1.2

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Me muerdo el labio para comprobar si este momento es real.
Me adentro en un sueño mas profundo.

Me encantaría saber cuánto tiempo estuve dormida. O despierta. O soñando. O viviendo. O simplemente respirando en la misma posición sobre el suelo helado.

No tenía sentido levantarme, no tenía sentido correr, ni siquiera tenía sentido seguir viva si no había nada.

Y entonces un pensamiento atravesó mi mente de repente: ¿Estoy viva?

Una parte de mí deseó no haberse hecho esa pregunta.

¿Qué es lo último que recuerdo? ¿Dónde estaba antes de estar acá? ¿Me estará buscando mi familia? ¿Tengo familia? ¿Qué es exactamente una familia? ¿Y si estuve siempre acá? ¿Quién soy?

Solo la última pregunta tuvo una respuesta.

Rose.

No supe como, pero de alguna forma mis pensamientos me dijeron que tenía que responder a ese nombre. Quién me lo había dado, por qué, y desde cuándo, esas eran cosas que no podía contestar.

Me afirmé en el suelo con ayuda de mis brazos y logré pararme. Mi cuerpo debería haber estado adolorido considerando la cantidad de tiempo que había pasado en la misma posición. Pero no sentí nada.

No importaba cuánto corriera, no me cansaba. No importaba cuanto temblara, el frío nunca me congelaba. No importaba cuántas horas, o días, pasara sin comida o agua, no me deshidrataba ni sentía hambre. No importaba cuánto inhalara, el aire parecía no entrar en mi cuerpo. Pero no moría. No parecía poder morir.

Aunque tampoco parecía estar viva.

-Dios mío, ¿en dónde estoy? -repetí, solo que esta vez las palabras no se limitaron a mi mente, sino que escaparon de mi boca en forma de lamento.

-En el Limbo -respondió una voz suave.

Grité aterrorizada y volteé rápidamente buscando el origen de la voz.

Seguía rodeada de la nada. Solo que esta vez tenía la certeza de que no estaba sola.

Volví a correr.

Limbo | Wen JunhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora