Tiempo de calidad

348 21 23
                                    

:・゚✵  :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚
ADVERTENCIA: CAPÍTULO LARGO
Disfruten...
:・゚✵  :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚

El sol de la tarde bañaba placenteramente el estanque real cuando Sofía y Cedric salieron a dar su primer paseo en una pequeña embarcación, luego de que la joven se abriera un poco con el hechicero y ambos confesaran lo mucho que disfrutaban de pasar tiempo con el otro. Al principio ambos estaban algo nerviosos pues era la primera vez que salían... como amigos claro.

Sofía que yacía sentada frente a Cedric en el bote, se deleitaba con las flores de cerezo que caían sobre el agua y formaban un manto rosado alrededor de ellos. Y de vez en cuando extendía su mano  con suavidad fuera del bote, para recolectar algunas de las pequeñas y delicadas florecillas que se depositaban sobre la superficie, admirando sus delicadas siluetas rosáceas antes de introducirlas dentro de un canastillo que llevaba consigo.

Cedric remaba con movimientos pausados, mirando impasible a la  princesa que estaba frente a él, embelesado por la belleza que transmitía la inocente sonrisa de la joven, aunque intentaba disimular su fascinación a toda costa.

- Nunca antes había estado en esta parte del castillo. ¡Adoro este lugar!-Confesó la joven castaña sonriendo alegremente mientras guardaba otra flor dentro de su canastillo.

- Tambien yo princesa, y no me cansaría de venir en tanto sea con usted, claro.- dijo el hechicero intentando sonar casual, mientras seguía remando con suavidad.

La princesa sonrió ante aquellas palabras cargadas de sinceridad antes de concentrar su vista de nuevo en la arboleda rosada. Fue entonces cuando divisó en lo alto una flor particularmente bella y grande suspendida orgullosamente de su rama,  y se sintió deseosa de tomarla.

- Señor Cedric, podría por favor detener el bote?, me gustaría coger esa flor que está allá arriba- pidió dulcemente señalándola, a lo que el hechicero obedeció con una sonrisa, frenando los remos con ambas manos.

La joven se levanto de su asiento y se puso de puntillas con cuidado sobre el bote, estirándose todo lo que podía hasta la rama del árbol con el fin de tomar la preciosa flor. Sus dedos rozaron la suave corola rosa, pero al cortar el tallo floral, el bote se tambaleo y perdió el equilibrio , haciendo que cayera hacia adelante, justo encima del hechicero quien por el inesperado movimiento terminó en el suelo del bote y ahora yacía tendido boca arriba debajo de ella.

En ese instante el tiempo pareció detenerse, ambos se miraron llenos de estupefacción. sonrojados, la cercanía de sus cuerpos hizo que sus corazones latieran desbocados, al mismo tiempo que sus cálidos alientos se entremezclaban juguetones invitándolos a eliminar de una vez por todas la escasa distancia que los separaba.

- P-princesa...- musitó la voz entrecortada del hechicero, cuyo rostro estaba tan colorado que ya no se distinguía su pálida piel.

Con la cara roja como manzana, Sofía se separó un poco, apoyando sus manos que antes estaban sobre el pecho de Cedric, en el suelo del bote a ambos lados del hechicero , mientras lo miraba nerviosa.

- Señor Cedric ... yo...- tartamudeo sonrojada hasta las orejas, al mismo tiempo que intentaba ponerse apresuradamente de pie, pero el movimiento brusco solo hizo que el bote se balanceara más y perdiera el equilibrio nuevamente, volcándose y haciendo que ambos jóvenes cayesen al agua.

Sofía algo a aturdida por la caída, empezó a nadar para mantenerse a flote, pero Cedric no perdió tiempo y la cargó en sus brazos.

- Sujétese de mi princesa- pidió el hechicero y la princesa obedeció enrollando sus brazos en el cuello de Cedric mientras este nadaba con un brazo hasta aguas menos profundas.

Princesita Sofía: Más allá del protocolo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora