No dudes.
Tus sueños se harán realidad.La imagen que me devolvía el espejo no era linda, pero tampoco me desagradaba. Mi cabello estaba suelto y un tanto enmarañado, pero al ser ondulado no lucía del todo mal. Mis ojos eran oscuros y se encontraban hinchados a causa del llanto, al igual que el resto de mi cara.
Si no hubiera llorado tanto me vería bonita. Pensé un poco avergonzada al notar que esa era la última imagen que Junhui tendría de mí.
En el reflejo pude ver de forma clara el contraste entre nosotros. El chico detrás de mí no solo era mas alto y elegante que yo, sino que, al lado de una persona tan ordinaria, parecía irreal. Su piel era tan blanca y él era tan rubio que cada parte de su cuerpo parecía brillar, mientras que mi cabello casi negro, que aun se apoyaba en su pecho mientras me abrazaba, amenazaba con manchar la imagen etérea que él poseía.
-¿Qué hay después del espejo? -pregunté con afán de alargar el momento.
-No estoy seguro -contestó-. Se supone que vas a renacer. La mayoría de las personas lo hacen sin siquiera entrar al Limbo, pero algunas almas se aferran tanto que terminan acá.
-¿Y dónde voy a renacer?
-Es imposible saberlo.
-¿Voy a seguir siendo yo?
-No exactamente. Tu alma es siempre la misma, y es eterna. Pero vos no.
-¿Duele?
-No, no va a dolerte.
-¿Cómo sabés todo eso?
-Solo lo se.
Odiaba esa respuesta tanto como iba a extrañarla.
-¿Te voy a recordar?
-Si tengo algo de suerte -comenzó a decir-, entonces vas a pensar en mí o a soñar conmigo alguna vez. Pero lo mas probable es que me olvides por completo.
-No quiero olvidarte.
-Está bien si me olvidás -dijo profundizando el abrazo-. Yo no te voy a olvidar. Y con saber que estás bien, me basta.
A mí no me basta. Quise decir. Pero, ¿qué sentido tenía volver a discutir? No lograría nada mas que seguir atrasando lo inevitable.
Sus brazos me soltaron para que pudiera avanzar al espejo. Y entonces volví a sentir frío, solo que esta vez estaba segura de que el Limbo no tenía nada que ver, porque el frío venía directamente desde el centro de mi pecho, justo en el lugar vacío que había quedado después de alejarme de él.
-Te amo, Junhui -dije cuando nuestras miradas se cruzaron en el reflejo por última vez.
-Te amo, Rose -contestó.
Cerré los ojos, buscando atesorar en lo profundo de mi alma la última imagen del chico que me había acompañado en ese lugar. Y tras levantar mi mano para tocar el espejo, todo se volvió negro.
*************
-¡Julieta! ¡Julieta! -llamaba una voz conocida-. ¡Julieta, vamos a llegar tarde!
-No quiero ir -me quejé.
Tzuyu seguía sacudiéndome para que despertara. Pero yo deseaba quedarme en el sueño, no porque estuviera cansada, sino porque las imágenes se habían sentido tan vívidas y reconfortantes que la idea de tener que enfrentarme a la vida real después de haber soñado con él se me hacía insoportable.
-¿Otra vez viste a ese chico? -preguntó mi amiga sentándose en la cama junto a mí.
Ella era la única en la que confiaba lo suficiente como para contarle que había soñado con el mismo desconocido a lo largo de toda mi vida, y que me emocionaba tanto hacerlo que, incluso aunque sonara absolutamente descabellado, me sentía casi enamorada de él.
-Si -contesté con un suspiro.
-Quizás es tu alma gemela y anda por el mundo dando vueltas y enviándote señales telepáticas -dijo mucho mas emocionada de lo que debería. Así era la vida para ella, todo tenía una razón de ser.
Pero yo solo creía que estaba loca. Todavía lo creo.
-Si es así, mejor que aparezca a salvarme ya mismo, antes de levantarme -respondí.
-¡Ah no! -exclamó-. Nadie te va a salvar hoy. Levantate antes de que lleguemos tarde a la facultad, no me pasé toda la semana encerrada estudiando para perderme el exámen hoy -me reprendió.
Y entonces mi día empezó, como empezaban todos los demás, a veces cargados de energía, otra veces en automático, otras veces llenos de felicidad, otras con profunda tristeza.
Mi vida era buena, era feliz, tenía amigos excelentes, una familia hermosa que siempre me apoyaba, un trabajo que, si bien no era mi objetivo final, me servía para mantenerme en lo que continuaba llevando a cabo mis planes.
Estaba agradecida.
Pero algo me faltaba.
-Junhui -suspiré mientras regaba las rosas que Tzuyu y yo habíamos plantado hacía apenas unos meses en el jardín-. ¿Dónde estás?
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Limbo | Wen Junhui
FanfictionNo quería quedarme, pero tampoco quería irme. No estaba presa, pero tampoco estaba en libertad. No estaba viva, pero tampoco muerta. No era nada, pero lo era todo. -Lo único que quiero es liberarte -susurró con suavidad. Y yo le creí.