Capítulo 11

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Mi inicio de clases fue muy bien hasta su momento. Trataba de poner atención a todas las clases, pues para la residencia y la casa, podíamos tener un gran descuento según nuestro promedio, y yo claramente no iba a desaprovechar aquella oportunidad.

También estas clases, como las compartía con Mon, han sido muy increíbles. Ambas encajamos bastante bien. Creo que, a pesar de todo lo que he pasado, esta etapa puede cambiar.

Me encontraba en la biblioteca con mi celular, pues Mon no sabía dónde se había metido, así que me vine a encerrar en este hermoso lugar. Pero al parecer, la había invocado, pues llegó gritando y corriendo. Muchas miradas se dirigieron a ella con cierta molestia. Yo solo bajé mi mirada con algo de vergüenza.

—¡ASH, ASH!

—¿Qué sucede? —Me quité mis audífonos—. Baja un poco la voz, Mon, estamos en la biblioteca.

—Oh, sí, no lo noté. Ammm, es que conseguí un trabajo.

—¿En serio?

—Siiiiii y estoy emocionada porque pienso que también conseguí uno para ti.

—¿Para mí?

—Pues sí, ven, te enseñaré.

Como pude, me levanté de mi asiento y agarré mis cosas rápidamente para ir con Mon a no sé qué parte. Me costó seguirle el paso.

—Bueno, vez que me contaste que tu deporte favorito es la natación.

—Claro, lo recuerdo.

—Supongo sabrías dar clases. Mi mamá dijo que no había profesor de natación y necesitaban uno para las competencias.

—Mon, okay —solté una risa—. No puedo dar clases. Jamás en mi vida he dado, menos para las competencias. Suena algo importante.

—No creo que sea tan difícil. Sabes los movimientos, haz honor a tus tres medallas de segundo y primer lugar.

—Okey, sí me encantaría ser profesora de natación, pero no ahora. No soy una profesora, no tengo nada de experiencia como para que pueda quedar en el trabajo.

—Pero seguro que te dan ventaja porque eres alumna, y se supone que la escuela debe apoyarte en cualquier cosa. Habla con el director, dile que no sé, quieres una mejor vida que sé yo, hazte la víctima.

—Mon... —Negué con la cabeza, esto era realmente una tontería.

—Ash... recuerda que si no conseguimos ese dinero, por más que nos le echemos ganas, no lo conseguiremos. Este trabajo podría ayudarte.

La miré y no era tan mala idea, la verdad. Quería alejarme de mi hermana lo antes posible.

—Cuál será tu trabajo —la miré curiosa.

—Seré la asistente de la profesora de música. Necesita que alguien acomode partituras, instrumentos e imprima cosas cuando se le olviden a ella. Me pagarán 100 pesos cada día. Tal vez es poco, pero si lo ahorro, tal vez pueda juntar para la casa.

—Entiendo, pero esto de ser profesora es algo complicado. No había algo como lo tuyo o algo menos importante.

—No, no creo, pero necesitamos mucho dinero si queremos vivir juntas. Así que andaleeee, también podría ser tu asistente.

Suspiré y no era tan alocado como sonaba. Suspiré y no perdía nada con una oportunidad.

—Okay, pero si me dan el trabajo, yo veré los gastos y organizaré todo, ¿de acuerdo?

—Si tú te encargas de esa parte administrativa, yo soy pésima en eso. Ahora ve y habla con el director.

—Okay, iré ahora mismo para ver qué onda.

—Sí, sí, mucha suerte, Ash. Me cuentas cómo te fue, yo... debo ver a alguien.

—Vale. —Suspiré y fui a donde estaban las oficinas.

Al llegar a la oficina del director, debía esperar unos minutos, pues había alguien dentro. Por lo menos, no había una inmensa fila como la primera vez.

No esperé mucho, pues la secretaria me pidió que entrara después de unos 5 minutos, y vi salir a un chico como de último año. Entré a la hermosa oficina del director, y él al verme se sorprendió. Yo solo sonreí.

—Hola, director, buenas tardes. —Sonreí.

—Hola, señorita. ¿En qué le puedo ayudar ahora?

—Qué bueno que pregunta, director. Es que me enteré de que estaba buscando algún instructor de natación.

—Estás en lo correcto. Estamos buscando a un instructor, ¿conoces a alguien?

—Eh, bueno, yo podría ser...

—¿Tú? Por favor, señorita, esto es un trabajo serio.

—Y creo poder cumplirlo, en verdad. Yo soy bastante buena.

—No por eso puedo contratarte. Dime, ¿por qué tendría que darle el trabajo a una alumna que apenas está en su primer año de carrera y que ni es para ser profesora?

—Pues verá... llevo nadando desde los 7 años, sé muchos movimientos, sé entrenamientos. He ganado dos medallas en dos concursos de primer lugar, en donde aprendí y seguí todo el tiempo. La alberca era semiolímpica; opino que eso dice mucho. Soy rápida nadando y sé hacer los movimientos de manera correcta. Si gusta, usted mismo puede verme nadar, o puede darme una semana de prueba.

—Señorita Ashly, ¿cierto? —Asentí—. ¿Por qué quieres el trabajo?

—Verá, director, de verdad quiero que esta escuela sea buena para mí, y para eso necesito salir del horrible departamento de mi hermana. Salí a buscar trabajo, pero no encuentro uno que se adapte a mis horarios. La natación ha sido mi vida desde pequeña, y ser instructora ha sido mi sueño desde niña... enseñar y apoyar es lo que quiero.

—Bueno, aquí está el problema. Debes entrenar un equipo, señorita Ashly. No quiero que enseñes a nadar, quiero que los entrenes.

—Pero aun así debería de ver que lo hagan bien y enseñar bien los movimientos. Siempre existen errores que se deben corregir, si no quiere una descalificación. Obtuvimos un 10 en los movimientos, sé cómo se hacen correctamente y podría hacer grandes cosas con el equipo. Sé programar bien mis horarios, puedo hacer un entrenamiento para ellos. Solo sería cuestión de que me dé trabajo y con gusto haré que su equipo gane algún trofeo.

—Bien, Ashly, la verdad me has sorprendido. Bien, quiero dejar dos cosas en claras.

—Lo escucho.

—A un instructor le pagamos 800 pesos dependiendo las horas que haga, pero estás de acuerdo que no te podemos pagar eso por falta de experiencia...

—Lo sé...

—Te pagaremos 400 pesos la hora. Tú te vas a encargar de eso, de las horas de entrenamiento y eso, para que puedas tener tiempo de escuela. Recuerda que la alberca debe estar cerrada a las 7 de la tarde, así que tú verás eso.

—Me parece bien...

—Necesito que me firmes estos papeles y me traigas tu cronograma de entrenamiento. Deberás hacer pruebas para ver quién formará el equipo. Será de 10 personas. También deberás tomar en cuenta tener un horario en el cual los chicos puedan ir a tomar clases. Tú te organizas en ese aspecto.

—Okey.

—Bien, puedes irte, pero antes de todo, necesitaré hacerte un examen.

—Entiendo. Me avisa bien, por favor. Permiso.

Salí de la oficina con una gran sonrisa en mi rostro. Haría algo que me gustaba demasiado. Estaba contenta.

Fui en busca de Mon, pero no la encontraba por ningún lado. Aparte de que el campus es enorme, me dijo que iba a ver a alguien, pero no sabía dónde exactamente.

Decidí mandarle un mensaje y me esperé en la biblioteca. Su respuesta tardó demasiado, pero al fin llegó: canchas de fútbol.

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