/Cap 16/ ¿Cuál es la verdad?

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/Shinso/

¿Qué había pasado? ¿Qué me estaba pasando? Me había estado preguntando eso durante varios días. Y es que no me entendía, no entendía mis impulsos, mis reacciones y mis pensamientos. Si, admito que mis primeros días de mi trasferencia había coqueteado con Denki y molestado a ese Kirishima porque se notaba a kilómetros que gustaba del rubio con mechón negro. En esos momentos todo lo había pensado bien, no eran impulsos que me salieran de la nada... en ningún momento lo que había pensado sobre Denki, desde que lo conocí, se comparaba a lo que he llegado a pensar de Monoma las últimas semanas.

Había sentido cariño, alegría e incluso celos por Monoma. No lo había entendido hasta que me encontré con esa chica de pelo naranja, la cual apenas me vio se acerco y me dijo que el rubio estaba en la enfermería. En ese momento nuevamente no pensé con claridad y sólo actué por mero impulso, yendo inmediatamente hacia la enfermería para saber el estado del chico. Y al verlo, para mi sorpresa estaba actuando con suma tranquilidad. Pero las sorpresas no terminaron ahí, pues al querer retirar mi mano de su frente, él la tomo mi mano con cuidado para acercarla a su mejilla.

En ese momento lo único que pensé fue que parecía un adorable gatito que buscaba el calor de su humano, restregando su pelaje contra la piel en señal de cariño. Sí, nuevamente tenía ese pensamiento de que Monoma era adorable. Mi corazón había comenzado a acelerarse ligeramente, comenzando apenas a tejer algunos hilos sobre mis verdaderos sentimientos, pero de repente solo pude contener la respiración al escuchar las palabras del chico.

- Me gustas... Shinso... me gustas mucho. - dijo de forma pausada y en voz baja, pero definitivamente eso había dicho, no había lugar para confusiones. Luego, en un gesto sumamente dulce, Monoma paso a besar la palma de mi mano, la cual había mantenido junto a su rostro en todo momento. Después de eso paso a mirarme sólo por unos segundos y luego cerró los ojos con lentitud y dejó de sostener mi mano. Se había quedado completamente dormido.

Sentía mi cara arder. Entonces pase a observar mi mano, la cual Monoma había sostenido, aún sentía la calidez del chico en ella. ¿Qué había pasado? ¿Realmente había pasado lo que parecía haber pasado? ¿Monoma dijo lo que dijo?

Por primera vez en mi vida, sentía extrañas sensaciones, pensamientos y sentimientos que no lograba terminar de entender. Necesitaba salir y tomar aire fresco, calmar mi mente... y eso hice. Salí de la enfermería y del edificio. Primero recargue mi espalda en la pared exterior de la construcción escolar para después ponerme de cuclillas y respirar hondamente.

Pasaron varios segundos, o minutos, no estoy seguro, pero entonces un maullido me saco de mi trance, logrando que alzara la cabeza. Era el gato negro de la escuela, ese mismo que había conocido tan pronto me cambie de edificio, siendo ese el mismo día que conocí a Monoma.

El felino se acerco a mi, pasando a restregarse en mis piernas, al parecer, buscando caricias, así que le acaricie las cabeza, y el respondió con gusto. Entonces paso a mirarme con sus enormes ojos azules, y solo pude pensar en una cosa: sus ojos eran les mismo color que los ojos de Monoma, pero ese no era el único parecido, eran unos ojos grandes, muy expresivos y... cautivadores. Con ese último pensamiento, sentí como si algo hiciera click en mi cabeza. Ya no podia haber dudas.

Al día siguiente, ya nos encontrábamos trabajando en grupos para organizar todo lo que queríamos y debíamos hacer para el evento cultural, y aunque todos se encontraban completamente entretenidos en ello, yo no podía evitar sentirme ligeramente in...

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Al día siguiente, ya nos encontrábamos trabajando en grupos para organizar todo lo que queríamos y debíamos hacer para el evento cultural, y aunque todos se encontraban completamente entretenidos en ello, yo no podía evitar sentirme ligeramente inquieto y aunque me gustaría decir que no tenia idea de porque, la verdad es que era claro que todo se debía a Monoma Neito. No podía evitar voltear a todos lados de repente al escuchar el mas mínimo ruido sospechoso, pero por más que lo hiciera, el chico rubio no aparecía.

- Shinso-kun, ¿estás bien? - me hablo Midoriya, sorprendiéndome un poco por la pregunta.

- Sí, ¿por que lo dices? - le cuestione.

- Porque pareces estar alerta a cualquier cosa, como si sintieras que en cualquier momento te fueran a atacar. - rio un poco.

- Oh, no te preocupes Midoriya, tal vez solo me siento un poco cansado... la verdad es que no dormí muy bien. - confesé, y parecía que el peliverde iba a cuestionarme más, pero fue interrumpido por la voz de Bakugou.

- Oye, nerd de mierda. - gruñó el cenizo. - Necesito que vayas con los directivos para que nos firmen unos papeles. - le dijo, casi arrojándole los documentos, por lo que yo le ayude al pecoso a recoger un par de hojas que se habían caído. Y sin mas que agregar, Bakugou se comenzó a alejar.

- Kats, ya te había dicho que no debias ser grosero. - se escuchó a Todoroki hablarle de manera calmada al rubio ceniza.

- ¿Ah? No fui grosero, imbécil. - le respondió con un gruñido. Esos dos si que eran una pareja interesante. En fin, ¿quién era yo para juzgarlos? La verdad era que, después de pasar más tiempo en la clase y observar a mis compañeros, también había notado como Bakugou no solo era gritos y gruñidos, sino que era alguien sumamente responsable y dedicado. De hecho, él era quien estaba liderando todos los preparativos relacionados con la cocina, y seguramente las hojas que le había ordenado a Midoriya que formaran eran permisos para nuestra actividad.

- Déjame ayudarte. - le dije por fin al peliverde mientras le daba las hojas que había tomado para así acomodarlas. Él acepto mi ayuda, así que nos dispusimos a salir del aula. La verdad era que quería salir y despejar mi mente.

Pero vaya sorpresa que me lleve al ver a Monoma caminando directamente hacia nosotros. Al verlo, instintivamente me detuve y aguante la respiración, pues los recuerdos de ayer se hicieron presentes en mi cabeza... justo eso era lo que quería dejar de pensar.

- ¡Ah, Shinso! - exclamó al verme. - Y... ahg, chico de la clase A... - mencionó después de notar al peliverde.

- Monoma... - susurre, no muy seguro de cómo proceder. Al parecer, Midoriya logró escucharme y leer el ambiente o no sé, pero dijo que él se adelantaría para que yo pudiera hablar con mi amigo...

- ¿Ya están trabajando en su actividad para el festival? - cuestionó, acercándose a mi con gran confianza. Pero la verdad, a mi me comenzaba a poner nervioso nuestra cercanía. - La verdad es que nosotros ya tenemos todo perfectamente planeado, claramente le vamos a ganar a tu clase. ¿Que dijiste que iban a hacer? - cuestionó. - No, espera. No me digas, de todos modos se que van a perder. - dijo con seguridad, para después comenzar a reírse como un loco.

Me quede algo sorprendido, no porque estuviera hablando muy rápido o por su risa, pues ya me había acostumbrado totalmente a ello e incluso me comenzaba a parecer tierno. El verdadero asiento aquí era que Monoma parecía actuar como si nada... como si nada hubiera pasado apenas el día de ayer, como si él nunca se... como si él nunca se hubiera confesado.

La confusión en mi tan solo crecía. ¿Acaso para él no significó nada? ¿Va por ahí diciéndole eso a todo el mundo? ¿Qué le pasa? ¿O acaso está jugándome una broma? ¿Qué era?

- Bueno, no tengo más tiempo que perder. Tengo que ocuparme de unos asuntos sumamente importantes, así que ¡adiós! - explico él.

¿Qué? ¿Y ahora se va? Monoma Neito, ¿en qué estás pensando? ¿En serio no le importa? ¿No lo recuerda? ¿No fue en serio? ¿No... no le gusto?

Ese pensamiento /ShinMono/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora