- Escucha bien, -Suspiró. -Sé que esta ciudad está llena de criminales fugitivos, aun así, no puedes hacer lo que se te venga en gana. Según la ley de Hidden Town, solo existen dos castigos, el exilio y la muerte. -Su rostro serio daba a entender qu...
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Esperó a que Jeongin subiera a su habitación para ir a darse una ducha de agua fría, estaba cansado, pero debía mantenerse despierto hasta que Alice regresara.
Se vistió con ropa cómoda y bajó a la cocina para tomar un vaso de agua. Allí vió sobre la encimera una tarta de frambuesas casera a un lado de la ventana abierta.
"Que extraño que las ardillas no se la han comido aún." Pensó. Era natural que las ardillas entraran por la ventana cuando se dejaba la ventana abierta y había comida cerca.
Entendió la razón al acercase y ver la tarta un poco deforme.
"Ay Jeongin ¿Qué haré contigo?"
Guardó la tarta dentro de la nevera, cerró la ventana y después de tomar un vaso de agua se sentó en la sala a esperar, o al menos esa era la idea inicial.
Al ver la hora en el reloj se levantó de un salto, tomó sus llaves y salió de la casa en completo silencio por la puerta trasera para no alertar a Jeongin. Era demasiado tarde, no iba a esperar ni un minuto más para salir a buscarla.
Primero fue a la parada de autobuses, pues por la hora solo pasaría un último autobús y con suerte Alice vendría en él. Si embargo, cuando pasó estaba completamente vacío.
Su segunda parada fué la tienda de conveniencia que la pelirroja suele frecuentar, le preguntó al amable muchacho si la había visto, pero éste le dió una respuesta negativa diciendo la última vez que la vió fue hace unos dos o tres días.
A esta altura, Seungmin ya estaba desesperado. Sentado en una banca abandonada en la carretera sacó el teléfono de su bolsillo, Alice tenía la mala costumbre de siempre olvidar su teléfono en casa así que llamó con la esperanza de que ella lo atendiera, sin embargo, eso no sucedió. El teléfono estaba fuera de servicio o lo mandaba al buzón de voz, dejó algunos.
Notó que ya estaba a punto de amanecer, así que caminó lo más rápido que pudo de regreso a casa para preparar el desayuno de Jeongin.
Por suerte, el menor aún dormía cuando regresó.
Revisó la casa por segunda vez, y de nuevo, no había rastro de la chica. Seungmin no iba a seguir esperando, luego de que Jeongin se fuera a la escuela iría con la policía.
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