Esas viejas heridas

844 51 1
                                    

Carol sonrió contra sus labios, feliz al ver que todo había salido mejor de lo que esperaba. De pronto volvió a la realidad... a pocos metros estaba todo el grupo y lo que menos quería era volverse el centro de atención, y conociendo a Daryl, sabía que él tampoco se sentiría cómodo.

Él volvió a acercarse -Para. –susurró Carol, alejándolo.

-¿Por qué? –preguntó, realmente no veía razón para parar. Carol movió su cabeza, señalando a los demás sentados cerca. Al parecer no los habían visto.

-No queremos dar un espectáculo, ¿verdad? –le dijo. –No quiero que sepan, no todavía. –él asintió.

De pronto la mirada de Daryl se ensombreció, todavía tenían temas pendientes.

-¿Qué pasa?

-Tú te fuiste... me tranquilizaba a mí mismo diciéndome que no tenías por qué volver, al menos no por mí, no éramos nada. Pero eso no es cierto. Siempre fuimos algo y tú te fuiste. –le dijo, y más que reproche, lo que sentía era miedo, y ella lo sabía.

-Yo me fui porque después de... después de lo que hice pensé que era lo que merecía, y que ni siquiera tú me lo perdonarías. –admitió con pesar.

-Pero ni siquiera me diste la oportunidad... -dijo, pero al ver la mirada triste de Carol, prefirió no seguir, en realidad ahora no le importaba nada más que tenerla a su lado. –no importa... ya no. –sonrió, mirando sus labios, deseando sentirlos de nuevo. -¿De verdad te importa que sepan? –preguntó.

Carol sonrió, queriendo decirle que no, pero la verdad es que sí le importaba, todavía sentía culpa, no quería ser feliz abiertamente mientras la mayoría estaba mal. –Un poco, no sé, siento que sería egoísta y después de todo lo que ha pasado... de lo que he hecho. Perdón... lo siento, sé que es todo tan confuso, primero vengo aquí reclamándote cosas que no tienen sentido, después te digo que quiero estar contigo, y termino diciendo que no quiero que nadie sepa por todas las cosas malas que he hecho... perdón. –dijo, llorando silenciosamente, tampoco quería que los demás vieran eso.

-No, no te disculpes. De todos los que hay en el grupo eres la que más merece ser feliz, ser egoísta. Porque todo lo que has hecho ha sido pensando en nosotros, en las personas que quieres, siempre dejándote de lado. No sé exactamente qué pasó con Lizzie y Mica, y cuando quieras hablar de eso lo haremos, pero sé que lo de Karen y David fue pensando en que era lo mejor. Tyreese te conoció, entendió tus motivos y te perdonó... la única persona que falta por hacerlo eres tú. –le dijo, secando sus lágrimas con sus dedos, para luego atraerla hacia él y abrazarla. –no creo que alguien sospeche de un abrazo. –susurró. –Maldición, ¿Es que no piensan dormir hoy? –preguntó en un tono bajo, para que solo ella escuchara, y haciéndole notar que él entendía, que no lo harían público mientras ella no quisiera hacerlo.

-Gracias. –le dijo ella, aún apoyada en su abrazo.

Ya todos dormían cuando después de unas horas, Glenn y Maggie habían ido a relevarlos. Carol y Daryl fueron a dormir al lugar en que estaban todos, aunque un poco alejados (tristemente era toda la privacidad que podían tener).

Estaban uno al lado del otro, mirándose frente a frente, no tan juntos como quisieran, pero no tan separados como solían estar antes. Y se sentía raro. No era primera vez que dormían uno al lado del otro, pero la verdad era que hace mucho tiempo no lo hacían. Desde antes de la prisión de hecho, aunque a veces cada uno se escapaba en las noches para ver dormir al otro en su celda, obviamente sin que el otro supiera que lo hacía. Daryl amaba mirarla, Carol parecía no parar nunca, siempre estaba de un lado para el otro, atendiendo las necesidades de todos, por eso amaba mirarla dormir, porque después de verla correr todo el día, de ver su energía, su dedicación... verla dormir, descansar, estar quieta un instante, ver su paz... era todo un regalo. Y eso quería ahora, no quería dormir, quería velar su sueño.

Pero al parecer Carol no quería dormir tampoco. – ¿no tienes sueño? –preguntó Daryl, sonriendo.

-Si... no... tengo sueño, pero no quiero dormir. –dijo, mientras bostezaba. –solo... no quiero.

Daryl sonrió y estiró su mano hasta rozar su cara. –duerme. –dijo, mientras empezaba a acariciar su mejilla para luego empezar a hacer círculos con el pulgar en su sien. Y aunque Carol luchó por seguir despierta, su dedo en su cara produjo un efecto de hipnosis casi instantáneo.

Se pasó un rato mirándola. Al principio todo era paz, pero después de un rato, la expresión en el rostro de Carol cambió. Fruncía el ceño constantemente, y a ratos murmuraba cosas, nombres, y él se dio cuenta entonces. Carol estaba teniendo pesadillas. Se acordaba de los días después de la Granja Greene... cuando tenían que dormir a la intemperie y ella murmuraba el nombre de Sophia una y otra vez. En la prisión esos sueños empezaron a ser menos constantes. Pero ahora tenía la sospecha de que no era primera vez que tenía esos sueños de nuevo. Durante las últimas semanas Carol siempre era la última en dormirse y la primera en levantarse y generalmente dormía un poco apartada de los demás, él pensó que era por su necesidad de estar siempre al pendiente de todo, que prefería dormir poco para estar más alerta, pero quizás era en realidad para que nadie notara sus pesadillas.

Se acercó un poco más a ella para abrazarla suavemente, tal vez su cercanía la sacaría de sus horribles sueños y considerando el frío que hacía, seguramente nadie se extrañaría de verlos dormir abrazados. Pasó su mano por su brazo y bajó hasta su cintura. Carol gimió levemente entre su sueño cuando él lo hizo. "¿Qué carajo?" pensó Daryl, volviendo a tocar a Carol en esa zona, ella volvió a gemir, con un poco más de intensidad.

-Mierda. –susurró. Por supuesto. Cuando salieron del hospital Carol todavía estaba muy débil físicamente, según lo que ella contó, no había recuperado la conciencia sino hasta poco antes del intercambio. –Mierda –volvió a decir, un poco más fuerte, por la rabia que sentía hacia él y todo el grupo por no haber notado que Carol no estaba del todo recuperada. 

Just let me talkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora