Conrado

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En el metro - dice Conrado - muchas chicas jóvenes te miran a la cara, te vacilan. Te dicen con los ojos: " Cómo te gustaría oler y chupar mis braguitas y luego comerte mi chochito". Te desafían. ¡Se ríen en mi jeta! Lo hacen sabiendo que les espera una buena polla dura  para follárselas.

Jack:- Tranquilo, hombre. No seas exagerado. No creo que nadie pierda el tiempo fijándose en tu careto, Conrado.

La novia de Jack: - Conrado, tú eres feo de cojones. Como en este mismo libro lo explicó LAfrontera: las mujeres desde los 15 años -o antes- somos de coño fácil. Da igual que sea una hippie con pantalones de pijama y camiseta de tirantes o una elegante abogada con su ajustado traje-chaqueta gris marengo y su blusa blanca. En 3 segundos sus tangas están mojados ante un cierto tipo de hombre: mandíbula prominente y cintura estrecha. Nos atraen irremediablemente y nos dejamos follar por todos los que cumplan estas sencillas normas. Y la Ciencia lo confirma.

Los hombres como tú, Conrado, - también te lo dijo LAfrontera- son necesarios para que os demos nuestro cariño y, vosotros, vuestra paga. JAJAJAJA ... 

Me encantan los tíos como tú, Conradito.

Jack:- A los hombres nos gustan las tías buenas y ya está. En cambio, a las mujeres les gustan los tíos buenos y los tíos viejos con pasta. Y si descubren a uno que esté bueno y con pasta, ya no te digo.

Una palmada en la espalda del pobre Conrado para animarle y algo de alcohol.

(LAfrontera en Amazon: Todos estamos muertos, pero no asustados.)









Todos estamos muertos, pero no asustadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora