𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗲 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮𝘀 •𝗚𝘂𝗺𝗹𝗲𝗲•

4

El sol lentamente se ocultaba, podría suponer que eran entre las 5:30 y las 6:00 de la tarde. Lord Monochromicorn estaba descansando sobre mi regazo. Después de huir por un rato, paramos en una de las colinas gélidas de la Reina Helada ¿Estaba corriendo el riesgo de ser secuestrado? Sí, pero nadie viene a visitarla y no tengo que preocuparme por salir huyendo, de nuevo.

– Quisiera irme lejos Lord Monochromicorn. Cederle mi puesto como monarca del Dulce reino a alguien más e irme a vivir a las afueras de Ooo, o a otra dimensión—

Monocromo levantó su cabeza de mi regazo, me miró fijamente y ladeó su cabeza en señal de confusión.

– Sé que es tonto e inmaduro querer irme solo porqué mi amor no es correspondido. Lo sé perfectamente y realmente me decepciona de mi mismo pensar de esta forma, pero...a veces, creo que es cruel ser responsable de todo un reino, de tantos ciudadanos, tantas vidas, tener que responder en nombre de ellos frente a otros imperios..siendo un adolescente que, a veces solo quiere amar y ser amado. A veces pienso que es injusto que todos tengan ese derecho y, yo..no.—

Sí, de nuevo estaba llorando. Sentía un enorme dolor en el corazón, una gran impotencia, y lo único que quería era un abrazo. El unicornio rodeo mi cuerpo con el suyo dejándome llorar sobre su lomo, era lo más parecido a un abrazo que podría recibir.

– Lo siento, realmente soy patético—

– No lo eres—

Lord Monochromicorn rápidamente me rodeó y se puso en posición de ataque. Esa voz, era la Reina Helada, que sorpresa.

– ¡Espera, espera! no quiero hacerte daño, solo estaba buscando a mis pingüinos cuándo te escuché ¿Realmente te sientes así,
Dulce príncipe?—

– ¡Como si te importara! no intentes hacerte pasar por mi amiga solo para secuestrarme ¡Conozco tus sucios trucos!—

– Príncipe, estoy siendo sincera—

La azulada mujer tomó su Tiara y la arrojó hacia la nieve. Monocromo relincho e igualmente siguió rodeándome, aún que la Reina Helada no tuviera sus poderes podía cargar algún tipo de arma o...cosa malvada.

– Entiendo que desconfíes, pero estaba vez no quiero secuestrarte. No me creas si no lo deseas, solo dime ¿De verdad te sientes de esa forma, Dulce príncipe?—

–..Yo, sí lo hago...es muy agotador—

– ¿Te sientes solo?—

– Bastante..—

– ¿Y tus amigos? Parecen cercanos—

– Ellos están ocupados disfrutando sus vidas, saliendo de fiesta, bebiendo y follando. Ya de por sí éramos diferentes pero siempre encontrábamos algo para hacer todos juntos...últimamente, ellos solo creen que soy un ñoño extraño porqué no hago lo mismo que ellos, ¡pero estoy tan cansado! ¡De todo! ¡Y sé que debo pedir ayuda pero es tan malditamente difícil hacerlo cuando nadie parece entenderme!—

Las lágrimas caían nuevamente, intentaba secarlas pero era inútil. La reina Helada solo me miraba con una expresión de preocupación.

– Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero ¡Tienes que intentar estar con otras personas! ¡Divertirte! Buscar actividades divertidas o hacer divertidos tus deberes reales. No puedes pasar tus dieciocho años triste y afligido por personas momentáneas, Dulce príncipe—

De alguna forma, son cosas que siempre supe, pero necesitaba que alguien me las dijera. No sé como sentirme respecto a que aquella persona sea mi mayor acosadora, pero se lo agradezco...quizás no es completamente malvada.

– Realmente me entiendes, reina Helada—

– Sé que soy malvada y e intentado convertirte en mi esposo incontables veces, pero sé lo que es sentirse solo e incomprendido—

– Lamento que sea así, no voy a mentir. Sigo sin confiar en tí, pero si genuinamente un día quieres cambiar, estoy dispuesto a ser tu primer colega—

Los cansados ojos de la reina helada se cristalizaron y me regalo una sonrisa, que tal vez en mi inocencia, se veía sincera.

– ¡Reina Helada! Aléjate del Dulce príncipe ¡Sucia villana!—

– ¿¡Ah!? !¿Qué!?—

Cake apareció como una gigante con Fiona en su hombro y Marshall flotando a su lado. La rubia se lanzó hacia la reina helada y está al estar sin su tiara, fue golpeada en la cara. Yo corrí hacia la humana y la quité de encima de la anciana.

– ¡Dulce príncipe! ¿Qué haces? ¡Es la reina helada!—

– ¡Ella no ha hecho nada malvado! ¡No deben golpearla!—

– ¿Que dices?—

– ¡Estás aquí porqué ella te secuestro! ¡Como siempre hace!—

– ¡No! ¡Yo vine aquí por decisión propia! ¡Ustedes están sacando conclusiones!—

Ayudé a la reina helada a pararse, tomé su tiara y la coloqué en su cabeza, ella me agradeció y rápidamente se fue a su congelado castillo. Al darme vuelta, Cake había vuelto a su tamaño, Marshall y Fiona me miraban perplejos.

– ¿¡Qué demonios haces, Gumball!?—

– ¡La reina helada debe haberlo hechizado! ¡Hay que llevarlo al Dulce reino!—

– ¡Claro!—

Cake estiró sus brazos y antes de que intentara tomarme, Lord Monochromicorn me escudó.

– ¡No estoy hechizado! ¡Ya basta! ¡Vine aquí porque quería estar solo!—

– ¡Por qué! ¿Por qué huyes de nosotros? ¡Somos tus amigos, Dulce príncipe!—

– ¿¡A quién demonios le importa!? ¡Estoy harto de ustedes!—

Fiona me miró sorprendida y rápidamente Marshall se paró delante de ella.

– ¡No le hables así, Gumball!—

– ¡Estoy sobretodo harto de tí, Marshall Lee! ¡Yo ni siquiera te importo! ¿¡Por qué eres tan jodidamente insistente!? ¿¡Por qué rayos me persigues!? ¿¡Temes que si me voy lejos no tendrás a quién contarle tus estupidos problemas!?—

– ¡No digas esas cosas! ¡Eres mi mejor amigo y por supuesto que me importas!—

– ¡JAJAJAJA! ¿¡Te importo tanto que ibas a follar conmigo solo porque Fiona no te prestaba atención!?—

La expresión de Marshall cambió totalmente. El enfado notorio en su rostro se había disuelto, en cambio, Fiona prevaleció sorprendida hasta que finalmente frunció su ceño.

– ¿Qué? ¿Qué estás diciendo?—

– No tienes ningún tipo de derecho a reclamar, Fiona—

Ella bajó la mirada. Nadie dijo nada más. Me subí al unicornio y partimos vuelo hacia el Dulce reino, mí reino.

– ¿Ibas a follar con él? ¿Es en serio,
Marshall Lee?—

–..Vete al demonio—

Notas del autor:
No tengo mucho q decir, creo q me dejé llevar un poco ¡Quizá después lo retoque! <3