¿Por qué "Otra vuelta de tuerca" funciona y "Smile" (2022), no?

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 Uno podría decir que explicar por qué una historia funciona y otra no es algo muy complejo y subjetivo, o que el éxito en el arte es algo bastante impredecible, y diría una parte de la verdad. Pero películas como "El último duelo", "Safe Haven" o, la que motivó este posteo, "Smile", tienen defectos tan obvios y tan fundamentales que se puede señalar claramente por qué fallaron miserablemente donde las películas que estaban intentando imitar tuvieron éxito. 

 Si uno no quiere hacer una imitación simiesca de una película clásica, tiene que preguntarse: ¿Qué fue lo que volvió a esa película realmente memorable? Copypastear escenas o elementos argumentales lo puede hacer cualquiera, pero, si se pierde lo esencial que volvió memorables esas escenas en la película original, el resultado será una parodia. Una imitación de la forma sin el espíritu.

 "Rashomon" es fascinante por la idea que ilustra: no podemos conocer la verdad. Todo lo que tenemos son interpretaciones subjetivas de la realidad, con las que nos formamos nuestra propia interpretación subjetiva de la realidad. En el film hay una violación, un duelo y un juicio: estos son los elementos superficiales que se repiten en "El último duelo". En esta, tenemos también tres versiones de un hecho, pero dos son desdeñadas por el film porque sus narradores son hombres: la parte de "La verdad según" el personaje femenino se diluye en el título y queda sólo "la verdad" en letras blancas sobre fondo negro. La idea implícita no es: "no podemos conocer la verdad", sino "la verdad no importa". Y, si la verdad no importa, la justicia no importa: pues la justicia implica la verdad. El objetivo de un sistema judicial, por lo tanto, no debe ser la justicia, sino favorecer a un grupo demográfico y perjudicar a otro. El problema, desde un punto de vista cinematográfico, NO es que esa ideología sea despreciable, sino que la afirmación "la verdad no importa" implica necesariamente: "...por lo tanto, esta película no importa". Y yo hubiera agradecido que me lo hubiesen dicho al principio, y no pasado el minuto 100, así no la veía. 

 El final memorable de "El sexto sentido" no se debe a que descubramos que el protagonista era un fantasma, sino a que ese giro de guion se preparó toda la película. Lo tuvimos delante de las narices todo el tiempo y, sin embargo, no lo vimos venir. En "Safe Haven" un personaje central resulta ser un fantasma, pero esto se lo sacaron del sombrero sin que nada lo anticipase. No habíamos visto ningún fantasma antes en ese film, como para establecer que "en este universo, hay fantasmas". Nada se ve extraño: es un drama común y corriente. El giro de guion nos toma desprevenidos, sí, pero porque no tiene el menor sentido. 

 "Otra vuelta de tuerca" se publicó en 1898 como una simple historia de fantasmas y fue un éxito como tal. Pasaron meses hasta que un crítico publicó un artículo señalando que no había ningún indicio objetivo en la novela de hechos sobrenaturales: que la historia está narrada en primera persona por el personaje de la institutriz, la cual es una narradora poco fiable. Las "teorías de fans" marchaban más lentas en esa época, por lo visto. Esa interpretación ganó peso cuando Sigmund Freud publicó un artículo sobre personajes de ficción con trastornos mentales, en donde "diagnosticó" a la institutriz de Otra Vuelta de Tuerca como "histérica". Es verdad que el propio Freud decía que esos "diagnósticos" de personajes de ficción no eran algo que hubiera que tomarse demasiado en serio. Todas las adaptaciones al cine de esa novela han fracasado en lograr la misma ambigüedad que tiene la novela: incluso si lo intentan, se decantan demasiado por una interpretación o por la otra. Creo que "Los inocentes" (1961) ha sido hasta ahora el intento más exitoso, aunque apunta demasiado a una interpretación "psicológica" y no sobrenatural. 

 Ahora bien; "Smile" (2022) nos presenta a una protagonista que tiene recuerdos traumáticos que reprime y que oculta sus problemas mentales a sus colegas y pacientes manteniendo una fachada de optimismo o estoicismo. O sea: Indudablemente es una narradora no fiable. Y, cuando en el film empiezan a ocurrir cosas extrañas, se establece una ambigüedad: ¿Lo que vemos en pantalla está ocurriendo realmente o ella se está volviendo loca? La premisa suena prometedora, pero su ejecución tiene un serio inconveniente: 

 Hay EVIDENCIA OBJETIVA de que lo que la protagonista está viendo está ocurriendo realmente. De hecho: es inverosímil que nadie más lo haya notado antes. En todas las películas de terror la policía son unos incompetentes, pero en esta ya pasan de lo creíble. Por lo tanto, aunque el film intenta crear cierta ambigüedad y hacernos dudar, no existe la menor posibilidad de darle una explicación puramente psicológica, sin elementos sobrenaturales, a lo que estamos viendo. 

 ¿La protagonista de "Smile" está como una puta cabra? 

 Bueno... Sí. Pero eso no implica que no la esté persiguiendo un demonio. Los espectadores nunca dudamos de que en ese universo existe un demonio acosando a la protagonista. Por lo que el film se vuelve mortalmente aburrido: tratando de crear un misterio que simplemente no es tal.

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