capítulo 6

7 1 1
                                    

Megan Brown

Mi corazón no dejaba de estar a mil por hora, mis clases habían sido un fracaso por mi falta de concentración. Nada estaba saliéndome bien.
Caminé por los pasillos a un paso acelerado, quería llegar a mi dormitorio y acostarme a dormir, no pensar en nada más y dejar que el día simplemente pasara. Pansy había desaparecido y Blaise solo permaneció unas horas conmigo hasta que tuvo que irse a una clase a la cual yo no asistí, lo sé muy mal de mi parte. Pero luego de eso tampoco volví a verlo, Draco hacia que no pudiera pensar en otra maldita cosa y me impedía poder pensar en mis estudios o hasta mi novio.
La sala común se encontraba vacía, todos dormían y Pansy no había vuelto a nuestra habitación, todo estaba tal como quería, tranquilo. Me quité el uniforme y rápidamente me recosté cayendo en un profundo sueño, no hizo falta nada más, ya el sueño estaba acompañándome desde hacía horas.

El silencio de la soledad estuvo presente durante bastante tiempo, mis sueños eran tranquilos y por primera vez en una semana estaba descansando como tanto anhelaba.
Alguien tocó mi cabello, pude sentirlo no fue un sueño; mis ojos se abrieron de golpe asustada. Observé todo a mi alrededor, una carta estaba sobre mi mesa, mi corazón se aceleró y mi respiración comenzó a entrecortarse, el maldito había estado en mi dormitorio.
Tomé la carta entre mis manos, era exactamente igual a la otra y eso me generaba todo tipo de pensamiento negativo; junté aire ya que debía, quería abrirla.

Te espero en la torre de astronomía. Ahora.
-D

Un gesto de disgusto se formó en mi rostro, no entendía en que momento había terminado atrapada en los juegos de Draco, en su maldita manipulación. Quería que él sufriera, quería que me respetara y dejara de querer arruinar mi vida. Me levanté de la cama y coloqué mi túnica sobre mi camisón, iba a ir y no dejaría que me siguiera molestando.

Subí las escaleras a la torre, mientras lo hacía mi miedo crecía, estaba nerviosa y no sabía que podría llegar a pasar.
Observé por todos lados, nadie estaba allí, llegué a creer que esa carta había estado en mi mesa desde hacía tiempo y él ya no estaba allí. Comencé a adentrarme a la torre, acercándome a la baranda para poder ver si realmente no estaba aquí; en el momento en que estaba acercándome, alguien tomó mi mano y me arrastró hacia un oscuro pasillo que estaba entre las paredes, solté un pequeño grito y en ese instante una mano cubrió mi boca, callándome.
—Haz silencio—habló Draco a pocos metros de mí y con su mano aún en mi boca. Sacudí la cabeza y el alejó su brazo, lo miré disgustaba, por qué mierda necesitaba hacer eso y asustarme de esa forma.
—¿Que necesitabas?—tuve que controlarme para no insultarlo en mil idiomas diferentes.
Él solo sonrió—Dije que iba a encontrar la manera en la que me agradecerías, vine a cobrártelo.
Fruncí el ceño, no entendía que quería, estaba demasiado pegado a mí y mi pecho subía y bajaba por mi agitada respiración. Tenía miedo.
—Draco.
No necesité decir nada más, sabía que entendía el tono en el que le hablaba.
—Megan, recuerda que tienes que obedecer y nada más. Te ayudé y ahora tienes que pagar.
Lo odiaba tanto, quería vomitar y correr, hasta pegarle en donde más le duela, pero había algo macabro y tonto en mí que decía que me quedara, que esta vez no escapara.
Draco comenzó a acercarse, su rostro estaba a centímetros del mío pero no me tocaba.
—Que asco das Megan, te entregas a cualquier persona—soltó abruptamente para luego alejarse.
Lo miré incrédula ¿estaba bromeando? había ido allí solo porque no me quedaba de otra que hacer lo que él dijera, si la hogwarts se enterara lo que él sabía todos me odiarían, nadie se volvería a acercar a mí.
—Eres tan desagradable e idiota Malfoy.
Lo empujé y comencé a salir de ese hueco, lo único que necesitaba era tener que liderar con todo esto. No me permitió salir, tomó de mi muñeca de una forma violenta y me pegó a la pared y a él—No iras a ningún lado, no si yo no quiero.
Intenté alejarme pero no me dejó—No entiendo que quieres, me tratas de zorra y ahora no quieres que me vaya—comenté burlándome. Eso pareció no gustarle nada ya que su rostro se volvió más serio que antes, y pegó su cuerpo más a mi, pude sentir todo y aún no puedo descifrar si sentí asco o intriga por lo que pasaría.
—Harás lo que yo diga, Blaise será el primero en enterarse sino.
Una mueca apreció en mi rostro—te odio—su comisura se levantó, le gustaba esto.
Y luego lo que menos esperaba ocurrió, su rostro se acercó a mi cuello y comenzó a plantar húmedos besos en el, mi forma de respirar empeoró. Esto se sentía tan indebido y asqueroso, hacía que sintiera cosas que no debía y que nunca había sentido; mis manos subieron a su cabello tirando de él en el momento en que comenzó a succionar. Lo oí decir algo pero no pude entenderlo, solo sé que su respiración estaba igual o peor que la mi. Se alejó, lo hizo de un momento a otro y clavó sus grises ojos en mí, me sentí pequeña y tonta pero no podía despejar mi mirada de la suya. Pude notar como sus cejas bajaban y una mirada confundida aparecía en la que antes había sido de puro deseo y odio.
—Vete.
Fruncí mi ceño, no entendía. No sabía si realmente quería irme.
—¡Vete!—gritó esta vez haciéndome dar un salto del susto, su mirada se había transformado en otra. Salí de allí para luego correr a mi dormitorio sin mirar atrás.

Me recosté en mi cama tapándome con las sábanas, las lágrimas caían por mi rostro una tras de otra. Estaba angustiada, Blaise no dejaba de aparecer en mi mente y me hacía sentir cada vez más asquerosa. Sabía que no era mi culpa, no haría todo esto sin un motivo pero no significaba que no estaba engañándolo con su maldito mejor amigo, bueno no había pasado nada entre nosotros aparte de aquello, pero se sentía fatal.
Lo que le ocurría a Draco Malfoy era algo sin solución, y ahora yo estaba metida en eso, era parte de eso. ¿Él quería jugar? jugaríamos, pero a mi manera.

Obliviate| DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora