Todos estamos muertos, pero no asustados

MÁRMOL

Soy Ben. Por las noches me gusta leer a un solo autor: Joe Hernandes. Era un gran poeta del Amor,  pero ahora veo que ha cambiado de rumbo. He aquí un texto suyo:

                                                       MÁRMOL

    Tuve una aventura con una mujer a la que le gustaba tumbarse sobre una mesa de frío mármol . Lo hacía totalmente desnuda. Su calor contrastaba con el blanco nieve de la losa.

    Se excitaba mirando la puerta de aquel cubículo hermético por donde aparecería su amada polla. Esa polla firme que le haría abrir los ojos de par en par. Pasaría luego a acariciarla con suavidad, besarla, chuparla con deleite, sentirla en todos sus agujeros.

    El tiempo pasaba, el frío recorría su cuerpo hasta llegar a su coño. Sus ojos empezaron a cerrarse dócilmente. Se imaginaba como la penetraba la punta de mi verga.

    Y el frío dejó de ser intenso, pasó a ser una dulce niebla, sabrosa como mi polla, como el semen que recorría su garganta buscando su estómago vacío.

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    He aquí al auténtico Joe Hernandes:

                                                     MUJERES

No me llevo nada

Vuestros son mis versos

Vuestras las sonrisas amables

Vuestros los cuerpos deliciosos

Vuestras las palabras y los susurros

Mujeres

Vuestras las largas y sencillas ausencias

Vuestras las puertas entornadas.

Vosotras , poderosas criaturas,

 gobernáis el deseo y la aflicción, 

dais la dicha y el placer ...

Aunque digan que la Muerte

tiene nombre de Mujer.

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