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Yo, Gumball Bubblegum, príncipe del Dulce Reino, he cedido ante las palabras vacías de Marshall Lee. Realmente soy patético.

– ¡Dulce príncipe! ¡Que alegría que hayas podido venir!—

– Claro que vino, ¿dudabas de mí, bebé?—

– ¡Oh claro que no, Marshy~! Es solo que el Dulce príncipe siempre está muy ocupado—

– ¡JAJAJA! ¿Ves, Gumball? todos saben lo ñoño que eres—

Quiero irme de este infierno

– Ajá, nos vemos—

Estaré aquí hasta que Marshall y Fiona suban a la habitación. Hasta entonces me sentaré lo más lejos posible de los demás y oiré música, no soy tan tonto como para dejar mi sweetphone en el castillo.

Un rato después de mi llegada, las masas ya estaban en la casa del árbol. Habían príncipes, dulces y algunos fantasmas amigos de Marshall, esté estaba bailando con Fiona, siendo el centro de atención, por supuesto.
Yo estaba en una de las ramas del árbol, simplemente viendo desde arriba, perdido, entre la música de mi sweetphone y la de la fiesta, hasta que un toque en mi hombro me trajo devuelta. 

– ¡Hey Gumball! ¿Cómo estás?—

– Oh, príncipe Flama, bien ¿tú?—

– Jaja, igual, hace tiempo no te veía ¿Has estado muy ocupado?—

– Am, en realidad no. Solo no tenía ganas de salir del castillo, he estado..cansado.—

– ¡Lo entiendo! no quiero ser grosero, pero te ves menos glamoroso que las otras veces que te he visto, es decir, ahora te ves más como un adolescente que como un príncipe—

– ¡Jajaja! Descuida, creo que es bastante notorio. Realmente no tenía ganas de venir, es vergonzoso, pero con está ropa dormí—

– ¿Es chiste? ¡JAJAJA! Hombre ni siquiera lo hubiera suponido—

Flama y yo continuamos charlando. Fue..agradable, no sé decir si por su fogosa temperatura o por simplemente distraerme. Me recordó a los viejos tiempos, en los que Marshall me buscaba...para estar conmigo.

¿Por qué siempre tengo que pensar en él?

El colorado fue por ponche para ambos. Volví a estar solo y a sumergirme en mis pensamientos, quizás en vez de deprimirme debí intentar salir y distraerme.

– ¿Qué demonios haces hablando con ese antipático, Gumball?—

– Ah, hola Marshall ¿No estás cansado de tanto bailar?–

– Como sea. Respóndeme—

El colmilludo estaba flotando delante de mí, su ceño estaba fruncido y su boca formaba una sonrisa invertida, donde resaltaban sus colmillos. Lo miré por un par de segundos, intentando decidir qué responder.

– Él vino a saludarme, estuvimos hablando un rato, ¿por qué?—

Su ceño se frunció más y se acercó a mí.

– "¿Por qué?" ¡Él casi arruina mi relación! yo te lo conté ¿¡Qué demonios haces!?—

– Lo que haya pasado entre Flama, Fiona y tú, no tiene nada que ver con qué él haya venido a hablarme. Simplemente me saludó, Marshall, y si te cae tan mal ¿Por qué rayos lo invitas?—

– ¡Yo no lo invité, él se coló! además, eres mi amigo y el de Fiona, te invité para que estés con nosotros porqué pasas todo el tiempo en ese castillo encerrado ¡Todos creen que eres raro! ¡Por eso nadie trata de hablar contigo!—

¿Te doy lástima? ¿Es eso?

– Oh, entonces lo siento mucho. Perdóname sinceramente ¡Por no querer estar cada segundo de mi vida viendo como tú y tu novia comparten saliva! ¿Crees que quiero oírlos follar como conejos? ¿¡Crees que me importa que me tachen de raro!? Vete al diablo ¡Yo no necesito de tu estúpida lástima barata, Marshall Lee!—

Estaba a punto de llorar, sentía mi cara arder de ira. La presión en mi pecho se hizo presente y necesitaba salir de ahí, huir. Miré por unos últimos segundos la expresión de Marshall, y luego simplemente salté de la rama. Lord Monochromicorn me atrapó en el aire y rápidamente nos alejamos de la casa del árbol.

¿Por qué me siento tan mal?

No quiero ir al castillo, llévame a otro lado, por favor—

Lord Monochromicorn relinchó y cambió nuestro rumbo. Solo quería alejarme. Tenía tan guardadas esas palabras, y tantas otras, que ahora solo siento ira, pero a la vez estoy triste, me siento miserable. Lo único que pienso es...De verdad, ¿te doy tanta lastima, Marshall Lee?

Mi oscuro unicornio se detuvo...es, ¿un chiste?

– ¿Q-que hacemos en casa de Marshall? No quiero estar aquí, lord Monochromicorn—

– Yo lo guíe—

Con solo oír esa voz, mi pierna apretó fuertemente el costado del equino y esté relinchó gravemente, saliendo a toda velocidad de aquella cueva.

– ¡¡GUMBALL!!—

Escuché lejanamente ¿Me haces esto a propósito?

Escuché lejanamente ¿Me haces esto a propósito?

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Notas del autor:

Esté también fue bastante breve, y creo que podría estar mejor.
Probablemente después lo retoque<3

𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝗲 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝘁𝗮𝘀 •𝗚𝘂𝗺𝗹𝗲𝗲•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora