Capítulo 2

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𝑀𝑒𝑔𝑎𝑛 𝐵𝑟𝑜𝑤𝑛

—¿Terminaste?— Pansy preguntó suspirando ya cansada del trabajo que nos dejaron sobre pociones.
Llevábamos ya 5 libros leídos, y 4 hojas dando la explicación e información sobre la Poción curadora de forúnculos.
—Si, solo estoy arreglándole algunos detalles.
Asintió mientras guardaba algunas de sus cosas en su bolso.
—¿Sabes?— comentó con una mirada pensativa y levantando una de sus cejas— Realmente creo que algo pasó entre tú y Blaise cuando los dejé solos anoche—
La miré rápidamente por aquello que había dicho, fue inesperado.
Negué lentamente y confundida—No sucedió nada, él simplemente se puso raro y se fue.
No le mentiría a ella, no soy de las personas que ocultan sus sentimientos a sus amigos, ella sabía todo lo que pensaba de Blaise y todo lo que no. Así que era muy sencillo hablar de estos temas con Pansy, me entendía.
—Por eso mismo lo digo, cuando no viniste al desayuno hoy, él no dejó de preguntar por ti— sonrió pícaramente, impulsando sus codos hacia delante quedando más arrimada a la mesa.
—¿Preguntó por mi? nunca le importó si iba a comer o no.
—Parece que ahora si le interesa, no pierdas el tiempo Meg, a ti te gusta y tú a él, está claro.
sonreí como idiota, ella no podía estar más acertada. El gusta de mi, lo noto desde lejos, y no lo digo de forma egocéntrica.
—Si, no lo sé. Ya acabé con esto así que iré a descansar— guardé todo en mi bolso para luego colocármelo en el hombro y salir de la biblioteca.
Caminar por los pasillos en la noche era tan tranquilo como aterrador, la oscuridad y el frío que se esparcía por todos lados era escalofriante. Pero al mismo tiempo era bellísimo ver toda esas esculturas, cuadros y hasta decoraciones que la hacían única, que la hacían mi hogar.
Me detuve abruptamente mirando a todos lados, una extraña sensación de que me observaban se apoderó de mi. No había nadie más a mi alrededor, y eso me llevó a apurar mis pasos y llegar más rápido a mi casa. Dije la contraseña e ingresé sin hacer tanto ruido por si alguno descansaba, la hora de la cena había sido hacía ya dos horas, era normal que alguien ya esté durmiendo.
Un blaise algo ojeroso y cansado apareció reposando sobre el sillón, otra vez.
—¿No puedes dormir?— tras preguntarle esa obviedad, me senté a su lado mientras sujetaba mi cabello en una alta cola.
—Mañana tenemos partido, y Draco se puso insoportable al punto de dejarme creyendo que por mi culpa perderíamos.
Un enorme enojo de apoderó de mi. ¿Porqué era así? era su mejor amigo, y lo trataba como una basura.
—No puedo creerlo— bufé enojada,
él sonrió—Lo entiendo sabes, está tan estresado como yo, y se desquita con el equipo.
—Pero eso no tiene sentido, blaise. Es tu maldito mejor amigo y siempre te reclama lo mismo.
No era la primera vez que le decía cosas como aquellas antes de un partido.
—No te preocupes Meg, de verdad.
Sonreí desganadamente y cambié de tema.
—¿Cuando es la fiesta?— pregunté
—Mañana, luego del partido.
Suspiré cansada del largo día que cargaba. Le regalé una sincera sonrisa y algo se apoderó de mí haciendo que me acerque a él y le plante un tierno beso en su mejilla, muy cerca de sus labios.
Blaise se quedó mirándome un rato cuando me alejé, habíamos quedado a pocos centímetros del otro. Carraspee y le di las buenas noches antes de subir a mi dormitorio.

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—¡Slytherin anota otra vez!— se oyó por los altavoces, todos nos paramos y comenzamos a gritar y festejar mientras algunos chiflaban y otros alzaban sus banderines.
Draco comenzó a perseguir la snitch dorada, Harry hizo lo mismo, haciendo que por momentos ambos se chocaran a propósito y lastimaran.
A lo lejos vi como Pucey y Blaise se dirigían con una gran seriedad a Fred weasley, tratando de volver a anotar.
Quedaban tan solo cinco minutos para que el partido finalizaba, íbamos ganando así que no me preocupaba mucho el que perdiéramos.
No lograba ver, estaba en la parte más alta de las gradas y mi visión últimamente no era la mejor.
—¿Qué está sucediendo?— le pregunté a Pansy.
—Creo que están po-
La voz en los altavoces no dejaron que terminara su oración...
—Slytherin anota y captura la snitch. ¡Slytherin gana!
Todos en nuestras gradas nos levantamos gritando y festejando, era un orgullo para nosotros ganar los partidos de quidditch.
—¡Así se hace!— gritó Goyle a un lado.
Sonreí mientras aplaudía y gritaba a mis compañeros.
habíamos ganado.
En tu maldita y asquerosa cara Malfoy.

