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Estaba bebiendo mi 6ta taza de té de manzanilla. Apoyado en el barandal de mi balcón, mientras veía hacía el horizonte. Eran aproximadamente las 4 a.m del tercer día en el que no sabía nada de Marshall, desde "eso"

He pensado tanto en eso, que ya ni siquiera lo recuerdo bien..es como si mi mente quisiera reprimirlo. ¿Debí aceptar el beso? ¿Que habría pasado si lo aceptaba? ¿Fiona se habría enterado? ¿Soy un mal amigo por pensar así? Esas preguntas dieron vueltas y vueltas en mi mente desde aquel día, sin dejarme dormir, sin dejarme concentrarme en mis deberes como príncipe, sin dejarme descansar. Aquella presión en mi pecho solo se hace más dolorosa y me está quitando las ganas de todo, ya ni siquiera tengo ánimos de crear algún experimento, es más, hace semanas que no entro a mi laboratorio.

– ¿Bubba? ¿Qué haces despierto tan tarde?—

Mis pensamientos se pulverizaron y mi cuerpo tembló. Mis ojos se abrieron y mis pupilas se encogieron. Esa voz, ese tono, ese apodo ¿Volviste a mí, Marshall Lee?

– ¿M-marshall?—

– ¿Quién más aparecería en tu balcón a está hora, dulcesito?—

– Ah, c-claro. ¿Qué haces aquí Lee?—

– Ouch, ¿ni siquiera un "te extrañe"? Me lastimas, bubba. Además, yo pregunté antes—

– No podía dormir, es todo. Responde tú—

– ¿Me hablarás así de seco? Sé que te abandone un poquitín..¡Pero hey! te traigo noticias~—

El azabache flotó hacia mí y me rodeó con su cuerpo. Me ericé y mis manos comenzaron a sudar. Por precaución apoyé la taza sobre el barandal y me dí la vuelta, alejando a Marshall de mí.

– ¿Qué  sucede ahora, Marshall? ¿Te reconciliaste con Fiona?—

– ¡Tin tin tin! ¡Acertaste! Tuvimos sexo de reconciliación estos últimos días y por eso no he venido—

Auch

– Vaya, felicitaciones Lee—

Giré nuevamente y tomé un sorbo de té, sentía que las lagrimas bajarían en segundos y en ninguna circunstancia dejaría que Marshall me viera llorar por él.

– ¡Jaja! lo sé, ella se disculpó conmigo y en seguida saltó sobre mí. Estoy exhausto—

– ¿Por qué no estas durmiendo entonces?— 

– Oh..quería disculparme por lo del otro día. Estaba realmente urgido y por un segundo pensé en Fiona ¡Lo siento!—

Por favor, cállate

–...Sí, no pasa nada, Marshall—

– Eres el mejor, bubba. ¡Solo quería arreglar eso! Realmente estoy cansado ¡Ahí te ves!—

Ni siquiera me moleste en voltearme, o en esperar a perderlo entré la oscuridad de la noche. En cuánto dejé de oír su voz mis lagrimas se desbordaron y mi cuerpo colapsó, me abracé a mi mismo apretando los ojos inútilmente, intentando dejar de llorar. Sentía tanta ira, que me paré rápidamente y arrojé con todas mis fuerzas la taza por el balcón. Un  estruendo se oyó cuando la taza tocó el suelo y se destruyó en pequeñas partes, cómo mi corazón.

–...E-era mí taza favorita..—

A los minutos oí como tocaban mi puerta, seguramente Mentita quería asegurarse de mi bienestar al oír el golpe. Sequé lo mejor que pude mis lagrimas y entré rápidamente a mi habitación, cerré la ventana, coloqué las cortinas y abrí la puerta.

– Dulce príncipe, ¿se encuentra bien? Se oyó un ruido debajo de su balcón—

– Descuida Mentita. Estoy perfectamente, solo hacía planos para mi siguiente experimento—

– Majestad, ¿qué le he dicho sobre no dormir? Hace semanas no duerme
sus 8 horas debidas—

–..Lo sé, lo siento—

– No se disculpe alteza, déjeme arroparlo—

Asentí. Mentita tomó mi brazo y me dirigió hacía mi cama. Me recosté sobre está y ella me tapó delicadamente, me arropó y apagó mi luz de noche.

– Que descanse, príncipe—

– Tú igual, Mentita—

Quizás fue la tristeza, el cansancio o el dolor en mis ojos, pero me dormí rápidamente.

Por primera vez en semanas, no soñé con Marshall ni con Fiona. Solo era yo, descansando en un hermoso prado, lleno de flores de todo tipo, orquídeas, tulipanes, margaritas, lirios, girasoles y por supuesto, rosas.

El cielo estaba totalmente cubierto por grises nubes. el viento soplaba penosamente y de poquito en poquito, pequeñas gotas caían de las nubes. Era sumamente agradable, simplemente yo, siendo lentamente rociado por el cielo, siendo acompañado por el vacío del viento y deleitado por los aromas de las flores. ¿La vida podía ser tan pacifica? Sin ningún dolor, mental o físico. Simplemente sentirse vacío, sin cargas, sin peso.

¿Alguna vez me sentiré así genuinamente?

3:30 p.m del Martes

– ¡¡BUBBA DESPIERTA!!—

¡POR GLOB!—

– ¡Al fin! Te he estado llamando por 10 minutos, Gumball—

– ¿M-marshall? ¿Qué, tú? ¿Q-que hora es?—

– Son las 3:30 de la tarde, Gumball. Mentita me dijo que te dejara dormir, pero ya me estaba aburriendo—

– Oh, ¿es tan tarde?—

Observé el reloj sobre mi mesita de luz. Efectivamente, 3:32 de la tarde, no me sorprende, ese sueño fue realmente bueno, pero ¿Por qué está él aquí?

– ¿Que haces aquí, Marshall?—

– Verás, Fiona y Cake hicieron una fiesta, vine a recojerte—

Sonrió dejando ver sus colmillos y me acercó su mano para ayudarme a salir de mi cama. No soy un imbecil, no iré a la fiesta de la novia del chico que amo.

Notas del autor: Holaaa! esté capítulo es bastante más corto q el anterior, pero tengo mucho sueño jsjs Si tengo tiempo el próximo capítulo será mañana, de lo contrario el lunes! <3

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Notas del autor:
Holaaa! esté capítulo es bastante más corto q el anterior, pero tengo mucho sueño jsjs
Si tengo tiempo el próximo capítulo será mañana, de lo contrario el lunes!
<3

𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗲 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮𝘀 •𝗚𝘂𝗺𝗹𝗲𝗲•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora