La tercera Winchester

Manicomio (2da Parte)

Los hermanos Winchester entraron a una sala extremadamente tétrica, con mesas metálicas de evidente uso de cirugía, además de cillas con agarres y otros artefactos de aspectos médicos. A A la menor de los hermanos ese lugar le ponía los pelos de punta pero de una forma más específica.

—Vaya— comento Dean a acercarse a una máquina que solo había visto en películas antiguas —Descargas eléctricas, lobotomías. Les hicieron muchas cosas raras a estas personas. Como a Jack en "el nido del cuco"— bromeo con una cara ridícula siendo ignorado por sus hermanos —Y bien, ¿Qué piensan?

—La terapia de electroshock se sigue usando actualmente, en algunos casos particulares— comento Altaira distrayendo a su cerebro con la búsqueda de información de todo el conocimiento de psiquiatría y psicología clínica que conociera —Y lamentablemente hasta no hace mucho se seguía usando la lobotomía, la historia de la salud mental no es la más... prístina, además de ser terriblemente corta. Los sanatorios mentales no eran más que lugares donde depositar a las personas diferentes para olvidarse de su existencia, como si no fuesen humanos.

—Me refería al caso— comento algo perturbado Dean — ¿Fantasmas poseyendo gente?

—Ah... muy posiblemente. Todo este lugar me da muy mala vibra.

—Tal vez— dio su opinión Sam mientras se acercaba a su hermana, que a diferencia de otras veces, apenas se había movido de la puerta de entrada pese a ser la más curiosa de los tres —Tal vez sea más como en Amityville o el caso de los Smurl.

—Sí, espíritus conduciéndote a la locura...— recordó el mayor mientras se acerba a sus hermanos, también había notado la actitud extraña de la menor —como a Jack en "El Resplandor"— intento volver a bromear, consiguiendo el mismo resultado.

—Dean... ¿Cuándo lo vamos a hablar?— Altaira soltó un suspiro casi inaudible, a veces parecía que Sam no conocía como era su hermano.

— ¿Hablar de qué?

—Sobre el hecho de que papá no está aquí.

—Ho... déjame ver... nunca.

—Hablo en serio.

—Yo también, Sam— comenzó Dean con una actitud que Altaira denomino como "nervio expuesto" ya que su hermano siempre actuaba de la misma forma cuando trataban temas sensibles, se cerraba emocionalmente y se ponía agresivo e impulsivo con las respuestas, con el objetivo de herir verbalmente al otro si es posible, mientras encuadraba los hombros y sacaba algo de pecho, para parecer más intimidante e invulnerable... aunque en realidad fuese todo lo contrario —Mira, él nos mandó aquí. Y obviamente él nos quiere aquí. Retomaremos la búsqueda después.

—No me importa lo que él quiera— para este punto la menor decidió alejarse un poco de sus hermanos, no mucho solo se acercó a lo que ahora le parecía una interesantísima máquina de electroshock, digna de un museo.

— ¿Ves? Esa actitud, es por eso... que yo siempre tenía una galleta extra.

—Papá podría estar en problemas. Deberíamos de estar buscándolo. Merecemos algunas respuestas, Dean. Es de nuestra familia de quien hablamos.

—Entiendo eso, Sam, pero él nos dio una orden.

— ¿Y qué? ¿Siempre vamos a obedecer las órdenes de papá?

—Claro que sí.

—Y si mejor— llamo la atención de sus hermanos — ¿no agregamos más energías negativas en un lugar donde abundan? No vaya a ser que se nos pegue algo. Además tenemos algo que buscar— terminó la menor elevando una vieja placa donde aún se podía leer con algo de dificultad "SANFORD ELLICOTT"