Acomodé mi corta falta negra antes de bajar a la sala común, Pansy ya me había abandonado y no quiso esperar a que terminara de arreglarme. Tenía una polera ajustada y negra metida bajo la falda, haciéndola parecer un vestido. Estaba simple, pero atractiva, eso era algo que sentía característico de mí; no iba muy arreglada casi nunca, pero encontraba una forma de lucir elegante. Hasta en una fiesta.
—¡Al fin! estábamos empezando a preocuparnos— Dijo Pansy riéndose.
Lo primero con lo que me encontré justo cuando bajé, fue a un gran grupo de personas bailando y bebiendo bajo las luces verdes y blancas que iluminaban toda la sala. Sonreí al ver aquella escena.
No había señales de Draco a mi alrededor, y eso era algo bueno.
—Tampoco tardé tanto— respondí despreocupada.
Seguí con mi vista a las personas que estaban a mi alrededor, él estaba justo a unos metros de mi. Iba vestido con una remera negra simple y unos jeans negro, le quedaban demasiado sexy.
Blaise también encontró su mirada con la mía y no es por presumir, pero noté como me observó de arriba a
abajo abalizándome. Le regalé una sonrisa un tanto, coqueta, pero no me acerqué a él.
—Vamos, bailemos.
La seguí hasta el centro de todo y con un vaso de whisky de fuego en mi mano comencé a bailar. Y créanme que cuando dije bailar significa que casi desfile en medio de todos.
Al paso de los minutos el calor y amontonamiento de todas las personas se me hicieron insoportables.
—Saldré a tomar aire, no tardo— avise, aunque estaba muy segura que con lo ebria que Pansy estaba no se daría cuenta.
Voltee mis ojos y salí de allí.
Caminé cuidadosamente por todo el castillo procurando que ningún profesor me viera merodeando por ahí.
Cuando logré llegar a una zona bastante alejada y solitaria, pude respirar y relajarme.
Tomé cabello entre mis manos por unos segundos, para después soltarlo y echarlo hacia atrás.
Recosté mi espalda contra la pared, tratando de que el calor y la molestia se me fueran para poder volver.
—Te busqué por todas partes.
Me sobresalté cuando escuché que me hablaban. Miré rápidamente a mi costado y pude ver que Blaise estaba parado con sus brazos cruzados, inspeccionándome.
—Necesitaba aire, nada más.
Lo vi asentir. Estaba tan lindo que una extraña sensación se apoderó de mi estómago.
—¿Te molesta que esté aquí?
Giré levemente mi cabeza pensativa, y negué casi al mismo tiempo.
—Jamás me molestaría tu presencia.
Él se acercó a mi, apoyando su espalda en la pared, rozando su brazo con el mío.
—Sin ti esa fiesta es aburrida.
Lo miré cuando lo oí decir eso, me sorprendió lo cerca que quedamos el uno del otro al girarme.
Sus ojos me penetraron, y yo hice lo mismo con los suyos. Fruncí el ceño cuando noté que su mirada bajaba a mis labios.
—Estás muy linda— Dijo casi en un susurro.
Sonreí algo tímida, ahora mi mirada bajó a sus labios, y creo que eso fue todo lo que él necesitó para acercarse mucho más a mi.
—Blai-
Sus labios chocaron con los míos impidiendo que pudiera decir tan solo una palabra. Se movieron lenta y suavemente, como si quisiera permanecer ahí para siempre.
Coloqué mis brazos al rededor de su cuello, y nuestro beso ahora se había transformado en uno más salvaje y necesitado. Sentí que explotaba, y casi vomitaba de lo nerviosa que me encontraba.
Él había sido el chico que me gustaba por mucho tiempo y ahora estábamos besándonos.
Lentamente fuimos separándonos, pero aún quedando muy cerca de el otro.
—No sabes cuánto me encantas Megan, desde hace tiempo.
Mi estómago estalló, iba a morir de la felicidad y mi sonrisa lo demostraba.
—A mi también me gustas Blaise, y creo que esto— dije señalándonos— Ya era obvio.
Asintió riendo y al instante volvió a juntar sus labios con los míos. Cada vez se hacían más intensos y duraderos.
Estuvimos toda la noche así, hasta que decidimos volver ya que era demasiado tarde y la fiesta estaría por terminar.
No queríamos meternos en problemas.

Obliviate| DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora