CAPÍTULO 31: No es agradecimiento, realmente te amo

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      Un sonido de notificación cambio la bella mañana de Zack y su ánimo.

     Dylan: Hijo, acabamos de enterarnos todo lo que estás haciendo, por favor comunícate con nosotros por una videollamada urgente.

     Zack: ¿Cuándo regresarán Dylan? ¿Cómo saben de mi vida?

     Dylan: Agradecería que me llamaras padre, tu tío te estará llenando la cabeza de ideas.

     Zack: Por el contrario, él me dio todo lo que tú no puedes darme.

     Dylan: Estás muy insolente jovencito, cuanta razón tenían los vecinos, la policía te busca, eres un asesino y como si fuera poco, andas tras esa... Esa mujer fácil.

     Zack: No sé lo que te hayan dicho los vecinos, hubiese sido digno de ti preguntarme si esos rumores eran ciertos, por otra parte, no vuelvas a hablar así de ella, no te lo permito.

     Dylan: Soy tu padre, tenme respeto.

      Zack: Gánatelo, compórtate como tal, aunque lamento decirte que es demasiado tarde, ya no te necesito.

     Dylan: ¿Crees qué esto para mi es lindo? ¿Crees qué no me arrepiento de que hayas nacido? Ojalá no fueras mi hijo.

     Zack: Ni tú mi padre.

      Arrojó el móvil que su tío le había dado, lo estrelló contra la pared dejándose caer en el piso.

     —¡Zack! —gritó Mariam al verlo así— ¿Qué fue ese ruido?

     —Nada —abrazándola— ¿Sabes por qué te protejo tanto? 

     —No.

     —Porque eres lo único bueno que tengo en mi vida y no te quiero perder —murmuró a su oído entre lágrimas—, por favor nunca te apartes de mi lado.

     —Tranquilo —acariciando su cabello, todo va a pasar, no sé lo que te ocurre, pero puedo asegurarte que pasará, ningún dolor es para siempre.

     —No sé si sea cierto, da igual —separándose—, con el tiempo te acostumbras a vivir con el dolor y con la idea de... Que simplemente tu padre no te quiere, una cosa es que esté muerto, pero, que esté con vida y aún así no te quiera... Es sentirte... Como si no valieras nada.

     —Lo vales todo —secando sus lágrimas—, todo, tú... Zack eres un Ángel, eres mi Ángel, Zack yo no sé que haría sin ti en mi vida, yo... Yo te amo, sé que mis palabras son tontas y sé que.. Olvídalo, no importa, sólo te pido que seas feliz, Zack tú vales muchísimo.

     —Mariam... No son palabras tontas.

     —Eso ya no importa, olvídalo, basta.

     —No puedo ¿Cómo hacer si por fin me dices lo que sientes?

     —Tú no me amas, nadie puede, ya lo sabes, ¿Por qué tú?

     —Mariam, esas ideas sólo están en tu cabeza, deja de creer eso, el hecho de que William se haya propasado contigo a ese extremo no es impedimento para no ser amada.

     —¿Qué no entiendes cuando digo basta?

     —Sí, entiendo un basta, pero ahora que sé que sientes lo mismo que yo no pienso rendirme, estoy dispuesto a afrontar lo que sea con tal de estar a tu lado —tomando su mano.

     —Tú no haces esto por amor.

     —¿Qué dices?

     —La verdad Zack, no me amas, sólo me ayudas y lo haces para saciar tu consciencia, por agradecimiento, ni siquiera estás a mi lado por amor.

     —No, no es así.

     —Sí, lo es, sólo estás aquí porque te di esa grabación, es agradecimiento no amor ¡Entiende! 

     —Es amor, puedes estar segura que lo es, piénsalo, intenta confundirme si quieres, intenta hacerme creer que todo esto es un simple acto de agradecimiento, pero eso no va a cambiar lo que siento por ti.


     A  Diego sólo le quedaba un lugar donde esconderse, la casa de su madre, desde su fallecimiento que no volvió a allí, bueno, una sola vez llevó a Paola, pero eso fue hace años ya.

     Ingresó, se recostó en el sofá comenzando a caer dormido, necesitaba de una buena siesta reparadora.

     Por todos lados la casa había un leve toque de antigüedad y como si eso fuese poco, varias personas habían dado su último suspiro allí.

       Se despertó con cinco policías a su lado, maldijo internamente por haber dejado la puerta sin seguro.

     —Diego Martins queda usted arrestado por el intento de homicidio a Paola Dinairej, tiene  derecho a un abogado y sino cuenta con él, el estado se lo proporcionará.

     —¿Cómo intento de homicidio? Si no la maté.


El color de tu sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora