iii. dragonheart

7.2K 864 137
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"Encuéntrame en el arciano" –A.

El trozo de papel con una simple oración y firmada con una sola letra se encontraba sobre la cama de la princesa Rhenys.

Debió ser Aemond.

Pensó. Luego de la noche de ayer donde regresaron de Pozo Dragón demasiado tarde, Aemond y Rhenys no había tenido oportunidad de volver a hablar. Y desde luego, con la inicial "A" era el único candidato no creía que su tío Aegon quisiese verla a excepción que fuese para una broma pesada. Pero el corazón de Rhenys decía que ese papel era del Príncipe Aemond. Así que la princesa no tardó en salir de su habitación, a paso apresurado, sin correr ya que sería impropio para una princesa así que solo apresuró el paso lo más que pudo mientras mostraba sonrisas como saludos a aquellas personas que se cruzaban con ella.

De pronto estuvo frente al arciano, el árbol mostraba una imagen poética, las hojas rojas caían sobre los suelos mientras el Príncipe Aemond se encontraba recargado en la corteza del árbol.

— Viniste. Pensé que no lo harías.

— Tú me pediste que lo hiciera.

— Disfrute nuestra conversación —confesó, aunque fuese algo difícil para el príncipe admitir sus verdaderos sentimientos.

— Yo también —sonrió. —Y Rhaegor también.

— Siéntate, conversemos un poco más.

Rhenys camino hacia Aemond y se sentó a su lado. Un silencio se hizo, ninguno sabía de qué hablar posiblemente era porque en la noche de ayer duraron horas charlando sin parar como si fuesen amigos cercanos aunque en realidad en ese momento no eran más que técnicamente extraños.

— ¿No deberías estar en tu entrenamiento?

— He decidido faltar hoy.

Rhenys se sorprendió, si algo aprendió ayer de Aemond es que amaba sus entrenamientos y disfrutaba la pelea con espada, entonces no entendió la razón de su ausencia.

— ¿Por qué?

— Bueno, Ser Criston nos enseñó unos movimientos de espada y yo ya los domino pero Aegon aún no, así que hoy solo sería repetirlos hasta que Aegon los aprenda, y quería verte así que considere que era mejor venir contigo.

— No quiero ser la razón por la que no cumplas tu deber, Aemond.

— Solo será por hoy, lo prometo, Rhenys.

Ella sonrió.

— Un día de estos podríamos volver a visitar a Rhaegor —sugirió la princesa de cabellos castaños.

— Me encantaría. Me agradó Rhaegor, creo que tiene todo el potencial para ser un buen dragón, casi como lo fueron Balerion, Vhagar y Meraxes, tiene espíritu.

DRAGON BLOOD ━━ AEMOND TARGARYENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora