Había una vez

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Habían pasado dos meses desde aquel día.

En su reunión con Rick habían establecido un pequeño sistema de seguridad que incluía una rotación de la guardia en la torre, a pesar de los intentos de Sasha de convencerlo de que ella era suficiente; el reforzamiento en algunas partes de los muros en que se veía algún tipo de debilidad,; o el entrenamiento con armas a todos quienes quisieran -ya que Deanna no había deseado obligar a nadie si no estaban de acuerdo-; entre otras medidas.

Desde esa reunión, nada extraño ni peligroso había pasado en la comunidad.

Y todo estaba bien, todo estaba tan bien.

Las cosas con Morgan y el grupo habían sido difíciles en un principio, ya que no compartía del todo la filosofía de ellos, pero se integró muy bien en la comunidad y participó en todas las actividades y medidas que habían tomado para reforzar la seguridad.

Tara había despertado, un poco confundida en un principio, pero pronto recobró toda su energía.

Deanna había cedido en un montón de cosas, pues ya era consciente de que Rick tenía razón y que los vivos también eran un peligro, incluso dentro de esos muros. Y el grupo podía decidir y participar con más libertad en las decisiones que se tomaban.

Sam se había acercado más a Carol. Aun con su padre muerto no pasaba mucho tiempo en casa, con Jessie. De todos modos, Carol había ido a verla un par de veces, para asegurarse de que estaba en camino a convertirse en la mujer que tenía que ser.

Ella había disminuido la intensidad de su disfraz. No volvió a usar su ropa usual, la que realmente la hacía sentir ella misma, ya que no quería quedar como una total mentirosa -aunque la tenía guardada, sabiendo que algún día volvería a usarla- pero ahora usaba algo que la hacía sentir un poco menos ridícula, más normal.

Y aunque todavía no se decidía a decir públicamente que ella y Daryl estaban juntos, por lo menos para su grupo, su familia, era algo más que obvio.

No era como si la sonrisa en la cara de Daryl o la forma en que últimamente su rostro se iluminaba aún más en presencia de Carol fuera lo más normal del mundo. Y en todo el tiempo que habían compartido, por lo menos los más antiguos, desde La Cantera, nunca habían escuchado a Carol cantar como lo hacía la mayor parte de las veces en la ducha o cuando cocinaba.

Definitivamente ya no era un secreto, y no trataban de disimularlo, por lo menos, aunque tampoco habían hecho un anuncio "oficial" ni se demostraban afecto físico en público.

Todo estaba bien, todo estaba tan bien... hasta que dejó de estarlo.

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Se estaban preparando para acostarse cuando lo sintieron: una fuerte conmoción al interior de Alexandria. Ambos salieron junto con Rick, Glenn, y los demás y entonces todo se volvió un caos.

La casa de los Anderson ardía, y Rick se apresuró a buscar a Jessie y sus hijos, mientras Carol lo cubría, sintiendo un nudo en su estómago al ver el horrible escenario que había en aquellas pacíficas calles.

Daryl le pidió que se quedara, que se escondiera, pero ella ya no se escondía más. Ella peleaba, ella actuaba.

Él trató de mantenerse cerca, de tener un ojo sobre ella en todo momento. Pero la gente gritaba, todos corrían, y una gran cantidad de caminantes estaba entrando por la puerta principal, la cual nadie sabía por qué mierda estaba abierta. Y de repente, de un segundo a otro, Carol había desaparecido de su vista.

Cuando todo hubo acabado, y todos los invasores hubieron caído, pasaron lista, revisando cada lugar y cada casa; buscaron entre todos los cuerpos esparcidos por la zona y Carol no estaba en ningún lado.

Just let me talkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora