Limbo | Wen Junhui

3.2

Cierra los ojos y sigue la luz que te espera...

-Quiero quedarme, dejame quedarme -pedí mientras comenzaba a sollozar. Ni siquiera sabía que podía hacerlo, porque había pasado tanto tiempo apagada por dentro que la idea de que algo me doliera al punto de hacerme llorar parecía sumamente lejana.

-Rose -llamó con tranquilidad. Y las lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos a borbotones.

Junhui tenía una forma tan suave de decir todas y cada una de las palabras que la sola idea de no volver a escuchar mi nombre en sus labios me había inundado de tristeza.

-Rose -volvió a llamar, esta vez tomando mi barbilla con una de sus manos para obligarme a mirarlo-. No hay nada en este lugar. Nada existe. No hay tiempo, ni sol, ni siquiera aire. Y lo poco que hay a veces cambia. No hay motivo para que te quedes.

-Estás vos -contesté tratando de controlar el llanto.

-No es suficiente -respondió.

Descubrí que cuando Junhui contestaba de manera tajante, incluso aunque lo hacía con dulzura, nada parecía hacerlo cambiar de opinión.

No puedo hacer que vaya conmigo y tampoco puedo quedarme.

-¿Qué puedo hacer? -pregunté con desesperación, mas para mí misma que para él.

-No hay nada que hacer -contestó con dulzura mientras acariciaba mi mejilla limpiando las lágrimas.

-¿En serio querés que me vaya?

-Lo único que quiero es liberarte -susurró con suavidad.

Y yo le creí.

Porque aunque me había ocultado algunas cosas, cada palabra que salía de su boca seguía sonando completamente sincera. Porque no había razones para no creerle a ese chico que, real o no, parecía ser la persona mas honesta con la que yo me había cruzado, y ni siquiera necesitaba mis recuerdos para saber eso. Junhui no quería mas nada, no esperaba mas nada, no se permitía desear mas nada.

Para él, la total inexistencia que habitaba el Limbo era tan terrible que quería que yo escapara aunque eso significara quedarse solo otra vez.

Y si él quería eso, yo iba a irme, incluso si se me desgarraba el alma en el proceso.