CAPÍTULO 32: Uno ama más que el otro

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       Un silencio sepulcral se oyó por toda la casa, los oficiales se miraron entre sí como si lo que él acabase de decir fuese la mayor estupidez que un ser humano podría decir.

     —Acompáñenos por favor.

      Se encontraba dentro de una celda, se quedaría ahí hasta que el juicio saliese o hasta que hallara la forma de huir.

     —Martins —se oyó a lo lejos—, tiene visitas —de repente la puerta se abrió, una mujer en silla de  ruedas se fue acercando poco a poco, le faltaba una pierna.

     —Tú... 

     —No, espera que te aplauda —haciéndolo muy sarcásticamente—, lograste lo que querías.

     —Paola... ¿Qué?

     —Paola, Paola, Paola, sí, soy yo, no esperabas volver a verme así, cara a cara ¿Verdad?

     —Nunca dije eso Pao, sólo me sorprendió el verte  así.

     —Por tu culpa, el que me falte una pierna ahora es exclusivamente tu culpa y el que mi hijo no siga entre nosotros también ¡Tú soltaste sus pequeñas manitos! Él lo era todo para mi... ¡Eres un asesino!

     —Me dijeron... Creí que habías muerto.

     —Fue toda una estrategia de mi abogado, él pensó que ésta sería la mejor manera de atraparte, te explicaré, cuando desperté me encontré con un gran grupo de oficiales rodeándome, al principio no quería decir que fuiste tú, no quería delatarte, pero luego de que me dijeran de la muerte de mi hijo, no lo pensé, sólo ayudé con el plan.

     Ellos creyeron que al dar mi parte de defunción por todos lados te asustarías y entrarías  en pánico, me preguntaron donde podrías estar y... Recordé el día en que fuimos a la casa de tu madre, el lugar más seguro para ti.

     Él no dijo nada, ella sonrió y abrieron la puerta para que se fuese.

     —¡Paola! ¡Paola no me dejes aquí! ¡Paola! —gritó, pero nadie lo oyó.


      El lugar donde la tenían a Natalie era un sector muy oscuro, no estaba atada ni nada por el estilo, pero no soportaba estar encerrada en contra de su voluntad.

      Poco a poco iba tomando conciencia de quién era William y eso la torturaba por dentro, el hecho de haber tratado así a su prima por él y que ahora no valiera la pena.

     —¡Buenos días universo!

     —William, eres un psicópata.

     —Gracias, yo igual te amo.

     —¿Para qué me quieres?

     —¿Para qué te quiero? Simplemente esto es culpa tuya, tú me obligaste a tenerte aquí.

     —Yo no quiero siquiera verte, ¿Por qué te obligaría a esto?

     —¡Pensemos por qué! —gritó acercándose a ella jalándola de los cabellos— ¿Qué estaba por hacer esta hermosa princesa si mis hombres y yo no llegábamos? ¿Qué ibas a hacer?

     —William... —con sus ojos cristalizados.

     —¡Dilo!

     —Iba con unos amigos.

     —¿Me crees estúpido? ¿Crees qué no sé de sobra que ibas con la policía? ¿Crees qué no te espío? ¿Crees qué no sé lo que haces o lo que dices en todo momento? Parece que no me entiendes Natalie, ¡Sé hasta lo qué piensas!

     —Pero eso se acabó, se acaba hoy mismo, te lo juro —Natalie se puso de pie hábilmente, robó el arma que tenía William en su cintura y lo apuntó—  ¡Apártate! Apártate o juro que te mato.

     —No lo harías, no eres capaz ¿Y sabes por qué? Porque me amas Natalie y el amor no conoce si es un asesino o un Ángel el ser que está a tu lado, porque el amor te ciega.

     —Lo haré, ¡Juro que lo haré! Si te mato me haré un favor a mi y a Mariam, sería la única manera de ayudarla que tengo, librándola de la escoria de ti.

     —¡Mátame! ¡Anda! —rió— Anda Naty, ¡Jala el gatillo! Jala el maldito gatillo! ¿Lo ves? No puedes, no puedes porque eres débil, porque no sirves ni para matar a alguien, ni como mujer, no sirves para absolutamente nada. 

     —¡Ya basta! —gritó muy agudamente y jaló del gatillo, el disparo se oyó, la bala salió directo al pecho de William, éste abrió muy grandes sus ojos, ella sollozó aún más y se disparó. 

     Un viejo dicho dice: 'En una relación, a pesar de que ambos se amen, siempre uno ama más que el otro'

     Al día siguiente, Sarah recibió la siguiente noticia, bueno, la leyó del periódico:

      ¡Último momento! Se acaba de dar a conocer que Diego Martins, el homicida de las calles, ha sido hallado muerto en su celda, los especialistas afirman que fue un suicidio, dado que se cortó las venas con un vidrio que halló en dicho lugar.

      Recordemos, que a Diego Martins se lo acusa del intento de homicidio de Paola Dinnairej, ahora él acaba de cometer suicidio en la cárcel.




El color de tu sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora