podía ver a nadie. Así como justo ahora que voltee hacia todos lados, pero cada estudiante estaba en lo suyo.

- ¿Buscas a alguien Shinsou-kun? - me hablo Uraraka, haciendo que volviera a traer mi atención a la mesa.

- ¿Eh? No... tan sólo observaba... - fue lo único que dije mientras volvía a tomar un bocado de mi almuerzo.

- Pero parece que alguien si te ha estado buscando. - hablo esta vez Tsuyu mientras me señalaba y luego pasaba a apuntar discretamente hacia la derecha para después sacar ligeramente su lengua.

Con un poco de duda, voltee lentamente en esa dirección, y así poder distinguir por unos segundos una cabellera rubia. Supe perfectamente de quién se trataba.

Me levante, comentando que regresaría en un rato, para ir en busca de Monoma. Sin embargo, cuando llegue hasta donde lo había notado, ya no había nadie ahí. Volví a ver a mi alrededor, pero él no estaba. Entonces se me ocurrió algo.

Comencé a cambiar rumbo a los salones de tercer año, y al doblar en una esquina, me escondí en el primer salón con cuidado de no ser visto, así que cuando pude notar una sombra, salí para tomar de la mano al chico rubio.

- ¿Q-qué? ¿Qué te sucede? - hablo, al parecer tratando de no parecer tan asustado por mi acción, pero claramente se veía como un gatito asustado, hasta podía imaginar perfectamente su cola y orejas erizadas por el susto. Y creo que ante ese pensamiento sonreí por unos segundos, era adorable.

- ¿En serio? ¿Tú me preguntas eso? - repliqué.

- No... yo no sé qué te refieres, así que... - comentaba a decir, y al parecer no estaba siendo capaz de mirarme a los ojos. Y eso era realmente extraño, porque siempre había sido de los que mantienen la cara en alto, retándote.

- ¿No necesitas algo? - le cuestione ahora.

- ¿Eh? ¿Yo, el gran Monoma? No, no necesito nada de ti, gracias. - intentó volver a tener su compostura de siempre.

- ¿En serio? Entonces supongo que ya me iré a casa, después de todo no tengo nada que hacer y nadie me necesita. - dije para luego bostezar, pero justo cuando me dispuse a dar un paso dejos de él, volvió a hablar. El gato había caído en mi trampa.

- ¡E... espera! - expreso, tomándome de la muñeca lo cual, al parecer, nos sorprendió a ambos, ya que nos quedamos mirando esa unión por unos segundos y luego nerviosamente Monoma se apartó, dejándonos a ambos ligeramente sonrojados.

- ¿S...Sí? - trate de decir para luego aclarar mi garganta.

- Bueno... tal vez yo... puede que necesite un poco, sólo lo un poco de tu ayuda en... algo. -

- Te escucho... -

- ¿Entonces ya me vas a decir por qué quieres hacer esto? - comente algo sonrojado siendo arrastrado por Monoma

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- ¿Entonces ya me vas a decir por qué quieres hacer esto? - comente algo sonrojado siendo arrastrado por Monoma. Y es que nunca le había dicho a nadie los lugares que frecuentaba, menos estos lugares. Y mucho menos, ir con una persona a estos lugares.

- Es... sólo ven conmigo. - fue lo único que me dijo mientras me seguía arrastrando. ¿Por qué le había dicho sobre este lugar? Ahg... - Es aquí, ¿no? - comentó, deteniéndose mientras parecía que analizaba el lugar. - Entremos. - volvió a hablar para arrástrame dentro.

- ¡Bienvenidos! - exclamó una chica mayor que nosotros. - ¡Oh, Shinsou-kun! Hace mucho que no venias por aquí. Y trajiste un amigo, ¡que lindo! ¡Pasen! - hablo ella, la gerente del café que ya me ubicaba perfectamente. No quería hablar, así que simplemente le agradecí con una leve reverencia.

- Así que vienes muy a menudo. - hablo Monoma una vez tomamos asiento en unos cojines, recuperando esa expresión confianzuda de él.

- A veces... - fue lo único que dije, y antes de que alguno de los dos volviera a hablar, varios mininos se acercaron a mí.

- Eres bastante popular. - dijo divertido al ver como dos gatos se acomodaban en mis piernas mientras que otro se lanzaba por encima de mis hombros. Pero de cierta forma tenía una expresión algo difícil de describir; sus expresiones parecían más suaves y hasta llegaba a hacer ciertos gestos como de... envidia al mirar a los felinos.

- ¿Y justo por eso necesitabas mi ayuda? - le pregunte, a lo que él asintió y paso a mirar atentamente la carta, como estudiándola. - Bien, pidamos algo mientras por fin me explicas exactamente para qué querías venir aquí conmigo. - le dije, y al parecer volví a poner nervioso a este gatito ya que se sonrojo ligeramente. Sonreí un poco debido a toda esta situación con él.

Ese pensamiento /ShinMono/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora