¡ dos !

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— Bueno, siéntate, haz lo que quieras, no me importa —habló Bang cuando, luego de ingresar, estuvieron en la sala de estar.

— Okay... —se sentó en el sofá dirigiendo su mirada por la habitación pulcramente ordenada— ¿Dónde está Minho? —inquirió al percatarse de la ausencia del rubio.

— Ya debe venir.

Justo en ese momento, el aludido ingresaba al lugar a paso lento, su expresión siendo tranquila contrastando fuertemente con la irritada de su novio.

— Hola, Hyunjinnie —saludó amablemente, sentándose en el sofá frente a él, prontamente tuvo al mayor a su lado por lo que no evitó recostar la cabeza en su hombro.

— Hola, Min —sonrió efusivamente—. Tú sí eres lindo, no como el animal de tu novio —mencionó, recibiendo una dulce carcajada por parte de Lee y un gruñido molesto de Bang.

— No hagas que te saque a patadas, Hwang, mira que soy capaz —entrecerró sus ojos y dirigió una de sus manos hacia la cabeza del chico a su lado, enredando sus dedos entre los mechones rubios.

— Ya, Channie, no seas así —reprendió, dándole un suave manotazo en la pierna a su pareja.

— Yo... en serio perdón por la interrupción, en serio necesito que me ayuden —dijo juntando sus manos con fuerza, un gesto que hacía involuntariamente cada que se encontraba un poco ansioso.

— No te preocupes, Jin, ¿qué pasa? —Minho cuestionó, una gran curiosidad creciendo en su interior ante la expectativa de saber lo que ocurría.

— Bueno... verán... yo...

— Ve al punto, Hyunjin. Sabes que me estreso cuando andan con rodeos —expresó Christopher.

— No me presiones, Chan, que me altero y luego lloro —dijo apretando sus labios, arrugando la nariz y cerrando sus ojos con fuerza, una acción adorable a la vista de cualquiera.

— Dios, más dramático y no naces —el castaño rodó los ojos con aburrimiento.

— Silencio, Chris, Hyunjin nunca hablará así —lo calló el rubio, harto de toda la escena que su amigo y su novio interpretaban.

Hyunjin suspiró, decidido a contarles a sus amigos lo que se proponía, esperando contar con la ayuda de ambos.

— Voy a proponerle matrimonio a Jeonginnie —dijo de forma rápida y atropellada, cerrando los ojos en espera de la reacción de los dos mayores, la cual llegó con rapidez.

— ¡¿Qué vas a hacer qué cosa?! —la fuerte exclamación de Christopher interrumpió el corto silencio que se instaló en la sala luego de lo dicho por el más alto.

Minho, luego de lo escuchado, se levantó rápidamente, poniéndose de pie en el mismo sofá donde antes se encontraba sentado, mientras gritaba incoherencias lo más alto que podía y saltaba una y otra vez.

Hwang sólo podía observar todo en su lugar con sorpresa reflejándose en sus oscuros irises.

— ¡Eso es genial, Hyunjin! —seguía gritando Lee. De repente un Auch por parte del australiano resonó luego de que el rubio le golpeara en la nuca— ¿Por qué tú no has hecho lo mismo? Hyunjinnie y Jeonginnie se casarán antes que nosotros —sollozaba falsamente.

Bang sobaba su nuca con una mano mientras abultaba los labios.— Mhm, ¿será porque me dijiste que no te casarías conmigo hasta que reconociera a tus gatos y aún me confundo entre Soonie y Doongie? —rememoró lo que alguna vez su pareja le había dicho.

— ¿Cómo vas a confundirlos luego de casi cinco años juntos, Christopher Bang? —inquirió frunciendo el ceño con molestia— Son mis hijos, así que prácticamente también son tuyos... te doy un mes para que los reconozcas o terminamos, ¡última palabra!

— Pero qué-

— ¡Ya cállense, por dios!

El grito estridente de Hwang logró acallar a la pareja que se había mantenido entre gritos eufóricos. La habitación entrando en silencio mientras volvían a su lugar en los sillones.

— Entonces... ¿qué tienes en mente? —inquirió Minho mirándolo fijamente.

— Bueno... —carraspeó antes de continuar— Son muchas cosas a considerar y... tengo algunas ideas pero quisiera saber sus opiniones, ¿está bien?

— Bien, sólo habla —dijo Chan.

— Okay... primero; el lugar. Pensé que debería ser un lugar que signifique algo para ambos, que sea parte de... nuestra historia.

— Sí, concuerdo totalmente —dijo Minho, quien acunaba su propio rostro entre sus manos, mientras reposaba sus codos sobre sus piernas.

— Así que... ¿qué mejor lugar que aquel dónde nos conocimos? —relató Hyunjin, anticipando lo siguiente.

— No, espera... —inició Christopher en voz baja— ¡Pero ustedes se conocieron aquí! —exclamó fuertemente con los ojos bien abiertos.

— Oh, cierto, en la fiesta en la piscina —afirmó el rubio—. Channie y yo llevábamos como un mes juntos y yo prácticamente saqué a Jeonginnie de su casa para que viniera.

— Sí, aún recuerdo esa primera vez que lo ví... tan hermoso... como un ángel —suspiró, sus ojos brillando y una sonrisa surcando sus labios ante el recuerdo fresco en su memoria.

— No te pongas cursi ahora, Hyunjin —dijo Chan haciendo una mueca por la expresión del pelinegro.

— ¡Eso no es cursi comparándolo con que va a proponerle matrimonio! Eso ya es otro nivel —Lee soltó una carcajada.

— Ajá, en fin, ¿puedo hacerlo aquí? Sólo tienen que prestarme el área de la piscina —rogó juntando sus manos, mirando al mayor de los tres.

— Por supuesto, Hyunjin. Sabes que, a pesar de todas las estupideces que haces a diario, te apoyaré en todo lo que necesites, y más si es algo tan importante para ti como lo es esto.

Y los gritos de emoción de parte de los menores que saltaban abrazados no se hicieron esperar ante lo dicho por el australiano.

La primera parte del plan estaba lista.

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