Quiero escuchar tu voz...
-¿Cómo llegaste hasta acá? -pregunté.
-No tengo idea -respondió- desperté acá hace un tiempo, no sé cuánto.
-¿Dónde estamos?
-Ya te lo dije, en el Limbo.
-¿Qué es el Limbo? ¿Y cómo sabes que estamos acá? -no confiaba en él, pero aun así necesitaba que me diera respuestas.
-Solo lo se.
-No podés solo saberlo -repliqué.
-Dijiste que te llamas Rose, ¿no? -consultó.
-Si -contesté un tanto confundida por el cambio de tema.
-¿Cómo sabés que te llamas Rose?
-Solo lo se -susurré sintiéndome un poco tonta.
Si yo no podía explicar cómo sabía mi nombre a pesar de no recordar nada mas, entonces, ¿por qué esperaba que el extraño tuviera respuestas si se encontraba en la misma situación que yo?
No lo veía, pero lo escuché reír suavemente, y me molestó saber que se reía de mí.
-Este lugar es confuso -continuó- a veces siento que lo conozco, pero en realidad no hay nada que conocer. No hay paredes, ni luz, ni siquiera otra gente. Me asusté cuando te escuché hablar.
-Yo también me asusté, y mucho.
-Lo noté -se burló- pero no tengas miedo, estamos iguales.
¿Lo estamos? Preguntó mi mente. El chico parecía agradable, pero había algo que no me permitía creerle del todo.
-No confío en vos -informé.
-Yo nunca dije que confiara en vos tampoco -replicó- pero no hay nada ni nadie mas, podemos hacernos compañía.
-¿Qué sentido tiene hacernos compañía o si quiera seguir viviendo si no hay nada?
-Tampoco lo se. Pero solamente quiero hablar, si sigo sintiéndome solo me voy a volver loco -confesó. Y yo lo entendí, porque me sentía igual.
-No se qué tanto te vaya a servir la compañía -contesté-. Y tampoco se cuánto tiempo podamos seguir hablando antes de que los dos descendamos por completo a la locura.
-Es mejor que la nada -dijo- de todas maneras el tiempo no importa en este lugar. Quiero no estar solo así sean minutos o años enteros.
Yo tampoco quería estar sola. Así que, incluso con el miedo y la desconfianza, me aferré a la voz con todas mis fuerzas, deseando que sea real y no solo un producto de mi imaginación. Esperando que su compañía me devolviera las esperanzas de escapar de la oscuridad y volver a dónde sea que había estado antes.
-Jun -lo llamé.
-¿Sí? -respondió.
-Contame algo, por favor, lo que sea.
La oscuridad todavía estaba presente, pero, ya sea porque mis ojos se habían acostumbrado, o porque algún destello de luz se coló en algún lejano hueco por un segundo, lo ví sonreír.
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Limbo | Wen Junhui
FanfictionNo quería quedarme, pero tampoco quería irme. No estaba presa, pero tampoco estaba en libertad. No estaba viva, pero tampoco muerta. No era nada, pero lo era todo. -Lo único que quiero es liberarte -susurró con suavidad. Y yo le creí.