Obliviate| DRACO MALFOY

Capítulo 7

Draco

Su cuerpo se movía de un lado a otro, la escoba nunca fue una amiga fiel para ella y nunca la acompañaba en un mismo movimiento.
—¡Vamos Megan, baja!—gritó Pansy al ver que ella no podía controlarse, era un completo desastre.
Luego de lo ocurrido en la noche no nos volvimos a dirigir ni una sola palabra, la observaba desde lejos con odio y rencor; me había hecho sentir algo y yo ya no quería sentir.
Megan logró tocar el suelo y soltar su escoba en un bruto movimiento, pude notar como sus ojos corrieron a mi por un segundo y luego se alejaron para escapar a los brazos de Blaise. Blaise, no me sentía para nada culpable con lo que estaba haciendo, necesitaba esto, un poco de diversión y adrenalina; necesitaba poder lastimarla y arrancarle todo lo que quedaba de ella para poder sentirme menos vacío.

Pociones era la clase que menos soportaba, no soportaba ninguna en realidad, pero esta definitivamente me daba ganas de romper y tirar cada artefacto de la sala. El profesor estaba explicando sobre la poción de amortenia, yo ya sabía lo que era y cómo realizarla. Estaba avanzado para seguir tomando este tipo de clases, pero mi padre insistía en que obedeciera y que no se me salieran los tornillos de lugar, lo detestaba más que nada.

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La noche había caído, igual que cualquier otro día en Hogwarts, hacía frío y la nieve había comenzado a caer. Cualquiera se sentiría vivo, mágico y feliz ante tal víspera; pero yo no, de hecho lo detestaba.
Mi dormitorio, el cuál era solo mío no compartido ya que así lo quise y así me lo dieron gracias al poder de mi apellido, era oscuro y silencioso, con una cama aún más grande de lo normal y con espacio para más de dos. Algo innecesario.
Tomé asiento frente a mi escritorio, solo me dejé puesto mi camisa y algunos botones desabrochados, estaba comenzando a tener hambre y no un hambre que la comida podía saciar. La necesitaba, quería usar mi poder en ella y romper cada trozo de su alma.
Sostuve la pluma entre mis dedos y comencé a escribir en el viejo y largo pergamino.

Cuando la luna aparezca y los pasillos dejen de hablar, ven a mi dormitorio. Sola.
-D

La doblé y la metí en el mismo sobre que utilicé, le convenía hacer lo que debía hacer porque ella sabe que cumplo con mi palabra. Lo hice cuando un viejo alumno se metió con Blaise, juré destruirlo si se volvía a meter con él y así fue, lo expulsaron de Hogwarts y volvió a su hogar sin movilidad en un brazo, patético.

Caminé bajo mi túnica por los pasillos, aún habían estudiantes por ahí así que era necesario ir con precaución y tranquilidad, mis amigos sabían que suelo desaparecer y volver como si nada así que no podrán sospechar que ando metido en algo. La vi con Blaise, se estaban besando, algo se movió dentro de mí y lo detesté; él la acariciaba y ella se apretaba contra él. Suspiré, tenía que mantenerme sereno y seguir con lo planeado, nada podía interponerse ¿por qué lo hacía? porque la odiaba, desde niños lo hacía y más ahora que se llevó a mi mejor amigo, siempre me superó y siempre supo como joderme la vida.
Entré a la sala común, y de ahí a su dormitorio, abrí el cajón de su ropa y dejé mi carta ahí permitiendo que una de sus puntas se viena al cerrarlo. La vería, no existía forma que no notara esa nota allí.
Solo tocaba esperar y planear cuál sería mi siguiente jugada.

La maldita jamás apreció, la esperé horas y el sol salió, nunca vino. Ella sabía que debía y no cumplió, me está desafiando lo sé y va a lograr lo que quiere, va a lograr que la sostenga y frente a mis ojos caiga del dolor. No va a quedar nada de ella vivo y nada de lo que antes fue, voy a arrebatarle hasta lo último que tiene para luego dejarla caer, va a amarme para luego desear no haberlo hecho jamás. Voy a destruir cada parte de tu ser Megan, y yo cumplo con mi palabra.