Maratón 1/2
— Duerme tranquilo, amor, estaré cerca si necesitas algo, solo debes llamarme, ¿si?
De pie en la puerta de la habitación, Derek no pudo suprimir la pequeña sonrisa que curvó sus labios al ver a Stiles revolotear sobre los mellizos como una gran mamá gallina haría.
Había logrado convencer a Eli de recostarse luego de
que los ojos de este comenzaran a revolotear con obvia somnoliencia, pero aun luego de tenerlo bajo las mantas, seguía a su alrededor como si temiera que algo pudiera sucederle a alguno de los dos si dejaba de mirarlos un segundo.El menor le dedicó una sonrisa somnolienta con los ojos aun cerrados —. Está bien, papi.
Volteándose, se acercó a la cama de Theo y acarició su cabello con suavidad, todos sus gestos delatando que no iba a alejarse de ellos pronto. Suspirando, Derek entró a la habitación y rodeó su delgada cintura con un brazo, alejandolo con suavidad de sus hijos para evitar despertarlos.
— Vamos, Sti —susurró cerca de su oido —. Dejémoslos descansar.
— Pero...
— Estarán bien, te lo prometo. — lo guió hacia la puerta —. Nada les sucederá.
Stiles parecía reacio a alejarse, pero aun así logró guiarlo fuera y cerrar la puerta detrás de ellos. Pareció dudar un poco a mitad de pasillo, pero su paso se volvió firme, como si hubiese tomado fuerzas de algún lugar escondido, y siguió
caminando, guiandolos directamente hacia la cocina.— ¿Quieres algo de beber? ¿agua? ¿zumo? ¿café? .- preguntó Stiles sin darle la cara a Derek
En realidad, no quería nada, pero podía ver la necesidad de Stiles de entretenerse con algo saliendo a oleadas de él, así que asintió —. Café estaría bien, gracias.
Lo observó moverse de un lado a otro de la cocina, encendiendo la cafetera mientras buscaba una taza en el mueble sobre el fregadero. Sonrió al percatarse de que no estaba preparando el café usual que su secretaria le llevaba, no, no era el amargo liquido sin azúcar que bebía para mantenerse despierto durante un proyecto demasiado exigente, este era
exactamente el café que bebía cuando era un estudiante.Había dejado hacia mucho tiempo de ponerle o agregarle leche al mismo y no había puesto chocolate en él desde que había dejado los angeles y a Stiles detrás. Muchos de sus habitos habían cambiado, gran parte gracias a su necesidad de
olvidarse de todo lo que lo unía a su juventud, incluyendo la bebida que pedía en cada salida juntos.Stiles debió percatarse de lo que hacia, porque se detuvo de repente —. Mierda — masculló —. Ni siquiera te pregunté si seguías tomando tu café así. Puedo hacer otro si no quieres...
— Esta bien de esa manera.
Asintiendo suavemente, el castaño terminó de preparar la bebida y se la tendió —. Toma.
— Gracias — tomó la taza con ambas manos, asegurándose de rozar los dedos del menor mientras lo hacia, percatandose de que estaban congelados. Dejando la taza sobre la mesa, atrapó las pequeñas manos entre sus palmas, intentando transmitirles calor —. ¿Te sientes bien? Tus manos están demasiado frías.
— Estoy bien. — intentó zafar sus manos, pero Derek no se lo permitió, manteniendo las apretadas en su agarre.
— Dime la verdad.
Los ojos ámbar se volvieron sospechosos mientras observaba al pelinegro llevar sus manos hasta sus labios y soplar en ellas para darles un poco de calor—. Odio verlos tan alterados, mis nervios están un poco fuera de control ahora mismo.
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TU MIRADA EN MI (Adaptación)
RandomAm. Una adaptación de una historia de una gran escritora