Capítulo 46

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A lo lejos, podía escuchar una hermosa melodía. No sé de dónde provenía, así que comencé a buscarla. Caminé por un rato y finalmente pude escuchar la letra de aquella canción. Sabía que la conocía, pero no lograba recordarla a la perfección.

— Es lo que quiero decir.

— Solo te quiero admitir que no puedo pensar en nadie desde que estás aquí.

A lo lejos vi una cabañita. Fui rápidamente a ella para poder escuchar quién era el cantante. Comencé a correr para poder escuchar con más claridad. Abrí la puerta y vi a Ángel tocando la guitarra.

— Y si pronto te alejas de mí.

— Vas a dejar el país.

— Pero tu amor vale la pena, ya que espero por ti.

— Porque tú me haces fluir y sigo siendo fuerte, pues debo verte para vivir...

Terminó de tocar, y yo solamente pude verlo con una gran sonrisa. Pero de repente se esfumó. Mi sonrisa se borró, y miré a una de las mesas que estaban ocupadas. En esta estaba un Ángel chiquito.

— Estoy orgulloso de ti, Ash.

— ¿En serio?

— Sí, pudiste estar ya en paz contigo, pero aún hay algo que te atormenta...

— No creo...

— Claro que sí. Considero que te he dado muchas advertencias, y quiero que las sigas considerando.

— Pero ya estoy bien contigo... bueno, contigo adulto y verdadero.

— Sí, pero recuerda que te dije que podías lastimar a más personas... No hagas eso, por favor.

— ¿Debo alejarme de ti? Yo no quiero eso, Ángel.

— No te estoy diciendo que te alejes de mí; todo lo contrario. Pienso que estás muy bien con... bueno, con el Ángel verdadero. Pero ¿y qué pasa con tu amiga?

— Mi amiga... claro.

— Sí, claro, tu única amiga.

— ¿Me hará falta? Digo, tengo a Ángel...

— Nunca hace mal una amiga, Ashly. Para ti siempre fue lo primero.

— Sí, porque no conocía el amor...

— ¿En serio?

— Sí, claro. Digo, puedo hacer más amigos que no quieran con el chico que me gusta.

— No, Ashly, para ti siempre importaba tener una amiga con la cual poder charlar por horas... No puedo creer que vayas a dejar eso a un lado por un chico.

— Sí, quiero eso, pero con Ángel también puedo hablar por horas sin aburrirnos... Él puede ser tanto mi futuro novio como mi amigo.

— Okay, nos estamos desviando bastante y necesitas pensar las cosas. Supongo que hasta aquí lo dejamos. Adiós.

Lo vi como también se esfumó, y me quedé parada sin saber qué hacer exactamente, pues todo comenzó a tornarse negro.

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