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Sofía despertó con los primeros rayos del alba y terminó de empacar algunas cosas que podrían serle útiles: provisiones, dos mudas de ropa, material para acampar, y por su puesto decidió llevar también su varita mágica,un regalo de el señor Cedric cuando aún era su aprendiz.
Con todo listo y empacado en una bolsa Sofia se dirigió al cuarto de baño para asearse un poco, cepilló su cabello y lo recogió en un rodete para mayor comodidad, tomó un último baño de 5 minutos y se vistió con ropa cómoda, se colocó un pantalón color violeta, un traje para montar y botas. Aunque podía haber llamado a alguno de los sirvientes para que le ayudase no quería que su familia notara su partida antes de lo necesario, así que equipó todo por su cuenta.
Para avisar a su familia decidió dejarles una nota que decía lo siguiente:
"Queridos padres, Amber y James, si están leyendo esto es porque ya he partido, se que ya ha pasado mucho tiempo de la pérdida del señor Cedric pero he decidido ir en su búsqueda, mi amuleto me ha llamado, y tengo la firme convicción de que está vivo. No vayan tras de mi estaré bien, y volveré a casa lo prometo"
Los llevo en mi corazón
Con amor Sofia
La princesa fue a la cocina, cogio una manzana de la encimera y le dio un mordisco, bajó a los establos, tomó una alforja y comenzó a guardar las cosas que tenía en su mochila y con algo de esfuerzo consiguió abrocharla a su cintura, y tomando su amuleto deseó ser un caballo volador, al instante se convirtió en un hermoso pegaso color rosa pastel. Mínimums había partido de viaje con su hermano Máximus por lo que tendría que arreglárselas sola, y era bastante buena en eso.
-Bien, el mapa indicaba un lugar fuera de Encantia así que aquí voy- dijo Sofia mientras despegaba, rumbo hacia lo desconocido
Sofia voló todo el día, por suerte conocía muy bien la geografía de Encantia y no tuvo problemas para saber en donde se encontraba, cuando ya oscurecía decidió quedarse a descansar en la frontera del reino, en un pueblo cuyo nombre era Tyneham
Aterrizó en las afueras para que nadie viera su transformación, desabrochó la pesada alforja y se la hecho al hombro para entrar al pueblo. Una vez dentro pudo ver que la gente de Tyneham parecía ser gente muy alegre y trabajadora, a Sofia le alegraba saber que aún en las fronteras del Reino la gente era buena.
Caminando por el pueblo encontró una posada, entro para poder instalarse
-Hola buenas tardes, me gustaría hospedarme aquí- dijo Sofia en el mostrador
- Hola querida- dijo con amabilidad una anciana de aspecto decadente, que parecía tener aproximadamente unos 80 años- por supuesto mi niña, una joven tan hermosa como tú merece la habitación más grande de todas.- dijo sonriente.
-Se lo agradezco pero no hace falta que...
-Oh insisto- dijo la mujer-
-De acuerdo - dijo al fin Sofia-¿cuantas monedas le debo?
-Por favor acepte quedarse en nuestra posada totalmente gratis
-No no puedo hacer eso- dijo Sofia compasivamente
-por favor jovencita, no aceptaré su dinero- dijo insistentemente la mujer, por lo que Sofia aceptó-
-Yo la llevaré a su cuarto Madre- dijo una joven de aspecto sencillo entrando a la habitación- tenía piel trigueña, el cabello negro a la altura de los hombros, ojos color avellana y parecía de la misma edad de Sofia
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Princesita Sofía: Más allá del protocolo
FanfictionSofía ya no es una niña pequeña, ya ha crecido y es una joven hermosa, alegre y de buen, luego de que las circunstancias y el tiempo les separasen Sofía se reencuentra con su viejo amigo y ex hechicero real el Señor Cedric, y aunque nada parece hab...
